Sentía muchísimo calor, así como en aquella ocasión cuando se quedaron dormidos en el patio después de que Dorothy los narcotizara con sus medicamentos, aunque no sentía literal el sol quemarle la espalda, sino como una especie de baño sauna con olor a sal y a humedad... Heero movió un poco la cabeza, sintiéndose empapado, notando que aun estaba atado al cinturón del helicóptero, completamente ladeado hacia su izquierda, quedando en la parte más alta a unos dos metros del suelo.
-Au. –Musitó, sintiéndose pegajoso, recordando súbitamente que Quatre los había vomitado antes de perder el conocimiento. –Qué asco, esta vez te has pasado.
Se soltó de los cinturones con curiosa habilidad y poco razonamiento, pues por dicha acción cayó pesadamente de dos metros sobre la húmeda arena que salía de la entrada izquierda del helicóptero, al estar éste ladeado. Tardó unos cuantos minutos en recuperar el aliento y soltar algunas agudas maldiciones a la autora. Se incorporó lentamente, sacudiéndose con esa curiosa dignidad nacida tras hacer algo humillante, haciendo como que no pasó nada, para comenzar a desabrochar sin el más mínimo cuidado a sus compañeros al cortar sus cinturones sin miramientos, despertándolos con el certero golpe contra la arena.
-Uf. –Musitó Wufei, el último en caer, al sentir las espaldas duras de sus compañeros en la boca del estómago.
-¡Quítense de encima! –Exclamó el ahogado Quatre, reptando por la arena, al haber sido el primero en caer.
-Qué tierno eres Heero. –Duo se levantó, sacudiéndose la arena, adolorido. –Era más fácil sacudirnos.
-Iban a caer de igual forma, solo ahorré tiempo. –Exclamó el insensible pedazo de humano denominado Heero, mientras desabrochaba a Relena con sumo cuidado como si de una pieza de porcelana se tratara.
Quatre y Trowa se incorporaron, escupiendo arena y caracolas; Wufei bajó a la mareada Hilde al desabrochar su cinturón, y, sintiéndose muy hombre, desabrochó a Sam de igual forma, pero no pudo atraparla (o no quiso más bien) y la rubia cayó a la arena desde dos metros como un costal de papas.
-Ups. –Musitó, al ver a la chica boca abajo en la arena, reptando como Quatre hacía un momento.
-¿Están todos bien? –Cuestionó el 01.
-Exceptuando a la loba, que aun se retuerce en la arena, y el hecho de que nos soltaste sin darnos oportunidad siquiera de hacernos a la idea de que caeríamos tan dolorosamente, si. –Musitó Quatre, frotándose el costado izquierdo.
-Wufei, quita tus ponzoñas de Hilde. –Musitó el 02.
-Tú pierdes. –Contestó el 05, con Hilde mirando a todos lados como perdida entre sus brazos.
-¿Qué es lo que ha pasado? –Relena, mareada, se apegó instintivamente a Heero. -¿Dónde está Peygan?
-Evidentemente hemos caído. –Exclamó el 01. –Y, ahora que lo dices, no lo he visto.
Todos miraron estúpidamente a los lados, cubiertos de sustancia viscosa que pasaba por una mezcla rosada, verdosa y blanquecina tapizada de arena morena, vomito de Relena y Quatre juntos. Estaban rodeados con lo que anteriormente era la pared y el suelo del aparato, sin mayor visibilidad que el cielo azulado a tres metros de altura y la arena morena. Sam se incorporó, ya recuperada del golpe, mirando a los muchachos.
-Oigan, ¿no sería más fácil si subimos? –Dijo la rubia, tapizada de arena, con ese escaso sentido común que acompaña este fic.
-Claro, y la escoges a ella. –Mustió Quatre, mirando al cielo.
Escojo a quien me pega en gana... ¿cuánto apuestan a que habían olvidado que Sam Jones era una preventiva?
-Bueno, sí. –Admitió.

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Atrapados
FanfictionDuo quiere a Heero, pero él no está interesado.Quatre quiere a Trowa, pero éste ni lo hace en el mundo... y todas esas estúpidas y graciosas historias que están alrededor de su intento por que les hagan caso. Un reverendo caos, si. Yaoi. Comedia osc...