El Príncipe (I)

Príncipe Heredero

Finalmente la hora de la gala llegó y todo lo que puedo sentir es que no puedo respirar, pero tengo que fingir que me siento como pez en el agua porque la preciosa mujer que me acompaña esta casi temblando de nervios, así que lo mejor que puedo hacer es bajar del maldito alto y poner mi mas que ensayada sonrisa y saludar mientras intento no quedarme ciego con el flash de las cámaras. 

Rodeo el auto hacia la puerta que esta abriéndose y estiro mi mano hacia mi prometida que la toma con fuerza para salir de este y de inmediato pegarse a mi lado sonriendo tímidamente a la prensa, de lo cual no la juzgo porque es increíble la cantidad que se encuentra aquí siendo que este no es un evento tan grande, pero creo que si alguien aquí tiene la oportunidad de lucirse esta noche es la increíble mujer que esta a mi lado luciendo despampanante en un vestido verde que la hace ver radiante.

Posamos para unas cuantas fotos hasta que un miembro del staff nos guía al interior del salón que se encuentra completamente lleno con una agradable iluminación a la vista después de la cegadora experiencia con la prensa. 

Un mesero se acerca a nosotros con una charola de bebidas así que de inmediato tomo dos copas agradeciendo para después darle una a Mia, quien la toma mas que agradecida, creo que ambos necesitamos algo que nos relaje para poder sobrevivir a esta noche.

- No te atrevas a soltar mi brazo.

- No se me ocurriría, encontremos nuestra mesa antes de que uno de los dos se desmaye.

La escucho reír disimuladamente, lo cual de inmediato me hace sentir mejor, porque debo admitir que la mitad de mi nerviosismo esta noche es a causa de Mia, ya que este es el segundo evento de tal magnitud al que asistimos después de nuestra cena de compromiso, así que puedo comprender que esto puede ser demasiado para ella.

Antes de que podamos llegar a nuestros lugares, mi persona favorita (la que mas odio en este mundo) se acerca a nosotros con una gran sonrisa como si fuéramos amigos de toda la vida y deteniéndose justo en frente de la mesa en una indirecta mas que clara que no va a dejarnos pasar.  

- Alteza, ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez.

Y daría todo porque hubiera sido mas tiempo, pero como el representante de la Corona que soy, voy a fingir que esta es la mejor persona que jamás haya visto y que es todo un placer estar en la misma sala que él.

- Lo ha sido, permítame presentarle a mi prometida, Mia Dahl, Mia, él es el Conde de Bera.

El mayor idiota que jamás haya conocido en España. Se saludan estrechando sus manos mientras veo como la sonrisa en el rostro de mi prometida ya no es tan forzada lo que de inmediato no me hace sentir feliz y mas al ver como el Conde sostiene su mano por mas tiempo de lo necesario con una estúpida sonrisa en su rostro.

- Es todo un placer señorita Dahl, permítame decirle lo maravillosa que se ve esta noche.

Aquí va.

- Muchas gracias

- Y bien. ¿cuál es su mesa?

 - Estamos frente a ella.

-¡Perfecto! Los tres tendremos una noche increíble.

¿Qué?¿los tres? Asiento con la cabeza mientras por dentro quiero llorar así que doy un largo trago a mi bebida acercándome a la mesa y siento un poco de decepción cuando veo el nombre del Conde de Bera a lado del asiento de mi prometida porque conozco muy bien el comportamiento de  este idiota, va a fingir que no estoy aquí y siendo completamente descarado va a hablar con mi mujer como si no fuera una persona comprometida.

Los tres tomamos asiento y sonrío levemente cuando siento la cálida mano de Mia posarse en mi pierna, probablemente me veo muy miserable para que ella tenga que demostrarme un poco de afecto, así que decido que lo mejor que puedo hacer por ambos es pretender que nada esta mal, así que poso mi mano sobre la suya mientras veo al rededor de la mesa notando que conozco el nombre de la persona que debe sentarse a mi lado esta noche, así que al menos ya sé que hay dos personas con las que no tengo que fingir que amo estar aquí.