¨C27: Ceremonia de graduación¨

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Estaba de vuelta en Canadá, lugar donde pasaba algunos veranos o algunas navidades se sentía cómo una segunda casa y eso que creía que Leo era mi segundo hogar.

-¿Que piensas cariño? - dijo papá mientras íbamos en el auto de regreso a la casa luego de algunas reuniones con el decanto de química y biología.
-Oh... - dije y negué con la cabeza.
-Hija, a veces la respuestas a nuestros problemas no están en nuestras cabezas sino en nuestro corazón. - dijo papá sin dejar de mirar la carretera.
-Papá... ¿Por qué? - dije
-No tengas miedo en tomar tus decisiones de ahora en más.

No pude decir más, y ambos nos quedamos en silencio.

Al llegar a casa, vi a Anthony junto con Dylan en el patio delantero jugando béisbol.  - Hola chicos - dijo papá. Y ambos se acercaron para saludar.
-Señor Roy - dijo Anthony y se dieron un saludo con las manos. Para luego girar a mí y sonreírme.

Anthony, un chico amable, guapo, y todo eso que hace que un chico sea ese chico. Nos habíamos conocido hace unos tres o cuatro veranos atrás,  cuando su familia se mudó al vecindario.

Sin decir nada más subí a mi habitación y me recosté, había llenado el techo con fotos de toda mi vida. Los recuerdos que me hacían la persona que hoy en día soy, cuando noté que en su mayoría Leo estaba, y eso me hizo feliz, sonríe cómo hace mucho no lo hacía.

-Hermosa sonrisa - dijo Anthony desde la puerta que había olvidado cerrar.
-¿Cuando llegaste? - dije al sentarme en la cama.
-No hace mucho- dijo y entró. Camino hasta mi cama y se sentó. - Amber, seré claro. Me gustas.
-¿Que? - dije confundida.
-Si, lo que acabas de escuchar. ¿Que dices?

No sabia que pensar, ni como reaccionar, pero algo vino a mi mente en medio de mi confusión y era Leo, su sonrisa, su cabello, su voz mientras decía mi nombre. Estaba mas que enamorada de ese imbécil y tuve que viajar a Canadá para darme cuenta de mis sentimientos.  - Lo siento - dije ante de poder reaccionar - Ya amo a alguien mas 


***

Unos días mas tarde. 

La tristeza, la felicidad y los nervios se sentían en nuestra graduación en el medio del campo de fútbol, como había llegado hace unas horas solo me dio tiempo de colocarme el vestido y corre hacia la gradación, no había visto a Leo ni había podido confesarle mis sentimientos. 

- ¿Aun no lo ves? - dijo mama parada a mi lado.

-No, esto es frustrarte. ¿Donde podría estar? - dije sin dejar de mirar hacia los lados. Entonces recordé, nuestro primer año en la escuela secundaria, y la promesa que hizo Leo delante de nuestros casilleros ¨Al graduarnos debemos vernos aquí, porque este es el comienzo y el final de nuestra vida de adolescentes¨ dijo el con apenas catorce años.

-Mama. ya se - dije mientras salia corriendo, escuche como me gritaba que la ceremonia estaba a punto de comenzar pero aun así no podía detenerme.   

Entre al edificio por la puerta trasera, corrí entre los pasillos hasta que lo vi de pie a lado de mi casillero jugando con su birrete. - ¡Oye, Leo! - dije en medio del pasillo. El levanto la mirada y me sonrió.

- Creí que lo habías olvidado - dijo

Camine a paso lento, mientras recobraba el aliento. - Sabes, he sido muy tonta estos años - dije mientras respiraba forzada

- ¿Ahora te das cuenta? - dijo el en forma de burla. 

-Si, justo ahora - dije delante de el - Justo ahora es que me doy cuenta de que te he amado la mitad de mi vida y la otra mitad pensando que no te amaba.

-¿Que? - dijo sorprendido - ¿Que estas diciendo? ¿Estas diciendo que...

-Si, estoy diciendo que te amo, Leo. - dije segura y sin pestañear 

Leo no dijo nada en unos segundo, parecía que asimilaba lo que le dije. -¿me estas rechazando? - pregunte y baje la cabeza. 

Leo tomo mi cabeza entre sus manos, haciendo que levantara la mirada y me miro a los ojos. - Te he estado esperando todo este tiempo - dijo con una sonrisa en sus labios. Me levante en puntillas y lo bese. 

Y supongo que el resto es historia.


Epílogo

Nuestras vida no cambio en grandes aspectos, seguía viendo a Leo todos los días en la universidad , el seguía siendo mi mejor amigo pero también era mi novio.

-Amber - dijo Leo a mi lado

-¿Que tanto escribes? - dijo intentado ver mi computador.

-No es nada - dije y la cerré - ¿Quieres ir a la playa?

-Claro, contigo donde sea- dijo con una gran sonrisa. 

Espero que nuestra vida no cambie y que pueda seguir amándote y tu puedas seguir amándome por un largo, muy largo, tiempo. 


*Darme cuenta que lo amaba no fue tan difícil como intentar esconderlo de mi misma. 

Hay ocasiones donde el amor esta a nuestro lado y ni lo notamos, y esta bien, a veces somos muy distraídos para verlo. Pero no te preocupes en algún momento abrirás muy bien los ojos y lo veras tal y como yo lo hice. 


Como mucho amor para ti, Leo *


"Best Friends"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora