(CAPÍTULO DEL SÁBADO QUE NO HABÍA PODIDO SUBIR)CATALINA POV:
Luego de la linda velada que tuve con Jared me trajo de vuelta a casa.
Dijo que vendría por mi hoy para ir a otro lugar. Era extraña su actitud pero me parecía bonito que quisiera llevarme a sus lugares favoritos.
Le dije que no había prisa. Que podía ser una vez a la semana. Pero me dijo que no.
- Quiero llevarte esta semana, algo así como nuestra semana especial. - fueron sus palabras.
Me pareció extraño pero no me negué. Le pidió a mi hermano que me eligiera ropa de color negro.
Por eso ahora estaba sentada en el living esperando por él con un top ajustado, un pantalón de cuero y una chaqueta igual. Junto con eso unas botas cerradas con un poco de tacón.
Supongo que todo era negro. Debía parecer que iría a un funeral. Pero de seguro por primera vez me veía como era yo en mi interior.
- Catalina - llaman a mis espaldas.
Me volteo y veo a Nick parado en el umbral de la entrada.
- ¿Si? - lo observo confundida.
- Jared no podrá venir. - susurra haciendo una mueca de disgusto.
- ¿Que? Pero...dijo que vendría. ¿Por qué no me llamó? - pregunto levantándome.
- Fue Jazmín quien me dijo. Dice que salió desde la mañana y que aún no había regresado. - informa caminando hacía mi.
Pasé por su lado y salí de la casa dando un portazo. Me senté en la banca del patio.
Saqué el móvil y marque su número. Pero ni siquiera sonaba, me enviaba directo al buzón de voz.
- ¿Donde diablos te metiste Jared? - pregunto al viento.
No estaba molesta. Pero si preocupada, él nunca me había echo eso.
(...)
No sé cuantas veces lo llamé pero de seguro muchas. También le envié mensajes y nada.
Ya la hierba del jardín debe estar mareada con las quinientas vueltas que le he dado.
Mi móvil comenzó a sonar pero decía número privado.
- ¿Bueno? - respondo después de pensarlo.
- ¿Catalina Jhonson? - preguntan del otro lado.
- Si, soy yo. ¿Quien habla? - interrogo desconfiada.
- Soy Boilly. Un amigo de Jared. Necesitamos hablar. - presenta.
- Un gusto. Claro, ¿donde y cuando? - pregunto preocupada.
- Ahora, en el parque cerca de tu casa. - dice para luego cortar la llamada.
Me quedó observando el teléfono con desconfianza unos segundos. ¿Debía ir?
¿Y si era un asesino o un...violador?
¿Y si realmente decía la verdad?
No me di tiempo de pensarlo cuando ya me estaba subiendo a mi auto.
Salí y me dirigí al parque. No tarde ni diez minutos por qué estaba muy cerca.
Observé todo el lugar estaba tan lúgubre y oscuro como la noche fría que hacía.
Bajé del auto y comencé a caminar por el parque. Observaba a todos lados en alerta de cualquier cosa extraña.
- Señorita - habla alguien a mis espaldas.
- ¡Demonios! - exclamo aterrada volteando.
- Lamento haberla asustado. - se disculpa.
Frente a mi había un hombre de quizás unos cuarenta y tantos años. Un poco delgado y bastante alto.
- No importa. ¿Usted es Boilly? - pregunto desconfiada y dando un paso atrás.
- El mismo. Es un placer conocerla por fin. El joven Jared me ha hablado maravillas de usted. - sonríe y extiende su mano hacía mi.
- Gracias. Un placer igualmente. Ahora, no me gustan los rodeos. Perdone pero es extraño que me cite en este lugar y a esta hora. - digo tomando su mano.
Él asiente y camina hasta una banca cercana. Se sienta en esta y saca unos papeles.
- Ten, quizás esto te haga entender. - dice estirando su mano con los papeles.
Dudo un segundo pero luego camino hacía él y tomo los papeles.
Eran exámenes que le habían echo a Jared al parecer hoy.
- No...no...esto... - no sabía ni que decir ante lo que veía. Mis ojos comenzaron a arder con las ganas de llorar que me atacaron.
No es posible que algo así le esté pasando a alguien tan maravilloso como es él.
- Esto es la realidad. - susurra el doctor frunciendo la boca con tristeza.
- ¿Por qué me lo dice? - pregunto viéndolo.
- Por qué él te quiere. Y se que no te lo dirá y mereces saberlo. Quiero que él sea feliz por el tiempo que queda. - responde viendo al frente.
- ¿Quien eres? - pregunto apenas audible.
- Su verdadero padre. - susurra volteando a verme.
Me levanto exaltada y lo veo con los ojos muy abiertos.
- ¿De que demonios habla? ¡Él es hijo de los señores Williams! - exclamo.
- ¿No recuerdas que él es albino? - pregunta viéndome serio.
- ¿Y eso que? - gruño molesta.
- Que el albinismo es hereditario Jhonson. Su madre, mi esposa, era albina como él. Observa. - confiesa sacando una pequeña foto de su bolsillo.
Cuando me la tiende y la tomo puedo ver a una pareja más joven con un bebé en brazos.
No notaba el color obviamente pero si el parecido de la mujer con Jared y el brillo de su piel como lo veo en él.
- ¿Y su esposa? - pregunto con temor de saber la respuesta.
- Murió de lo mismo que tiene Jared ahora. Puedo salvarlo, pero él no me lo permite. - gruñe desviando la mirada.
- Por eso viniste a mi. Quieres que lo convenza de operarse. - digo atando cabos.
- Así es. Quizás a ti si te haga caso. Mi esposa murió por no querer operarse. Perdí a mi hijo cuando caí en el alcohol por su perdida. Y aunque el no sepa que soy yo. No quiero perderlo de nuevo. - veo que limpia una lágrima que quería salir de sus ojos.
Se levanta de momento y acomoda su ropa.
- Debo irme. Queda en sus manos señorita. Si realmente lo quiere, debe convencerlo. - termina y luego se aleja dejándome ahí parada como tonta.
Vuelvo a tomar los papeles y camino hasta llegar a mi auto.
Lanzo los papeles al asiento del pasajero y estos se riegan dejando dos palabras a la vista.
"LEUCEMIA LEVE"
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SACRIFICIO POR AMOR
RomanceTodos deseamos una vida color de rosa, incluso yo la deseaba. Pero...¿quien dice que debe ser rosa para ser perfecta? Mi vida era gris, en su totalidad. Y si, irónicamente era un fracaso en todo. Para lo único que era buena era para mi trabajo. Soy...