Paso por las escaleras de caracol, hechas de una madera muy gastada. El lugar estaba impecable y frio, se sentía helado, a pesar del suéter de Lio y del calor del exterior. No dejaba de repasar las técnicas aprendidas anoche mientras mantenía su mano cerca de la navaja, su pulso inquieto le resultaba más un obstáculo, no tenía miedo. Estaba más tranquilo de lo normal. Daba pasos cortos, uno delante de otro, con cámara en mano, grababa con cuidado lo que pasaba. El pasillo se terminaba en dos caminos, uno recto y otro a la izquierda. Al fondo del pasillo no veía nada, solo varias puertas. Se exalto al ver que la última del pasillo se abría. Haciendo que retrocediera un poco y se paralizara, de la puerta salió un hombre blanco totalmente harapiento, le estaba dando la espalda. Caminaba arrastres y de forma azarosa, Lio rápidamente saco su navaja y la sostuvo con firmeza mientras veía como sus manos temblaban. La persona volteo rápidamente y dio un leve brinco al frente, vio a Lio y sonrió. Este comenzó a estremecerse, las manos le sudaban y sus piernas temblaban, el hombre se acercaba con una sonrisa mientras Lio le detallaba. Era un hombre normal, pero había algo en su figura, un aura siniestra. Lio al borde del pánico nota como sus labios tiemblan sin parar, el sudor escurría mientras su corazón latía con ferocidad. El hombre se había acercado lo suficiente como para verle los dientes llenos de sangre. En ese momento se detuvo, su sonrisa cayo repentinamente y miro a Lio con frialdad. Sentía como su mirada le traspasaba y la piel se le ponía de gallina. Otra vez retrocedió al borde del colapso. Justo cuando el hombre se voltea y se regresa hasta el fondo del pasillo.
Lio no entendía nada, estaba totalmente confundido, el hombre al llegar al fondo del pasillo se quedó viendo la pared por un momento. Lio dubitativo se acercó lentamente al pasillo, quería llegar al de la izquierda para evadirlo. Cuando sale, el hombre voltea rápidamente y corre hacia Lio, este rápidamente levanta la navaja y se pone en guardia, esperando el impacto con el hombre. Sentía la presión en cada paso que daba, apenas sentía fuerzas en el cuerpo, el pánico y el miedo se lo había llevado todo y en un momento de pánico, corre, retrocediendo hasta las escaleras. Justo cuando se da cuenta de algo que le incomodaba más. El hombre se había detenido en seco, le miraba fijamente. Lio estaba justamente en el primer escalón y el hombre frente a él. Lio comenzó a lagrimear mientras alterado miraba fijamente al hombre. –Esto no es normal. –Pensaba. Miro al alrededor y no veía nada raro. El hombre se retorcía levemente intentando avanzar, su cabeza, temblaba como si le hicieran presión. Justo cuando Lio retrocedió, noto que el hombre sangraba por los oídos y los ojos. Carecía de iris, hasta que noto que de su ropa harapienta salía levemente sangre. Tenía una cortada en medio del pecho, que para semejante herida fue sorprendente no verla. Lio levanta el cuchillo a la altura de su frente y mientras el hombre lo veía con esa mirada de muerte. Comenzó a atravesarle la frente, Lio temblaba y estaba llorando. –No está vivo, no está vivo. –Se repetía mirando a otro lado mientras sentía como el filo le atravesaba la frente y el hombre regurgitaba sangre. Al abrir los ojos, vio al hombre congelado, con una gran sonrisa que aterro a Lio y lo hizo vomitar, la sangre que cubría su cuchillo le asqueaba y se reclino contra una esquina intentando calmarse.
–Calma Lio, calma Lio. –Se decía a si mismo mientras se secaba las lágrimas. –Maldita sea, que mierda pasa, yo debería estar muerto...–Anonadado se levanta y se fija bien en como cayo, de espaldas y no de frente. Su cuerpo nunca toco el primer escalón. Fue en ese momento cuando Lio lo comprendió, se limpió las lágrimas y se calmó. Se paró intentando sacar el miedo de su cuerpo y continuo por el pasillo de la izquierda, se sorprendió al ver que seguía grabando, pero mantenía el temblor de su cuerpo.
Camino lentamente por el pasillo, pendiente de cada puerta con la que se topaba, al girar por el pasillo ve al fondo a un niño pequeño, de unos 9 años con pelo castaño. Lio confundido dudo por un momento y después levanto la navaja. El niño se le quedo viendo con una sonrisa inocente, a diferencia del hombre, este se veía diferente. Vestía un pijama azul con pequeños perros rojos y limpia. –¿Hermano? –Pregunto el niño con inocencia, bañando a Lio en un escalofrío profundo. –¿Cómo te llamas? ¿Puedes hablar? –Pregunto Lio confundido mientras se acercaba con pasos cortos. –Sí, estoy buscando a mi hermano. ¿Lo has visto? –Pregunto mientras bajaba la mirada apenado. –No, pero te puedo ayudar a encontrarlo. –Respondió Lio. –Esas cosas no pueden hablar... ¿verdad? –Pensaba mientras guardaba el cuchillo y se acercaba al niño. Se detuvo a medio metro de distancia y se arrodillo afincado en su pie derecho mientras veía al niño. –¿Cómo es tu hermano? –Pregunto Lio. –Es como tu señor. –Respondió apenado. Lio asombrado guardo silencio y se levantó. –Te ayudare a buscarlo. – Respondió. El niño comenzó a correr huyendo de Lio, él se asombró confundido. No entendía nada, pero no corrió detrás del niño, mantuvo su posición y volvió a sacar la navaja. Siguiendo al pequeño niño que desapareció en el fondo del pasillo.
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El Camino de Redeem. (Old Version)
CasualeNota: Este libro esta siendo reescrito a su versión final y pronto lo subiré. Lio vive la típica vida de un adolescente quejumbroso en la secundaria. Su mayor problema no pasa de un simple engaño amoroso y de vez en cuando problemas con sus amigos...