INTOXICATE || victuuri-omegaverse

4 | El Burdel

~Hace 5 años~

En las osuras y frias callejuelas de Moscú se encontraba un pequeño rubio de apenas 15 años, asustado sin comprender lo que estaba pasando, temblando de frio, sintiendo un terrible miedo e impotencia.

- ¿Con está mierda piensas pagar tu deuda? ¿Con un mocoso? - bufó un hombre refiriendose a Yuri, Yuri Plisetsky

- Miralo Bien, es lindo además huele muy bien

Yuri empezó a temblar cuando vio ese asqueroso hombre acercarse a él, era grande y gordo, olia a cigarro y un montón de cosas que Yuri no pudo identificar. Era realmente asqueroso, era calvo, los tatujes recorrian todo su  cuerpo y en sus ojos podias ver puro morbo.

- ¿Papá?... - tembló el omega llamando su padre

Su padre lo ignoró, se puso tras él para sacarle la capucha que tenía puesta el omega para protegerse del frio que hacia.
Su padre ayudó al hombre morboso a descubrirle la cara.
Una vez descubierto su angelical rostro el hombre no dudo en tomarlo por los hombros y empezar a olisquear su blanquesino cuello.

Yuri entró en pánico, cerro sus ojos con fuerza al sentir la nariz del sujeto en su cuello aspirando su aroma. Los segundos que hiso aquello fueron interminables una eterna agónia, Yuri sintió una arcada al sentir su aborrecible olor a tabaco.

- Joder... James como conseguiste a esta mueñeco.

- Es mi hijo - dijo apenado viendo a Yuri llorando en silencio.

- Pues ahora es mio, tu hijo vale por mucho.

James asintió adentrandose en las oscuaras calles, dejando a Yuri solo con el viejo.

- ¡Eres un cobarde! ¡Soy tu hijo! ¡Papá!- el padre de Yuri no miro atrás siguió caminando, apesar de los llantos de su hijo.

Yuri trató de correr tras su padre pero una enorme mano lo sujeto del cuello impidiendo su huida. Sus lagrimas caían como cascadas, desesperado, no queria ir con ese viejo, no queria entrar a esa "casa".

Empujó su cuerpo para atrás intentando darle un golpe al viejo, sin exito algúno. No quería rendirse, no sin luchar, trató de darle una patada pero el pobre tropezó con sus pies y calló al piso, ensuciandose con un charco de lodo que había dejado la lluvia horas antes.

El hombre mirando a Yuri con lastima, sacó de su bolsillo un paquete de cigarros para prender uno, hinaló y votó el humo por su boca en la cara de Yuri.

- Mira niño, tu padre me debe una cagada de pasta ¿Entiendes eso?

Yuri no respondio, claro que sabía de la deuda, su padre lo sacó del colegio por que no podia pagar la mensualidad, y se pusó a trabajar en la calle, no le importó con tal de ayudar a su padre y a su abuelo enfermo, él siguió. Pero esa tarde su padre llegó con una sonrisa en su rostro diciendo que había conseguido el dinero para pagar la deuda. Lo que no sabía Yuri es que él era la paga. En ese momento lo compredió su padre siempre lo estaba usando.

¿Que acaso a nadie le importaba?

¡¿Era un niño de 15 años?! Ingenuo e inexperto confiando ciegamente en su padre

"Tonto"

se repetía una y otra vez.

"Estúpido"

Lloraba regriminandose por algo que no había hecho, sucio, con lodo, sin haber comido nada durante el día. Se quedo ahí el piso con la mirada en blanco.

El morboso hombre negó con la cabeza y cargó a Yuri en sus hombros.

Yuri reaccionó tarde, empezó a patalear, gritó por ayuda hasta que su carganta no pudo más con él.

- Por favor... ¡Ayudenme!

- ¡Shh! Despertaras a los clientes mocoso - bufó el hombre utilizando su asquerosa voz de mando.

Lagrimas le faltaban a Yuri para compesar su sufrimiento.

-  Tsk, omegas - se burló dando una última calada al cigarro para después pisarla en el pasillo del edificio.

El omega observaba con detenimiento todo el lugar, había muchas puertas, unas se encontraban abiertas y otras cerradas, el lugar era deprimente, la humedad se apoderaba de las paredes haciendo que estas se quebraran, las puertas de madera era lo único aceptable en ese lugubre lugar, con adornos barrocos pero estos ya muy viejos y por la falta de cuidado estaban sucios y deteriorados otros corroidos.

El piso era una alfombra de color rojo todas estas se unian para formar un pasillo.

Una chica de cabello castaño salio de una de las habitaciones, miró a Yuri, hiso una mueca y se acercó por curiosidad.

- Camila justo a tiempo, llama a Mila.- dijo el viejo

- eh.. Mila no esta de buen humor hoy.

- ¡Que la llames dije!

Camila dio un brinco y salio disparada de ahí a buscar a Mila.

Yuri sentía los ojos hinchados e irritados de tanto llorar, sonrbió su nariz y tal como ordenó el hombre antes de irse se quedo ahí paradito en medio del pasillo.

Una habitación se abrió y un señor salió, Yuri tragó seco y evito la mirada que le hechó el desconocido.

Se alarmó al sentir de que era alfa, una alfa en celo, lo pidía sentir por las feromonas que soltaba, eran demacido fuertes. El omega trato de hacerce aún lado disimuladamente pero como hoy era su "día de suerte". Lo acorraló.

- Hueles muy bien niño, no, no te muevas, ¡uhm!.. Que delicia - gruñó el alfa.

Los instintos animales del alfa lo hicieron a actuar, tomó aYuri bruscamente por las caderas para voltearlo y estamparlo contra la pared.

- ¡No dejame! ¡Sueltame! ¡No! - chilló Yuri,

"Mierda"

No dejaba de llorar, su fuerza no era nada a comparación del alfa, a ese paso lo marcarian.

- ¡No! mierda ¡Que me sultes! - lo empujó y no perdió tiempo y empezó a correr por el pasillo.

- Estúpida puta, ven aquí - gritó

Yuri siguió corriendo hasta que chocó con alguien y calló de bruces al piso, siendo alcanzado por el alfa quien intentó golperalo.

Yurí sintió que seria su fin pero el golpe nunca vino, abrió los ojos y vió a una pelirroja sosteniendo el golpe.

- No se permiten maltratos, Carl, ¡Largo! - habló autiritaria la pelirroja al señor.

Este no dijo nada y se retiró gruñendo.

La pelirroja miró al omega, y algo dentro de ella se quebró al ver a ese niño en ese estado. Completamente demacrado, delagado y muy sucio.

- Tranquilo... - Mila trató de calmarlo.

- Yuri ¿cierto? .Soy Mila - le tendió la mano a Yuri para que se levantara.

El omega dudoso aceptó

- Apartir de hoy yo estoy argado de ti, mientras yo esté nada te pasara ¿De acuerdo?

Yuri no dijo nada, asintío devilmente. Mila no dudo ni un segundo y abrazó fuerte a Yuri.

El pobre no aguantó más con su garganta que se encontraba como una bomba a punto de explotar y lloró amargamente, lloró de impotencia, lloró de colera, tristesa. Pensó que estaba solo en el mundo, que nadie querria a este asqueroso omega. Se derrumbó completamente en los brazos de Mila, ella también lloró podía sentir el sufrimiento del pequeño, acarició su cabello como una madre lo hariá. Consolando al roto Yuri Plisetsky.