Extra 2: Prohibiciones del mundo divino

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Parte 2

La biblioteca de la divinidad se encontraba vacía, cosa que agradeció inmensamente, sin prisa alguna caminó entre cada uno de los estantes buscando entre las inmensas carpetas hasta encontrar su objetivo, touché.

Reencarnaciones

Con dedos nerviosos tomó la ancha carpeta y comenzó a pasar las hojas una por una leyendo cuidadosamente hasta dar con lo que buscaba, no le tomó mucho para su fortuna, era la ventaja que tenía como divinidad de la vida, conocía a cada una sus creaciones.

Su nombre era Yi-En, entonces el recuerdo de la creación de esa alma llegó a su mente en una imagen rápida, le había otorgado la bondad y amabilidad como los dones que marcarían su existencia, aún podía recordar lo que lo había inspirado a ello, sonrió con nostalgia.

Jackson nunca se había detenido a darle muchas vueltas a su existencia, él había sido creado por una divinidad superior a él, a quien todos llamaban "El Creador" o "Sabiduría", sin embargo por un momento se permitió pensar en el por qué su existencia se basaba en ser sólo una divinidad y no un humano en sí, entonces por primera vez en toda su vida se fantaseó con la idea, ¿cómo sería si fuera humano? ¿cuál sería su don, su razón de existir? lo supo sin duda alguna, fue así que tomando acto de su habilidad creó al chico con lo que a él le hubiera gustado ser si su destino hubiera sido diferente. Para ser sincero no espera que en algún momento pudiera encontrárselo, o al menos no mientras el chico estuviera vivo, pero a veces las cosas sucedían sin que uno estuviera al tanto.

Con una sonrisa alegre se permitió seguir leyendo, parecía ser que el chico tenía apenas veintiún años y que se encontraba en su segunda reencarnación, había nacido con buena fortuna gracias a las buenas acciones de su primera vida, si seguía así quizás en alguna próxima reencarnación podría nacer rico.

Los pasos en la sala le distrajeron de su actividad, sin darse cuenta su expresión cambió, no necesitaba levantar su mirada para saber de quién se trataba.

—Muerte

—Jackson —Saludó el contrario en una inclinación sutil, sin detener su paso hasta llegar a su objetivo.

—¿Qué haces? —Cuestionó el contrario al ver cómo el recién llegado tomaba archivos antiguos de los primeros humanos existentes en el mundo, en específico, de casos únicos que fueron registrados para poder marcar un historia que poder seguir, contar o evitar de nueva cuenta.

La Muerte lo miró un segundo para después regresar su atención a los libros frente a él y tomar uno. —¿Realmente te interesa? ¿no estabas ocupado leyendo sobre ese chico? —Indagó, Jackson arrugó la frente.

—¿Cómo sabes de él? —Respondió a la defensiva, con miedo apretó la carpeta que se encontraba entre sus manos, lo último que quería es que Jaebum supiera sobre el chico, no quería que le hiciera lo mismo que a sus demás creaciones.

—Morirá de vejez, tiene una larga vida por delante, así que deja de preocuparte —Comentó, el contrario se sorprendió por la nueva información —Los vi de casualidad en el camino —Respondió a la pregunta del menor, el silenció reinó nuevamente, Jaebum colocó el libro entre sus manos en el estante de nuevo y sin decir nada más se marchó.

La deidad restante miró el lugar en donde había estado el contrario hace no mucho con cierta incomodidad, inseguro se tomó el atrevimiento de indagar qué era lo que el contrario había estado buscando, no era común ver a Muerte en ese sitio, ni mucho menos que indagara sobre los humanos. Esperando no equivocarse tomó el libro que el mayor había tenido entre sus manos hace pocos minutos atrás haciendo que en el acto unas hojas sueltas debido a la antigüedad de éste cayeran al suelo, con lentitud se agachó para recogerlas leyéndolas en el proceso.

Destinado [Bnior] EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora