Lio comía sin ningún ápice de ganas y expresión alguna. Al finalizar Jonathan y Terense se levantaron rápido y llevaron los platos de todos a la cocina, Ange y Jolyne se levantaban mientras Elisabeth permanecía sentada viendo la Tv al lado de Alen quien acariciaba al pequeño cachorro que yacía dormido.
–¡Muévete Lio! –Exclamaba Jonathan. –Se va a hacer más tarde y no te has bañado. Muévete rápido.
–Apresurarme no hará que aprendas más rápido que yo. –Respondió Lio.
–¡Espera! –Exclamo Jolyne agarrando su mano. –Deberías de bañarte, estas horrible Lio. Todavía tienes sangre en el cuerpo. Y puedes tener heridas abiertas.
–No creo que me muera por pasar 30 minutos más sin bañarme. –Respondió Lio.
–Ella tiene razón Lio, ve a bañarte. –Respondió Terense. –Es probable que te hayas cortado con algo y no quiero que nadie se enferme o infecte. Mañana te puedo enseñar todo lo que Jonathan aprenderá. –Respondió mientras Se terminaba de marchar. Lio suspiro mientras dejaba caer su cabeza.
–Está bien, me bañare...–Respondió Lio mientras Elisabeth soltaba una sonrisa pícara y Jolyne soltaba una leve carcajada ahogada.
Mientras Jolyne lavaba los platos comento. –Lio ve al baño del cuarto de mi mamá el otro no sirve. –Lio acento mientras se dirigía al otro cuarto. Alen permanecía sentado viendo Tv.
Mientras Elisabeth se paraba. –Déjame que yo lo ayudo con eso.
–No creo que sea necesario. –Replico Lio mientras se acercaba a la puerta.
–No te estoy dando a elegir Lio. –Intervino Jolyne haciendo que Lio se callara.
El cuarto estaba helado y con las luces apagadas. En él, Ange acostada revisando su teléfono. Lio la vio por un momento y suspiro mientras entraba al baño. No tenía nada fuera de lo común, Lavamanos con espejo justo a la derecha de la entrada y un inodoro a un lado de este y al fondo una ducha con puerta corrediza de vidrio.
–¿Cómo quieres que ponga la temperatura del agua? –Pregunto Elisabeth mientras caminaba a la regadera.
–Tibia estará bien. –Respondió Lio mientras se sentaba sobre el inodoro y se quitaba los zapatos.
–Quítate toda la ropa. –Dijo Elisabeth mientras abría la regadera.
–Es fácil dar órdenes ¿no? –Respondió Lio mientras se quitaba las medias. –La herida del hombro me incomoda y esta camisa estúpida lo complica. –Agrego Lio mientras se retorcía intentando quitarse la camisa del trabajo.
–Ven acá. –Respondió Elisabeth mientras se acercaba y lo ayudaba.
La camisa blanca tenía grandes manchas de sangre al igual que sus zapatos y pantalón, estaban de igual modo húmedas por el sudor y el olor que desprendía era desagradable. El cuerpo magullado de Lio resentía el dolor y agotamiento físico que le dejo el día que tuvo, Las suaves manos de Elisabeth recorriendo el pecho desnudo de Lio lo ayudo a reconfortarse. Elisabeth lo ayudo a quitarse las gazas de su hombro mientras Lio se quitaba el pantalón. Al ver que la herida de su hombre se abría lentamente, en silencio se sentó a limpiarlo y desinfectarlo con alcohol y algodón. No dijeron nada por un rato largo. Hasta que termino.
–Báñate para poder cerrar la herida. Procura no ensuciarla cuando lo hagas. –Dijo mientras se apartaba y guardaba las cosas.
Ya en bóxer se detuvo un momento frente al espejo mientras Elisabeth recogía sus ropas. Su cuerpo sucio y lastimado no le sorprendían, la sangre seca de su cuerpo no le daba más que igual, no podía evitar recordar a Estefany y a Emma, sus pensamientos saltaban entre ellas y las escenas vividas en aquel supermercado, el rostro de Sara sin vida y con un gran hueco en su rostro. Emma totalmente destrozada junto a sus hijos despedazados. Todos esos pensamientos fueron interrumpidos por Elisabeth quien le puso su mano en el hombro y la bajo hasta su espalda.
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El Camino de Redeem. (Old Version)
De TodoNota: Este libro esta siendo reescrito a su versión final y pronto lo subiré. Lio vive la típica vida de un adolescente quejumbroso en la secundaria. Su mayor problema no pasa de un simple engaño amoroso y de vez en cuando problemas con sus amigos...