Capítulo Cincuenta y Uno

240 21 9
                                    

Puedo escuchar a mamá tocar la puerta por décima vez, me pregunta si todo bien o tengo algún problema. No sé que parte de "estoy bien, solo quiero estar sola" no entendieron.

-Cariño, tienes que salir a comer algo, llevas toda la mañana encerrada ahí, no planeas pasar el fin de semana así ¿Verdad? -pregunta tratando de abrir la puerta. Ruedo los ojos y me pongo de pie, tomo un abrigo y después de ponérmelo, salgo por mi ventana. Sacudo mi cuerpo al sentir la fría mañana que me recibe, hay una ligera brisa acariciando los techos y árboles, algo que en este momento... me parece muy triste.

Caminé sin saber exactamente a donde, con los audífonos conectados al reproductor que fue un regalo de Abraham por mi cumpleaños número diecisiete, con música que ambos escogimos.

¡Ay! Que cansado es esto.

Casi todo el día fui a meterme a un café internet, donde la dueña muy amable me prestó unos libros al ver que no tenia interés en sus computadoras vacías, así que me senté junto a ella a tomar café y a leer, pero lo lindo no dura para siempre, ya que al ser fin de semana ella cierra temprano y con este clima, aún más temprano.

Al agradecer por todo y salir, voy a beber algo más caliente a un centro comercial, camino entre tanta gente que me parece... abrumador, quisiera estar sola en todos lados, sin ver rostros sonrientes, sin ver parejas discutiendo para terminar en un beso y risas.

Esto duele.

-¿Puedo sentarme? -pregunta alguien llamando mi atención, retiro la vista de mi capuchino que tiene una figura indentendible, miro hacia la persona y es una chica que tiene una taza en manos, yo solo asiento restando le importancia.

-¿En donde vives? Para poder ir, ya que por los lentes ha de hacer mucho sol -le digo sorbiendo un trago.

-Que graciosa... -rechina los dientes  acomodando sus lentes negros de sol y yo sonrío.

-Isabel -me presento.

-Amanda... -sonríe leve y bebemos café en silencio.

Los minutos pasan y el celular de Amanda no deja de sonar, algo fastidiada termino mi café, ella lo nota y lo toma, contesta y hasta yo pude escuchar los gritos que salían de ese aparato.

-Eres una perra, metiste a mi hijo a la cárcel, maldita puta...

-Vieja loca -dice colgando la llamada, levantó mis cejas y nuestras miradas se cruzan, ella se ha quitado los lentes y...

-No me incumbe... ¿Pero que te pasó en el ojo? -pregunto al ver ese ojo morado he hinchado.

-Cierto, no te incumbe... pero mi ex me golpeo -susurra, yo solo bajo la mirada-. No te sientas mal por mi, no necesito tu...

-Recordé a mi ex, me siento mal por ello, no por ti -le digo, ella sonríe negando-. Si ya es tu ex... ¿Por que la golpiza? -pregunto, ella suspira y después de un minuto de silencio, habla.

-Llevamos siete años de conocernos, tardamos casi seis años de noviazgo y hace cuatro meses terminamos, él siempre fue muy protector conmigo y yo lo acepte, pero con el paso de los años se puso muy posesivo. Yo al quererlo, se lo deje pasar, con el tiempo, mi vida dejo de ser mía, él decidía por mi, cuando me pedía alejar a un amigo por que simplemente no le gustaba, yo decía que si, con él todo era si.

+Cuando terminábamos, siempre decía que si volvía con él, iba a cambiar, yo lo adoraba, así que regresaba, pero ese cambio nunca llegó, la primera vez que me puso una mano encima teníamos tres años de novios, prometió no hacerlo más, pero nuevamente lo hizo, deje de lado a todos mis amigos con tal de estar con él, siempre lo elegí a él, así que ese "gran amor" que yo le tenía, se volvió en odio, siempre quise dejarlo, pero era tan insistente que hasta me daba miedo.

El Odioso Posesivo De Mi Novio [A.M. #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora