Obeses.

Capítulo 21.

—Darcy despierta, Darcy... Darcy DESPIERTA—. Me desperté de asustada, veo a Olivia mirándome enojada, está agarrándo me el hombro derecho y muy cerca de mí. Me muevo incómoda y ella de da cuenta que me no me gusta su cercanía por lo tanto se desaparta de mí.

— ¿Qué pasó Olivia? — esta enojada, cierra la puerta y rodea el carro. Hasta ahora me doy cuenta que ella estaba fuera. — Te volviste a desmayar, no me está gustando tus chistes Darcy—. No puedo creer que piense que estoy fingiendo.

—No estoy jugando ni tampoco es un "chiste", no sé qué me está pasando— ella iba a contestar algo pero al momento de doblar la esquina y visualizar nuestra casa, vemos que frente hay un carro negro esperando. Hay dos hombres vestidos de del mismo color que el vehículo y con lente que no nos deja identificar sus rostros. —Pero que rayos...— es lo únicos que dice Olivia.

Pude percibir que ella no estaba segura de que realizar, sin embargo no se quedó dentro del auto, abrió la puerta y comenzó a bajarse, pero se detuvo y me miró: — no te bajes, ¿entiendes? — bufé. 

Se quedo parada esperando mi respuesta, me di cuenta que si no respondo no se iría — está bien—. Se dio la vuelta y fue directo a los hombres vestidos de negro. Cuando, visualizaron su figura de despegaron del carro y fueron caminando hasta donde ella y pude distinguir que uno era de tez blanca mientras que el otro es moreno, bastante altos y fuertes.

Ella solo escuchaba lo que el moreno le dijo, su cara era de completa confusión, aparentemente no entendí a lo que ellos se referían. Dieron por terminada la conversación y se fueron dejando a Olivia con la palabra en la boca. Se subió al auto sin decir nada. — ¿Quiénes eran esas personas? — inquirí con curiosidad.

—Darcy no me molestes ahora, que no estoy para enojarme. Entra a la casa y no hagas ninguna estupidez, con ese me refiera a que no salgas ni quemes la casa— me baje del auto sin ni siquiera mirarla, es tan difícil de responder mi pregunta.

Cuando iba a cerrar la puerta me volvió a llamar— ¿Darcy? —. Suspiré para darme la vuelta y mirarla — ¿ája? — ella me fulmino con la mirada —no quiero que salgas de la casa y si llaman no la abras, tú sabes que todos tienen llave, ¿estamos? —asentí, al igual como cerré la puerta. Estaba tan cansada de lo mismo.

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Ha pasado un mes desde mi desmayo y nada ha mejorado, mi salud se está deteriorando bastante y mi cara lo demuestra todo. Estoy tan mal que ya los insultos de Sam no me molesta; lo que sí me atormenta es el dolor de cabeza que me mata, es como si me dieran pequeños martillazos en toda ella. Olivia me ha comprado calmantes pero ya se pueden imaginar, diciendo que siempre busco un motivo para hacerle gastar dinero innecesario.

—Darcy, Darcy—Me había desconectado tanto que se me olvidaba que estaba en mi hora extracurricular de matemática, la maestra me mira seria. —Darcy estoy hablando contigo, se puede saber qué es tan interesante para que no prestes atención— intente hablar pero sentí un sonido agudo en mi mis oídos, solo escuchaba ese sonido tan horrible.

Me tape los dos oídos, cerré los ojos y apreté los dientes con una presión que sentía que en cualquier momento se rompería uno. Pero, el sonido no cesó, se comenzó a producir más agudo.