El Príncipe (I)

Primera aparición pública

Nunca han sido de mi interés las actividades escolares, mucho menos las que impliquen estar en la universidad a las ocho de la mañana cuando yo voy en las tardes, pero heme aquí, sentado entre un centenal de estudiantes que no conozco siquiera de vista muriendo de sueño mientras espero a que los asientos a mi lado se ocupe antes del inicio de la conferencia que me importa lo mismo que un centavo.

Durante diez largos minutos finjo no notar las miradas sobre mí como si fuera un bicho raro y casi suspiro de alivio cuando dos voces que conozco de memoria se escuchan a mis espaldas por lo que volteo a esa dirección cuando veo a Mia y al ser mas dramático que he tenido el placer de conocer caminando hacia donde estoy.

Las chicas se sientan una a cada lado y una genuina sonrisa se posa en mi rostro cuando un vaso de café caliente es puesto enfrente de mí por lo que volteo a Erica y ella solo recarga su cabeza en mi hombro unos segundos para después sentarse correctamente.

-¿Alguien podría decirme por qué es necesario que los de maestría estemos aquí? Nada en contra del conferencista, pero tengo mejores cosas que hacer un martes a las ocho de la mañana.

Escucho la risa de Mia a mi lado y dice: -¿En serio?,¿cómo qué?

- Como no tener que ver al odioso de tu prometido tan temprano, ya es suficiente verlo durante mis clases como para tener que hacerlo en la mañana.

- Puedes decir lo que quieras, pero sabes que me amas.

Erica golpea la parte trasera de mi cabeza y se deja caer sobre la mesa de una manera dramática llamando la atención de una gran parte de la sala hacia nosotros.

-¡Por supuesto, Alteza! No sé que sería de mí sin tu existencia, eres la razón de de mi vida y solo escuchar tu nombre ilumina mi día, no puedo creer que... ¡Auch! ¿eso era necesario?

Me regresa la patada y solo puedo reír mientras mi prometida nos ve avergonzada por nuestro comportamiento como si ella fuera la más normal de los tres, (aunque lo es), por lo que tomo su mano dándole un apretón y Mia solo niega tomando de su bebida, la cual, apuesto mi título que es un chocolate caliente.

-¿Cuándo será el día que sienta que no salgo con niños cuando estoy con ustedes?

Erica comienza un discurso sobre como no es nada infantil mientras que yo veo al rededor de la sala viendo como varios de los hombres de seguridad escoltan las entradas como si fuera a pasar algo en este lugar tan temprano, creo que ellos son los únicos locos que cargan un arma a esta hora.

- ... Y por eso deberías saber que los dos se comportan como niños cuando están juntos, es divertido, pero es muy temprano para sus juegos.

-¿Los dos? Creí que esta conversación era...

- Buenos días miembros de la comunidad estudiantil y profesorado, por favor, recibamos con un fuerte aplauso a la doctora...

Mientras presentan a la conferencista todo lo que puedo ver es el brillo de emoción en m prometida trayéndome a la cabeza el hecho de que ella es su autora favorita, ahora entiendo porque ella no tiene ninguna queja.

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- No puedo creer que te hayas quedado dormida toda la conferencia.

Las chicas caminan frente a mí mientras discuten sobre como conferencias deberían ser después de las diez mañana y todo lo que puedo hacer es mantenerme en silencio con Elliot a lado mío (hecho que intento ignorar) mientras esquivo la increíble cantidad de personas que hay en la recepción ya que toda la universidad se vio obligada a asistir, además de la invitación al publico general por lo que no me sorprende que en segundos Mia y Erica desaparezcan de mi vista dejándome como un niño pequeño buscando a sus padres viendo por todas partes.

- Elliot.

- Sí, señor.

-¿Dónde están las chicas?

- Un momento alteza.

Lo escucho murmurar unas cosas mientras seguimos avanzando por el lugar y antes de que alguno de los de seguridad las encuentre una mano toma la mía por lo que volteo y de inmediato me relajo cuando veo a Mia quien me da una tímida sonrisa por lo que la pego a mí abrazandola.

-¿Cómo diablos desaparecieron en un segundo?

- Se supone que ibas detrás de nosotras.

- Sólo veía un letrero y cuando regresé ya no estaban.

- Úps.

Los tres nos acercamos a la salida y cuando estamos cerca de la salida una voz diciendo mi nombre nos detiene por lo que busco su procedencia entre la multitud hasta que una mujer bajita aparece frente a nosotros sonriendo como si hubiera ganado un millón de coronas danesas.

- Alteza, es un placer encontrarlo aquí.- Dudo que me haya "encontrado", pero se hacia donde va esto cuando reconozco a la reportera frente a mí, quien realmente es de las amables dentro de su área.- Soy Liz Nielsen, reportera de The Sun, ¿le importaría si tomo unas fotos para la edición del viernes? 

¿Fotos? Se supone que esta sería una salida rápida para regresar a casa y llevar a Mia con madre para ver un pequeño gran detalle de nuestro compromiso, pero ya que la reportera es tan amable siempre que nos encontramos asiento con la cabeza a lo que ella sonríe tomando su cámara.

- Ahí donde está es perfecto, solo deme un segundo.

La veo configurar su cámara y en lo que termina una loca idea entra en mi cabeza por lo que volteo a Mia con una sonrisa a lo que ella niega con la cabeza, si va a casarse conmigo es momento de que al menos las personas sepan quien es, así que una pequeña foto en una página del periódico es una buena forma de anunciar nuestra relación.

- Ven aquí.

- Ashton... no creo que sea...

- Mia, ven aquí.

Me ve molesta, sin embargo se acerca a mí y cuando la señora Nielsen repara en nosotros casi puedo ver los signos de dinero brillando en sus ojos al darse cuenta el tipo de foto que tendrá y lo mucho que podrá ganar con ella, sin duda hoy es su día de suerte.

La reportera nos da unas pequeñas indicaciones y cuando Mia y yo estamos posando juntos con mi brazo a su alrededor sonriendo el flash brilla frente a mis ojos unas cuantas veces  cegándome por unos segundos.

- Muchísimas gracias, Alteza, solo para la foto, ¿podría obtener su nombre?

Veo a Mia esperando su respuesta y ella me ve con duda, bueno, ella puede salir en la foto, pero sino quiere dar su nombre no soy nadie para obligarla a ello.

- Mia Dahl.

-¿Eres estudiante de la universidad?

- Así es, segundo año.

-¿Puedo saber cuál es su relación?

Mia toma mi mano con fuerza esperando a que yo responda así que solo respiro un par de veces para pronunciar las palabras que traerán a una avalancha de prensa sobre nosotros, pero que, sé muy bien que tiene que suceder antes del gran anuncio:

- Ella es mi pareja.