En un elevador

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-Oye, Wufei.

-¿Mmm?

-¿Cuántos pisos tiene este edificio?

Pregunta tonta, para romper el hielo, supuso.

-Setenta y cinco, según la tableta de botones.

-¿Con todo y azotea?

-Imagino que sí. –Miró de reojo a la representante, sintiéndose algo confuso. -¿Por qué lo preguntas?

Relena apuntó su esmaltado dedo hacia arriba, en dirección al indicador electrónico sobre las puertas del elevador.

-Porque... hace rato que estamos detenidos en el piso 68.

Wufei arqueó una ceja, mirando hacia arriba.

-0-0-0-0-0-

Silencio sepulcral. Tan denso y pesado que pudieron darse cuenta de inmediato que el elevador se había detenido. Heero, queriendo mantener compostura en esa situación, volvió a presionar el botón del piso 75. No pasó nada. Lo presionó tres, cuatro veces. Nada.

-Si sigues así lo romperás. –Exclamó Duo finalmente, rompiendo el silencio, con los brazos cruzados y sin intención alguna de hacer algo al respecto.

-No avanza. –Aclaró el 01, frustrado.

-Lo sé.

Inmediatamente Heero presionó el botón que la hacía de intercom con el cuarto que controla los elevadores, terminante.

-Oigan. –Dijo con toda su masculina rudeza. –Este elevador se ha detenido, no avanza para nada.

Si, Mojo-Jojo. –Exclamó Duo por lo bajo.

-Hola, si, estamos solucionando esto. –Se escuchó una voz que quería ser masculina, pero de afeminada no bajaba. –En un momento lo resolveremos... ¿era izquierda o derecha? Ay, no lo sé, se supone que para un lado se abre las puertas de emergencia... ¿el otro? Corta la energía. Creo que era el derecho, si, es lo más pro...

Y se cortó la luz de repente, dejándolos envueltos en medio de la más profunda oscuridad.

-Idiota. –Murmuró el 01 al micrófono, aunque ya no le podían escuchar.

-¿Heero? ¿Qué fue lo que pasó? –Se preocupó el 02.

-0-0-0-0-0-

-¡Aah! –Relena gritó de forma inmediata al apagarse las luces.

-¿Qué diablos?

La castaña, por mera inercia, se tomó del brazo del preventivo con algo de fuerza. Wufei se puso tenso al sentir ciertas curvas suaves sobre su brazo.

-¿Qué habrá pasado? –Cuestionó la chica.

-Se cortó la energía, evidentemente. –Dijo, aun más tenso, mientras deseaba con toda su alma que se le separara, imaginando las balas de Heero atravesar su frente repetida y dolorosamente, en puntos que no lo matarían pero si le quitarían los sentidos uno por uno. (Ha visto demasiado Saint Seiya).

-¿Crees que sea un atentado? Oh, no. –Se alarmó. -¿Qué habrá pasado con Heero y Duo? Wufei, ¿qué haremos?

Sin embargo el 05 no podía pensar con claridad; se sentía muy nervioso al tener tan cerca a la representante, sobre todo esas curvas que se ajustaban contra su brazo, tanto que comenzó a temblar sin poder evitarlo.

-Wufei, ¿estás bien? Estás temblando...

-Estoy bien. –Murmuró apenas.

-¿Te desagradan los espacios cerrados? O... ¿la falta de luz, tal vez?

AtrapadosWhere stories live. Discover now