Someday (Milo Manheim y tú)

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- ¿por qué hiciste eso? -. Dije sonrojada.
- porque te lo dije, me gustas mucho -. Sutilmente tomó mi mano. - me encanta la manera en que reflexionas sobre la vida, me encanta que sepas más que yo, porque eres la persona más inteligente que conozco, me encanta la idea de que tus ojos brillen cuando estás hablando de estudios o experiencias que usas, me encanta que seas tú, me encanta tu alegría contagiosa, tu cabello, cómo cerdas de oro, tu sonrisa, tu ternura, es inevitable no querer besarte, desde los primeros días que te vi, incluso, desde el primer día, supe que tenía suerte, porque eres bellísima, y admiro tu belleza, radias luz, tu y tu forma de gustarme tanto, te alabo, tengo un amor cortés por ti -. Dijo al borde de la nostalgia; sus palabras eran preciosas, estaba segura. Lo besé, y lo abrace de manera que el me rodeó con sus brazos y me besó otra vez.

- ¿te parece si volvemos adentro? -. Dije sonriéndole.
- claro, eso iba a decir -. Dijo sonriendo también. 

Sin embargo, tomó mi mano y nos fuimos adentro juntos, de la mano, el abrió la puerta para mi, fue un acto caballeroso, debo admitir.

- aquí está su comida -. Dijo la camarera dejando los platos en la mesa, se veían muy elegantes y perfectos.
- gracias -. Dijimos al unísono y sonreímos.

- ¿no piensas que esto es demasiado elegante? -. Dije alegre.
- pues bastante -.
- ¿por qué me trajiste aquí con exactitud? -.
- es un lindo lugar para hacer una propuesta -. Lo miré indecisa. - ¿aún no te das cuenta, _____? -.
-  me di cuenta, en efecto, pero, ¿estás seguro de que quieres estar conmigo? -.
- _____ ya te lo dije, creo que es bastante emoción que sale de mi boca, ¿no crees?, ¿y tú, quieres estar conmigo? -.
- no estoy segura, Milo -. Dije y comencé a comer.
- ¿no estás segura? ¿Necesitas tiempo? -.
- Milo, no hagas esto más difícil? -. Rió irónicamente.
- ¿qué tiene esto de difícil? -. Dijo seriamente.
- nada -. Dije concentrada en mi plato.
- ¿_____? -.
- Milo, seré sincera, diría a gritos que quiero estar contigo, quiero de verdad, me gustas, eres perfecto, te quiero, pero tengo miedo -.
- ¿a qué le tienes miedo? -.
- a enamorarme -.
- ¿enamorarse? Todo el mundo lo hace -.
- pero todos salen heridos -.
- no es cierto -.
- Milo, yo te ví, cuándo discutías con tu ex novia por teléfono, no quiero estar así, y lastimar a las personas que me importan, sólo por una tonta discusión -.
Milo estaba perdiendo la paciencia.

- no lo será, ______ -. Dijo con melancolía. - yo jamás te haría ningún daño, jamás, quiero cuidarte, sé que junto a ti, me enamoraré de verdad, porque tu me entiendes, nos entendemos. Mi ex novia, fue una cuestión pasajera, duramos dos meses, ella era mayor que yo, y pues pensaba que podía hacer lo que quisiera conmigo, nunca me enamoré de ella, nunca me gustó ella como me gustas tú, tú eres especial, vas más allá del plano cósmico, ya no puedo seguir siendo tu amigo, porque necesito que me comprendas -.
- Milo, quiero estar contigo -.
- ¿pero? -. Dijo.
- no, nada, quiero estar contigo y ya -.
Su mirada volvió a encontrarse con la mía y se levantó de su asiento, pues se arrodilló frente a mi.
- ______, ¿quieres ser mi novia? -.
- si -. Dije un poco indecisa pero segura a la vez. Le sonreí y me besó.
- eres la mejor -. Me dijo. - ¡tengo a la mejor novia del mundo!, ¡ella es mi novia! -. Gritó en el restaurante, yo reí y todos los comensales detuvieron sus conversaciones para mirarnos; nunca pude haber estado más avergonzada, pero feliz.