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- ¿estás lista, querida? -.
- ¿quieres que sea honesta? -.
- por supuesto -.
- la verdad no -.
- pero si no deseas ir, no lo haremos, sin represalias, lo prometo -.
- solo es mi primera vez, vamos o luego me arrepentiré. No es el día del patrimonio, pero con tu ayuda espero disfrutar -. Dije.
- la pasarás de maravilla, de eso debes estar segura -.
- conociéndome, ¿de verdad lo crees? -.
- quizá lo crea, nunca has ido a uno, y esta puede ser casi la única oportunidad en tu vida de conocer mi mundo, la música y los conciertos -.
- la verdad no sé que pensar, pero, hagámoslo -.
- adelante, dama, pase usted -. Pasé bastante nerviosa por la puerta, ya que el me había dejado pasar antes, lo añoré y me gusta bastante aquello.
Afuera tenía estacionado un auto y miré a Milo impresionada.

- no te comenté, pero acabo salir de mi examen de conducción, quería que fuera sorpresa, traje el auto de papá para que fuera más confortable para ambos -.
- ¿lo dices en serio? -.
- por supuesto, mi dama -.

Abrió la puerta del copiloto para mi, pues me senté y de inmediato me abroché el cinturón de seguridad y noté como el carro se sacudió al subir Milo apoyándose del volante en sí.

- Milo, si llega un accidente, te demandaré -. Dije nerviosa.
- tranquila, mi dama, no ocurrirá nada, no por nada tengo mi licencia de conductor -. Sacó su licencia del bolsillo. Se veía bastante gracioso en la foto. Reí disimuladamente para que no lo notara.

Encendió la radio y comenzaron a sonar canciones de los 60' lo cual era bastante maravilloso, no me gustaban todos los éxitos actúales, esas canciones eran mas clásicas, y excelentes.

There she goes, there she goes again...

Comenzamos a cantar juntos, me encanta que ambos cantemos, me encanta que el sepa.

Vaya, nos divertimos bastante en el viaje, el festival de música se encontraba en la playa, se veía bastante bien, más que bien yo diría, el clima se encontraba contagioso y la música era pegajosa y palpitaba dentro de mi pecho de lo muy fuerte que se encontraba el volumen.

- señor, sus boletos -. Dijo el guardia. Milo dió los boletos al guardia y aquel concurrió con una máquina extraña que escaneó el código de barras del boleto se cartón. - pasen -. Nos dijo, y nos abrió el paso, nos dieron una brazalete bastante extraño, dijeron que era para recargarlo con dinero y comprar cosas con el brazalete, bastante nuevo para mi.

Adentro era distinto, era muy extraño, bastante novedoso al parecer, bastante distinto a mi vida común y corriente, este era el mundo de Milo, de todas maneras debía conocerlo y respetarlo tal como él había respetado el mío.

- ¿bueno, y donde vamos? -.
- no lo sé, tengo un poco de sed -.
- bueno, vamos a recargar los brazaletes -. Dijo.
- me parece bien -.
Llegamos y había una fila bastante extensa, pero no demasiado, estuvimos allí y comenzamos a mirarnos detenidamente.

- _______, ¿has pensado en la universidad? -.
- es lo único en que pienso, y recuerda que desde la próxima semana se abren las postulaciones a las variadas universidades -.
- estaré al tanto -.
- ya lo sé, podemos ir a cualquiera, ya nuestras calificaciones son excelentes, quiero decir, buenas -.
- si, tienes razón, ahí veré que pasará conmigo y mi futuro -. Dijo algo serio.
- debes pensarlo bien, ya que es algo que harás para el resto de tu vida, este país tiene variados prejuicios al abordar universidades, tienes que pensar bien, tu carrera, y las formas en que comenzarás a consagrarlas -.
- lo sé, y también sé que tú ya tienes todo aquello pensado, porque siempre estás a mil pasos delante de mi, es algo que siempre he admirado de ti, y ya ir a una universidad me preocupa, me preocupa crecer tan rápido, estar en primaria y luego en un abrir y cerrar de ojos te encuentras con la decisión que conformará tu vida entera -.
- estas al tanto de la situación, querido -. Dije  sonriendo. El también lo hizo.

Vaya que lo pasamos bien aquel día, bailamos, aquella energía era bastante contagiosa, me daban muchas ganas de gritar con toda la fuerza de mis pulmones, pero luego pensé en el deterioro de las pequeñas arterias que están dentro de los pulmones que al hacer aquello se van cortando, tal como un hilo.
Milo compró una especie de pastelillo, pero creo que venía con dopa mina o extasié, pero los sentidos se le agudizaron y comenzó a hacer cosas bastante fuera de lo común, intentó tocarme y eso fue lo que explotó el día, me enfadé con el como nunca y me retiré sola de allí.

Someday (Milo Manheim y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora