11.-Sueños frustrados, promesas rotas.

370 61 9
                                    

¿Qué es lo primero que podría venirse a tu mente al pensar en la muerte? Posiblemente miedo. Bien, ahora ¿cómo te imaginarias a este ser que se encarga de llevar a las almas al más allá? Semblante frío, sin mostrar sentimiento alguno y un aura de oscuridad emanando alrededor de éste, y sí, posiblemente así es como tenía que lucir ya que es la única forma de mostrar una barrera entre las almas y él, sin embargo, ¿qué pensarían las personas al ver a la mismísima muerte enamorado?

Reí internamente, posiblemente me tomarían a loco, nadie creería que la muerte podría tener un corazón ni mucho menos amar con él. Pero yo lo creía, podía verse a simple vista mientras ahora la deidad comía un puño de palomitas mientras me veía interesado en mis deberes, atento esperaba una mínima distracción de mi parte para poder sacar ventaja de ello.

Aunque tenía que admitirlo, me apenaba recibir tanta atención de aquel chico, nunca nadie había mostrado suficiente interés en mí sin terminar aburrido en el proceso pero él era diferente, parecía gustarle todo de mí y prestar atención a los más mínimos detalles lo cual hacía que mi pecho se hinchara de amor y mi  alma se regocijase con saber que era especial para alguien.

— ¡Jinnie! —Soltó en un puchero reclamando mi atención.

— ¿Hmn?—Respondí de manera distraída mientras seguía en mi labor, aquel ya era el cuarto berrinche que armaba para llamar mi atención, todos quedando en vagos intentos.

Realmente mi intención no era ignorarlo, pero pronto empezarían los finales, algo así como el apocalipsis escolar, la tensión era casi palpable a tan solo iniciar con las actividades y exámenes finales, así que realmente tenía que concentrarme en aquel trabajo sobre todo porque para mí era importante tener una buena nota en Latín, mi orgullo estudiantil seguía lastimado y tenía que recuperarlo y si bien Jaebum comenzó a ayudarme para poder lograr aquella meta ahora mismo estaba siendo mi mayor distracción.

— Mírame, cariño —Pidió, haciendo caso le obedecí prestandole la atención reclamada anteriormente, sus ojitos de cachorrito lastimado me conmovieron por un momento haciendo que me sintiera mal conmigo mismo por haber ignorado sus distracciones anteriores hasta que lo vi sonreír victorioso, fue entonces cuando la proximidad de acortó entre los dos hasta que nuestros labios estuvieron juntos, mi rostro se sonrojo al instante por la sorpresa. 

— ¡Im Jaebum! —Le regañé inflando mis mejillas intentando lucir enojado aprovechando el color rojo de mis mejillas. — Eres una distracción andante.

— ¿En serio?— Preguntó alzando las cejas con cierta satisfacción —Me siento tan orgulloso y halagado —Sus manos comenzaron a hacer señas de darse aires de grandeza así que golpeé levemente su brazo con mi codo intentando lucir molestó pero no funcionó, terminé riendo.

— Realmente no debí dejarte quedar, no creí que fueras tan parlanchín —Acusé con diversión, continuando con mi trabajo.

— Jinyoung, realmente eres un estudiante muy responsable, sabes que ese trabajo es para dentro de una semana y ya lo has empezado, date un respiro — Su mano acaricio la mía, justo la que sostenía mi lápiz haciendo que lentamente lo soltara. 

— No me gusta dejar las cosas para después, todo se junta y suele ser un desastre. — Me quejé en un puchero.

—No se te juntara, y de ser así te ayudaré. —Prometió, una sonrisa salió de entre sus labios.

—Tú siempre estás muy ocupado como para prometer eso —Le miré reprochandole.

—Para ti nunca —Murmuró con un guiño, acción que logró apenarme.

Rendido me di una pequeña tregua, a veces no me gustaba aceptarlo pero tenía razón Jae, pese a que sólo lo usara a su favor como en esta ocasión.— Bien, has ganado, tienes mi atención.

Destinado [Bnior] EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora