Lio se hallaba en las escaleras como siempre. pero algo más entretenido debido a las noticias recientes. El país, dividido en contra del actual gobierno ha terminado en grandes manifestaciones y revueltas. Debido a los enormes problemas económicos y la forma violenta del gobierno de contrarrestar las manifestaciones.
—Jolyne, ¿no te da miedo ir a las manifestaciones? —dijo Lio mientras escuchaba música.
—Claro que no, estoy luchando por mi país y mis derechos, los que deberían tener miedo son ellos por que llegara el día en que los saquemos —le replico Jolyne enojada, pero inflándose el pecho de orgullo.
—Descuida, te mandare una canasta de galletas cuando liberes el país o el epitafio si sale algo mal en el proceso —respondió a Jolyne. Sacando su pan de desayuno.
A lo que ella manifiesta su opinión pegándole a Lio en el brazo y mordiéndole. Las personas del alrededor no les prestaban mucha atención. El ambiente jovial dominaba la escena, con adolecentes hablando por todos lados, parejas felices sentadas juntas hablando. Era un día fresco en las escaleras, la brisa batía el pelo de Lio. Se podía percibir el olor del entusiasmo encerrado en la ineptitud de las nuevas generaciones, conservado en su desinterés. Por otro lado, el ambiente en el que Lio estaba se tornaba algo tenso.
Jonathan con un tono pasivo le dice —Calma amor, lo dijo jodiendo —volteando a verlo haciendo un gesto de advertencia a lo que le respondió.
—Se dice provecho idiota —replico mordiendo su pan.
—No me voy a calmar mientras haya maricos como él que no hacen nada mientras ven a su país quebrarse —respondió Jolyne mientras se levantaba y agarraba sus cosas.
—Para mí es una estupidez, no tenemos culpa de eso. No quiero luchar la guerra de un gordo burgués para derrocar a otro gordo burgués. Mi vida vale más que su codicia —contesto Lio con un tono relajado mientras terminaba de masticar el pan.
—Tú eres otro idiota, cuando te mueras de hambre y veas a tu familia sufrir para sobrevivir te vas a arrepentir —dijo con la voz más calmada y con una cara de decepción dominando su fúnebre mirada.
Lio mordió el pan de forma presumida con una quietud, calma que estreso a Jolyne y después de tragar le dijo. —Las personas que van a manifestar son ignorantes, la mitad son niños de mami y papi que quieren llamar la atención, ganarse un me gusta en sus redes sociales subiendo fotos estúpidas para llenar su falso ego con ilusiones. —replico mientras la remiraba.
—Estúpidos, tu más que nadie debería entender lo que es cuidar de alguien indefenso —dijo Jolyne con la voz quebrada mientras se iba.
—Y lo entiendo, solo que para mí no es la solución, nunca lo será.
Jolyne solo pudo guardar silencio mientras terminaba de irse.
—¿Ahora qué le pasa a ella? —le pregunto a Jonathan mientras se limpiaba las manos con su pantalón.
Lio tenía una pequeña idea de lo que le pasaba, que en parte era causa de su forma de ser. Su padre fue militar en Inglaterra, pero murió en acción antes de que ella naciera, de ahí su apellido extranjero, pero nació aquí, ya que la madre devastada por su perdida decidió alejarse de aquel país que le recordaba a su esposo.
—Coño, si eres insensible —respondió Jonathan—. Se ira del país por la situación, su mamá no quiere vivir más aquí.
Lio se limitó a guardar silencio mientras Jonathan se marchaba tras Jolyne. Se rehusaba a ser peón de alguien o luchar por una causa perdida «Para mí las nacionalidades no importaban, ni los gobiernos, lo único importante era la vida en sí misma. No me preocupaba por Alen porque a pesar de su problema era alguien capaz». Pensaba. Mientras se levanta para irse se percata de una muchacha llorando cerca mientras hablaba con sus amigos. A él no le importaba ni concernía en lo más mínimo. Por lo que continúo caminando, pero, la muchacha dijo algo que levanto el interés y atención del joven. Su padre había desaparecido cerca de la zona donde se reportó el terremoto. Esto lejos de preocuparlo, resonó en su conciencia al recordar lo que había hablado con Elisabeth. Paso de todo y se sentó debajo de unas escaleras a escribir en su cuaderno, que al verlo le recordaba al anterior. «¿Debería de pedírselo? No, de seguro ya lo leyó». Pensó. «Que se quede con esa mierda, ya no me importa».
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El Camino de Redeem. (Old Version)
RandomNota: Este libro esta siendo reescrito a su versión final y pronto lo subiré. Lio vive la típica vida de un adolescente quejumbroso en la secundaria. Su mayor problema no pasa de un simple engaño amoroso y de vez en cuando problemas con sus amigos...