17. Etéreo.

264 45 1
                                    

Después del almuerzo Mark llegó a casa al lado de la señora Min Soo que lo había llevado, no pude demostrar con palabras la hermosa sensación que provocó el poder abrazarlo y tenerlo conmigo, en aquel momento sólo pude sentir que la vida realmente valía toda la pena. Después de despedir a la señora Min y agradecerle el haber cuidado de Mark me aseguré de que el pequeño comiera algo de lo que Bam había preparado, y pese a que alegó un poco con la excusa de que no tenía hambre, una vez que probó bocado no pudo resistirse a no terminar su plato con gusto, sólo podía ver la enorme sonrisa que tenía mi mejor amiga por el hecho de que él hubiera disfrutado de su comida.

Bam nos acompañó un rato más junto con su novio, quien poseía una de las mejores sonrisas para el pequeño niño que no paraba de reír por alguna broma del mayor, hasta la hora de su partida en donde comenzó a hacer pucheros. 

—Vendré a jugar contigo otro día, ¿está bien? —Prometió el chico, mi pequeño hermano lo miró comprobando la veracidad de sus palabras para después asentir en una gran sonrisa.

— ¿Lo prometes? —Su mano se alzó hacía el mayor mostrandole el dedo meñique.

—Sí, —Respondió tomando el meñique del niño y sellando su promesa con ese acto. —Lo prometo, de no hacerlo prometo darte un regalo sorpresa. 

El menor sonrió, era todo un ganar-ganar.

— Te veo mañana,—Me habló mi mejor amiga, captando mi atención — sólo calienta lo que hay en el frigorífico si te da hambre, tu tía confía en mí para cuidar de tu alimentación. — La chica me regaló una sonrisa mientras estiraba cariñosamente mi mejilla en un acto muy típico de ella hacia mí.

— Vamos, para ya con eso. —Repliqué apartando su jaloneo en mi rostro. —Lo haré, no es necesario que lo sigas diciendo. —Rodé los ojos un poco cansado de la misma cantaleta, Bam era una exagerada.

— Más te vale que lo hagas, Park. —Advirtió está vez alzando una ceja con determinación, para posteriormente rodear sus brazos alrededor de mi cuerpo en un cariñoso abrazo. — Si necesitas algo llámame, estaré aquí lo más rápido posible.— Una ligera pausa surgió para ser finalizada. — Habla con Jaebum, sé que las relaciones no son fáciles, pero no pueden estar enojados para siempre.

La miré sin saber que decir exactamente, así que sólo logre asentir. — Lo intentaré. —Pronuncié después sin saber si realmente aquello era lo correcto, al parecer ella sabía de nuevo sobre la existencia de Jaebum, más tenía una idea equivocada sobre lo que estaba pasando, quizás era lo más conveniente.

Después de unas instrucciones por parte de Bam y de empujarla fuera de la entrada la chica cedió a dejarnos completamente solos a ambos, una vez que se marchó pensé en lo idiota que había sido, ciertamente era mejor que ella creyera que todo había sido sólo una baja por mala alimentación y no un intento de... cerré los ojos, negándome a volver a pensar en ello, tenía que dejarlo atrás para poder seguir con mi vida de una manera correcta.

La noche venía cayendo y con ello la idea de ver un maratón de películas de Disney no faltó, pero no terminando el Rey León, Mark ya estaba profundamente dormido a mi lado, con una sonrisa moví los cabellos de su frente, mirando como su ceño se fruncía levemente buscando con su cuerpo una comodidad que en el sillón no tenía, así que con esa acción entendí que era mejor llevarlo a su habitación para que descansara mejor.

— Lo haré yo

La voz grave que se escuchó logró erizar mi piel, podía sentirlo detrás de mí, no tardo en pasar a mi lado para posteriormente cargar a Mark entre sus brazos como si de un bebé se tratase.

— Tienes unas cuantas horas de haber salido del hospital, no debes hacer esfuerzos. — Respondió, sin dejar que expresara mis pensamientos con el habla.

No mencioné nada, sólo deje que fuera hasta la parte de arriba, siguiéndole un poco de lejos, no es que me causara un esfuerzo seguirle el paso como hace unas horas atrás, pero no quería sobre esforzarme aún.

Su delicado tacto en mi cintura me hizo dar un brinco, que de no ser porque aquellas manos me tenían sujeto es probable que hubiera caído de espaldas hacia el frío azulejo color verde pastel, Mark ya no estaba en sus brazos, al parecer mis pasos se habían atrasado tanto que le había dado tiempo de ir y venir sin ajetreo alguno.

— Luces cansado —Murmuró suavemente mientras me ayudaba a terminar de subir los escalones faltantes para llegar a mi habitación. — Descansa, necesitas recuperarte.

— No —Repliqué quedo, sintiendo las lágrimas queriendo salir, pero no eran de tristeza, era un sentimiento mucho más profundo, era algo más que eso — Necesito recuperarte, Jaebum.

Mi confesión pareció tomarlo un poco de sorpresa, con delicadeza tomó asiento en la cama junto a mí, mirando mi rostro, intentando descifrarlo. —Soy tuyo, no tienes que hacer tal cosa, bobo. — Susurró con voz suave, tomando mis mejillas entre sus dedos para acariciarlas levemente, su tacto era blando y tibio.

— Quiero que sepas que...no te odio por lo de mamá, sé que no podías hacer nada, es tu trabajo. — Sus ojos se suavizaron, dándole un toque tan sereno que logré envidiar. — Lamento también haber hecho aquello, yo...yo realmente no sabía que quería lograr — Guardé silencio un momento para después continuar. — Lo lamento tanto.

El silencio inundó la habitación, sólo podía oír el latido de mi corazón golpear contra mi pecho nada más. Por un momento al no escuchar respuesta alguna creí que se había marchado sin más, pero sólo al levantar mi mirada para verlo lo encontré mirándome fijamente, con un rostro contraído, intentando no liberar sus expresiones.

— Perdóname, cariño.

La suavidad de su tacto me inundó profundamente, suaves caricias comenzaron en mis labios, dando inicio al vaivén entre ambos mostrando una danza suave y dulce al contacto entre nosotros, mis manos no dudaron en atrapar su cuello, haciendo nulo algún intento de apartarse de mí. Me permití el atrevimiento de pasar mis manos por su cabello, sus mejillas hasta llegar a sus hombros, para después sentir como mi pecho subía y bajaba debido al aire que exigían mis pulmones, aunque él no parecía tan afectado como yo en ese aspecto.

— No debes esforzarte. —Susurró cerca de mi rostro, pude apreciar como sus ojos detonaban preocupación.

— No te vayas, por favor. —Supliqué, temía que se fuera y que al despertar no se encontrara a mi lado.

—No iré a ninguna parte, me quedaré contigo, lo prometo. —Un suave beso fue depositado en mis labios convenciéndome de aquello. Tonto.

— Jaebum...— Susurré despacio, mirando como la deidad cubría mi cuerpo con la manta de la cama para hacer a mi cuerpo descansar, su garganta sólo hizo un ruido dando a entender que prosiguiera, le miré, sus ojos distraídos, sus lunares en sus parpados, todo de él lucia hermoso desde el ángulo donde lo apreciaba, estaba seguro de ello, y de mis sentimientos. —...te amo —Confesé.

______________

Una disculpa, me volví a atrasar con el capítulo de la semana gracias a la escuela 💔

El capítulo está medio soso pero bueno, espero tener más tiempo para redactar el siguiente ya que se vienen cosas medio tristonas (?) 

Destinado [Bnior] EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora