Capítulo 18: Cuestión De Moral.

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A la mañana siguiente se acercó por el balcón Elisabeth con dos tazas de café, Lio permaneció con su mirada perdida en el horizonte. Elisabeth con delicadeza y dulzura le pone una taza en la mano, Lio la aprieta y voltea a verla lentamente. Elisabeth con una sonrisa se pone a su lado y comienza a sorber su café. –Gracias. –Respondió Lio.

–Es una mañana hermosa.

–Siempre lo es.

–Llevaba tiempo sin poder hacer esto...

–¿Tomar café con un milenial?

–No, detenerme a ver lo que me rodea. Vivo preocupada por los estudios, trabajo y esas cosas.

–Te envidio, al menos tú tienes forma de despejar tu mente. –Mantuvieron una leve pausa hasta que Lio continuo. –¿Sigues enojada conmigo?

–No. Son cosas que pasan, seguimos siendo amigos. Perdón si me altere.

–No importa, entiendo por lo que pásate, perdón por ser tan yo.

–Me apresure mucho, creo que debería tomar un poco de distancia y darte tu espacio.

–¿Eso te haría feliz?

–Me harías falta. Pero es tu decisión. Aunque si muero, no te tienes que preocupar por ninguno.

–Gracias. ¿No te ibas a ir hoy?

–Lo pensé y decidí terminar con esto.

–Espero que podamos hacer más después de todo esto. Tal vez salir con Jolyne y Jonathan. –Respondió Lio haciendo sonreír a Elisabeth quien se escuda en su café mientras Lio quien se había tragado todo su café se apartó.

–Iré a alistarme, gracias por el café. –Camino hasta su habitación, Jolyne se encontraba cocinando junto a Jonathan. Alen alimentaba al pequeño cachorro. Terense apilaba bolsos y varias cosas, limpiaba navajas y revisaba las pistolas redistribuyendo las balas restantes. Quedando con 13 balas e total repartiéndolas en 7/6. Lio camino azarosamente hasta su habitación. Abrió la puerta cansado y cerrándola de golpe, su corazón se estremece de golpe y se detiene por un breve segundo. Ange permanecía parada frente a él sin camisa, con nada más que un pantalón. Ange no le dio importancia y se empezó a poner un sostén. Lio volteo la mirada raudamente y camino hasta el baño.

–¿De qué te apenas? Siento que nunca te acostumbraras a ellas. –Dijo Ange con picardía y una sonrisa en el rostro mientras se abrochaba el sostén.

–Estoy acostumbrado a ellas, solo que todavía no me creo que puedas ponerte un sostén tu sola.

Ange soltó una breve carcajada mientras Lio entraba al baño y con la puerta abierta se desvestía. –Puedes ayudarme cuando quieras.

–Pensé que tendrías un "amigo" para eso. –Lio ya desnudo comenzó a cambiarse.

–No me gusta que me toquen.

–A ti no te gusta nada, amas a todos y odias lo que no te parece.

–Así debería de ser cariño. Aunque recuerdo que tú no te quejaste la última vez

–Quejarse sería el colmo.

Lio salió del baño, vestía con unos pantalones deportivos holgados negros. Su camisa era negra igualmente con el agregado del suéter que le había dado Terense, Sus zapatos eran unas botas marrones que combinaban con el abrigo. Ange se le quedo viendo por un breve momento y volteo a su teléfono subiéndolo por encima de su cabeza y tomándose fotos. Lio puso una cara de indiferencia. Ange cargaba unas licras negras y una franela verde obscuro, junto a unos zapatos deportivos y una gorra azul oscura, su pelo estaba amarrado por una cinta blanca.

El Camino de Redeem. (Old Version) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora