4.- Muerte.

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—JaeBum...—Mis labios soltaron las palabras lentamente como si de una caricia se tratara, sentí un escalofrió recorrerme el cuerpo y una calidez instalarse en mi pecho, tragué saliva con dificultad ¿qué había sido esa sensación?

Jackson me miró reflejando sorpresa, se había percatado de algo que al parecer yo no.

—Escucha JinYoung, debo explicarte algunas cosas para que puedas comprenderme, de todos formas lo olvidaras en unos meses, así que no habrá problema.—Sus ojos miraron los míos directamente. —Existen diferentes tipos de deidades, nosotros somos creados base de las necesidades de ustedes, los humanos, así lo decidió el Creador, sin nosotros algunas cosas no estarían del todo bajo control, ¿comprendes?

Logré asentir, era curioso como existían cosas que estaban fuera de nuestra imaginación, probablemente no creería ni una palabra de lo que estaba diciendo de no ser que ya lo había comprobado por mis propios ojos de cierta manera. —Tú y YuGyeom lo son...¿En ese caso que hace él saliendo con mi mejor amiga? Para empezar, ¿eso es posible? —En cierta manera me preocupaba eso, no quería que Bami saliera lastimada sólo porque quizás aquella deidad quisiera experimentar con algún humano.

Jackson negó con su cabeza lentamente soltando un suspiro cansado. —No estoy seguro del todo, pero no te preocupes demasiado, cuando él se vaya ella lo olvidará, no saldrá lastimada.

Fruncí el ceño, ¿acaba de tranquilizar mi inseguridad? ¿acaso lo había dicho en voz alta? No, no había sido así. —¿Acabas de leer mis pensamientos? —Pregunté intentando confirmar una hipótesis que había formulado hace no mucho, ya me había percatado que respondía a cosas que pensaba, cosa que me hacía creer que ya no eran seguros los pensamientos que pasaban por mi mente.

—No puedo leerla, eso es ridículo. —Sonrió con diversión logrando relajarme levemente.—Puedo oír tus miedos, los humanos suelen ser tan expresivos aún sin decirlo que nosotros como deidades podemos oírlos cuando estamos cerca de ustedes, —Confirmo finalmente. — aunque debo admitir que es algo molesto si te encuentras en el centro de la ciudad en plena hora pico, —Su boca se curvó mostrando un mueca.— es como si fueras a quedar loco...no es agradable.

—No sé si sentirme más o menos tranquilo. — Confesé llevándome mi mano derecha a mis cabellos desordenandolos en un intento relajarme, aunque era bueno saber que él no podía leer todo lo que pensaba, tampoco era muy agradable que pudiera oír mis miedos, hacía que me sintiera expuesto.

—Los humanos aunque no lo parezcan tienen demasiados miedos, por ello estamos nosotros para ayudarlos. —Continuó.— Las deidades no pertenecemos a este mundo, así que no podemos crear lazos con ustedes, por lo tanto olvidarás que me conociste en algún momento, sólo tu espíritu me recordará.

—Si lo olvidaré...¿Por qué simplemente no me dices todo? No soy idiota, sé que hay algo más en tus palabras. —Me atreví a decir aún en cuanto esto trajera consigo que se fuera y me hiciera retroceder dos pasos a la información ya recabada.

Finalmente vi su mirada contra la mía, tenía razón, él ocultaba algo, algo importante.

El timbre sonó, no pude evitar maldecir al ver la hora en el reloj de la estancia, Mark ya había llegado y yo no había hecho nada decente para el almuerzo como había querido, sin hacer esperar más abrí la puerta mirando como el pequeño niño me abrazaba por mis piernas debido a su corta estatura.

—¡Estoy de vuela, hyung! —Una sonrisa energética brotó de sus labios, haciendo que olvidara levemente la pequeña frustración que sentía contra la deidad aún presente.

—Bienvenido, Mark, ve a cambiarte, ordenaré algo para almorzar. —Respondí revolviendo sus cabellos para después ver como asentía y salía corriendo hacía la planta alta.

Destinado [Bnior] EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora