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El teléfono comenzó a sonar insistente, el ruido ya me recorría la mente cómo una vibración constante. No quería contestar, aunque fuera mi madre, de verdad no quería hablar con nadie. Mamá no llegaría esta noche, tenia mucho trabajo y estaba en un viaje de negocios, en sí no debería molestarla, pues ella estaría bien, yo soy la que está mal, pues si mamá se entera de seguro vendrá lo más pronto posible, y no quiero distraerla de su trabajo después de todo es su sueldo, nuestras vidas dependen de ello.
Subo a mi habitación con tranquilidad, pensando en todo lo que había ocurrido, pues simplemente por primera vez en la vida, no deseaba pensar. Me recosté en la cama como si estuviera amortajada, de manera brava y decayendo como saco al río, extendí ambos brazos y piernas en la cama, y me quedé allí sin pensamientos.

Sentí la luz a través de mis ojos, una luz insistente y variada, el frío en el cuerpo traía consigo un soplo doloroso y que venía con fuerza. Abrí los ojos y la brisa corría por la ventana, en efecto, había olvidado cerrar aquella anoche, y olvidé cerrar las cortinas que opacaban la luz de la mañana, cómo sábado, bajé de apoco de la cama acompañada de mis zapatillas de dormir, abrí los ojos al llegar al tocador, y los froté, aquel era un nuevo día, que mejor que aprovecharlo estudiando termodinámica, le sonreí al espejo y me quité la ropa para entrar a la ducha, encendí el mono mando y regulé el agua, sumergí un pie en la ducha y cerré la puerta corrediza. El agua se encontraba perfecta, tanto que comencé a adueñarme del simple efecto del agua tibia en mi completa desnudez.
Escuchó un ruido, comienzo a dejar se disfrutar el caer del agua, y apago el mono mando para escuchar mejor, me detengo, siento frío, pero al tener la templanza de saber que ocurre no me preocupo del frío en sí. Se oye más fuerte una extensa espesura de sonidos andrajosos, no suena bastante bien, suena cómo si la puerta de mi cuarto estuviera siendo derribada. Sin embargo comienzo a pensar que los vecinos quieren hacer una nueva habitación, enciendo el mono mando otra vez y comienzo a disfrutar el agua.
Abro los ojos, y detrás de la puerta corrediza de la ducha, veo una silueta distorsionada por el diseño de aquella puerta. Comienzo a asustarme completamente, apago el mono mando y corro la puerta sutilmente.

- ¿qué haces aquí? -. Dije furiosa.
- lamento esto, toqué y nadie respondió-.
- ¡pervertido, idiota, acosador, sal de mi cuarto de baño! -.
- esta bien, esta bien, _______, cálmate -.
- ¡sal, idiota! -. Grité.
Milo salió y yo seguí duchándome, prácticamente respirando acelerado por el miedo que había pasado, fue extraño, intrépido, casi me desmayo del susto, Milo era un idiota, ¿cómo se le ocurría hacerme aquello?, le dije claro que ayer prácticamente lo eché completamente por dudar de mi, siempre vuelve, y casi me ve desnuda, prácticamente lo hizo pero de manera distorsionada. ¡Qué animal!.

Me maquillé, me sequé el cabello, lo peiné y salí, Milo estaba allí sentado en mi cama con Mae en sus brazos y acariciando su pelaje blanco.

- ¿qué haces aquí? -. Dije.
- recuperándote -.
- ¿por qué? -.
- porque lo lamento, _______ -. Dejó a Mae en la cama y se levantó, se acercaba hacia mi.
- ¿qué estas haciendo?, estoy semi desnuda, ¿puedes alejarte?, y me voy a vestir, así que, ¿puedes salir?, luego hablamos, ¿si? -.
- esta bien -. Dijo, abrió la puerta y Mae lo siguió.
Comencé a buscar mi ropa un poco enfadada y comencé a vestirme.

Bajé.

- _______, lo lamento -.
- tranquilo, pero no te preocupes, lo que me dolió es que dudaste de mí, por completo -.
- lo sé, _______, lo lamento, no debí hacerlo, de verdad, no razono bien, no soy tan inteligente cómo tú -.
- pero no es razón para no creer en alguien que amas, o creo que es así -.
- ¿dudas de mi amor por ti? -.
- tu dudaste de mi -.

Someday (Milo Manheim y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora