Capítulo Quince

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[Isa]

Desperté por la luz del sol que entra por mi ventana. ¡Oh diablos! No cerramos las cortinas, espero que nadie nos haya visto.
Mire el reloj que esta sobre mi mesa de noche. 6:30 a.m. ¡Puf! Que lindo despertar tan temprano en vacaciones.
Gire la cabeza y frunzo el ceño al ya no encontrar a Abraham a mi lado.

La puerta de abre de golpe, me incorpore sobre mis codos, siento un tirón desde lo más profundo de mi. Grité por lo bajo.
Abraham se acerca a mi, besa mi frente y acaricia mi mejilla.

-Buenos días -susurra con una sonrisa.

-Buenos días -saludo-. Estoy adolorida -le digo.

-Lo se -sonríe aun más-. Por eso te dije que ibas a recordarlo hoy -añade sacando algo de su bolsillo de sus jeans-. Fui a comparte pastillas, tómate está ahora y las demás son anticonceptivas para que las vayas tomando to... -no lo dejo terminar.

-Si, Abraham, se como funcionan, y no es necesario que me tome la del "Día después" -ruedo los ojos tratando de no moverme por lo adolorida que estoy. Supongo que es por causa de sus lentas embestidas de anoche.

-¿Cómo que no son necesarias? Amor, te amo, pero aun no quiero hijos -me dice confuso y yo suelto una risita, pero me calmo cuando mis entrañas duelen.

-Me he estado tomando las pastillas desde hace mucho -le digo avergonzada-. Por eso no es necesario -añado tratando de ocultarme bajo las sábanas.

Espere a que él tuviese un ataque en donde me diga "¿Por que te las tomaste?" O "¿Para quien?". Pero esas palabras no fueron las que salieron de su rica boca.

-Esa es mi chica -habla orgullos y yo lo miro a los ojos-. Perdóname por hacerle lo de ayer, solo recuerde el tiempo que el pediste y... y deje de o ensartar con claridad, lo lamento, en verdad -me dice acostándose a mi lado, se quita los zapatos y se mete bajo las sábanas.
-Pero no me pidas ese tiempo, por favor. No puedo estar lejos de ti por tanto tiempo -me abraza por la cintura, me siento rara, pues es la primera vez que estoy desnuda frente a él, estoy nerviosa y él parece como si esto fuese de todos los días.

-Con una condición -nuestras miradas se encuentran nuevamente.

Él sonríe -. ¿Pones condiciones? -arquea una ceja.

-Promete que no me volveras a hacer eso -le pido y él me mira sorprendido y culpable.
Tal vez me llamen exagerada, pero cuando él salia de mi dejándome a medias, sentía que mi cuerpo en verdad iba a explotar por esa horrible y desagradable sensación llena de frustración. Era agonizante que hasta me hizo llorar.

No le pediré que cambie, con esto estoy segura que con esto él se dará cuenta que no necesita ser tan posesivo. Ni tan celoso.

-Lo prometo -susurra con una sonrisa tierna. Besa mi nariz y apoya su cabeza sobre mi pecho-. Que lindos pechos tienes -suelta de la nada haciéndome sonrojar.

-Abraham -lo regaño.

-Es verdad, saben muy bien -me sorprendió subiéndose sobre de mi, besa mis labios y rápidamente chupa uno de mis pezones. Gimo. -Me encanta ver tu cara de placer, amo ver cuando te vienes -pasa su lengua por el otro pezón.
¡Madre mía! Es tan sincero.
-Pero... por hoy, no vamos a desayunar esto, estas adolorida -que considera resultó ser.

-Gracias -susurre-. Fue una de mis noches más increíbles -bese sus labios.

-Habrán muchas más -me mira coqueto.
Nos quedamos así por unos segundos, hasta que alguien toca la puerta, por suerte está tiene seguro. Así que mamá solo saluda al otro lado de la puerta.
Me puse de pie quejándome, al ver mi cama casi me desmayo. La prueba de que mi virginidad pérdida está manchando las sábanas.

El Odioso Posesivo De Mi Novio [A.M. #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora