Reuniones y visitas.

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Ha sido un día aburrido y estar reunido en un gran salón hablando de finanzas y política no es algo que emocione mi día.

Veo a papá divagar en la sala y suspiro, eso quiere decir que yo estoy a cargo, aunque durante los últimos meses así ha sido solo que todos pretendemos que no lo es. 

El secretario de seguridad está explicando la gráfica del incremento en altercados públicos y veo como el primer ministro le sonríe a la secretaria de él, estos hombres son unos cerdos.
Veo al asistente del fiscal dejar caer por quinta vez una pila de papeles y siento como estoy a un movimiento tonto de su parte de sacarlo de este lugar, soy fiel creyente de que sin importar la edad puedes tener un trabajo increíble, pero si la persona no esta preparada para reuniones de este tipo, lo mejor que pudieron hacer por él sería haberlo dejado fuera de esto, porque no hay forma de que vaya a olvidar este día. 

-¿Por que no tomamos unos minutos antes de continuar? Tenemos todavía mucho trabajo por hacer y creo que un momento para tomar aire no nos vendría nada mal. 

Todos asienten de acuerdo y sonrío cuando el asistente del primer ministro sale casi corriendo de la sala, los miembros de la junta salen dejándonos a mi padre y a mí solos en un cómodo silencio mientras Thomas ordena la pila de papeles que ha pasado la mitad de la junta en el suelo con una clara mueca de desesperación.

Los miembros del servicio entran rápidamente haciendo una reverencia y comienzan a recoger las tazas de la mesa cambiándolas por otras mientras preparan una nueva jarra de café y sonrío en agradecimiento cuando una taza humeante aparece frente a mí por lo que de inmediato la tomo ya que sé que no hay forma de que pueda tolerar el resto de la reunión sin cafeína.

Una de las puertas se abre y el mozo le dice algo a Thomas que hace que cambie de inmediato la expresión de su rostro, le hace una seña al mozo para que se retire y el momento en el que lo hace camina hacia mi padre y le die algo al oído que no puede parecer nada bueno.

-¿Estas seguro de lo que dices?

- Me temo que sí, Majestad.

Veo a padre esperando a que hable, pero él solo se pone de pie y sale de la sala de reuniones sin decir una sola palabra por lo que volteo a ver a Thomas esperando que él pueda darme una pista de lo que está sucediendo.

- Bien, habla.

- Su tío, el príncipe Klaus ha llegado al palacio, Alteza.

-¿Sin una invitación?

- La Reina Madre ha pedido que su familia venga.

-¿Y qué sucede con la reunión?

Thomas se acerca a mi lugar y toma las cosas que están frente a mí para luego acercarse al lugar de padre y dejarlas frente a su silla para después hacer un ademán de que cambie de silla.

- Usted presidirá la junta, Alteza.

- Sabemos muy bien que ya lo hacía, Thomas.

El hombre de confianza de mi padre solo sonríe por lo que hago lo que se me indica y cuando tomo asiento en el lugar de padre niego un poco fastidiado al ver la cantidad de notas de Thomas al rededor de los papeles del Rey.

- Dile a todos que regresen, es necesario terminar esta reunión y tengo clases en un par de horas.

- Como diga, Alteza.

Hace una reverencia y me deja en la sala pensando en qué demonios quiere mi tío Klaus para venir aquí, porque Dios sabe que nada bueno sucede cuando él y su esposa están en esta casa

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Cuando finalmente dejan de rodar cabezas, el último papel sobre el escritorio es firmado y estrecho la última mano siento como puedo volver a respirar, nada en contra de mi trabajo, pero considerando que tendría algo de tiempo libre antes de ir a la universidad y ahora solo alcanzaré a la última clase es más que obvio que salir de esa sala era todo lo que deseaba.

El Príncipe (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora