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- ¡Hey!, ______-. Dijo Milo.
- hola -. Contesté tímidamente. Milo y mamá ya habían terminado de ordenar las compras en la mesa. - lamento no ayudar, quería hacerlo -.
- no te preocupes, hija, Milo me ayudó -.
- lo sé, me siento inútil -.
- ¿inútil, porqué? -. Agregó Milo.
- ya sabes -.
- no te sientas así, sabes que no lo es -. Dijo Milo. - ¿nos vamos? -.
- si -. Miré a mamá que estaba sentándose en el sofá. - nos vemos mamá -.
- que se diviertan -.
- descuide -. Dijo Milo y cerré la puerta.

- bueno, ¿dónde iremos? -.
- es una sorpresa -. Dijo sin mirarme, pero no tardó en hacerlo. - por cierto, que bella te ves hoy -.
- gracias -. Le sonreí y pues lo hizo también.

No hablamos en todo el camino, pero llegamos a un lugar extraño, elegante, pero no demasiado, observé extraño a Milo, y pues entramos, se trataba de un restaurante de comida china, miré extrañada a Milo, el me miró también.

- ¿acaso no te gusta la comida china? -.
- no -.
- ¿¡qué!? -. Reí.
- es una broma, me encanta -.
- ah -. Hizo un alivio pero exagerado.
Reí y el también lo hizo, para cuándo nos detuvimos, nos miramos frente a frente, miradas profundas, ya no habían sonrisas, así que decidí sonreír yo, pero con absolutamente timidez, así que sonreí cabizbaja, sentí una mano que levantaba mi mentón sutilmente y me miró profundamente.
- eres hermosa y tierna, amo eso -.
Se acercó a mi de a poco, lentamente hasta que nuestras narices se tocaron y su respiración se encontraba acelerada.

- ¿tienen reservación? -. Interrumpió la mesera asiática.
- si -. Dijo Milo y sacó un papel de su vestón y se lo entregó a la señora. - Manheim -. Dijo.
- pasen por acá, señor y señora Manheim -. Miré a Milo con una sonrisa indecisa.
Milo sólo me miró con una sonrisa.
- aquí es, ¿desean que les traiga el menú? -.
- si, muchas gracias -. Dijo Milo.
- ¿¡no te encanta!? -. Dije muy emocionada observando todo, el techo, el bar, las mesas, las paredes, todo, era muy al estilo china, y elegante, era fantástico, sus luces, todo era fantástico, supongo que sonreí mucho, pues me sentía entusiasmada.
- tu me encantas -. Me miró y tomó mi mano en la mesa. Lo miré seriamente y sorprendida. - _____, ya te conozco mas de un mes y creo que ...-.
- aquí esta el menú, ¿que van a pedir? -. Interrumpió la moza. Vimos el menú con detenimiento.
- yo quiero una parrillada china, pero sin pollo, con arroz y de esas bolas de masa que tienen carne adentro -. Dijo Milo.
- si, si -. Dijo ella. - ¿y la señorita? -.
No sabia que pedir, estaba indecisa.
- lo mismo que pidió el -. Contesté rápidamente, tal como un robot lo haría.
Milo rió de mi expresión, ella se retiró.
- bueno, ¿y de qué hablábamos? -. Dijo Milo.
- no recuerdo -. Mentí, pues me sentí avergonzada.
- ah, sí, ya recordé -.

Someday (Milo Manheim y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora