Creo que lo merezco

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Desde mi "compromiso" con Mia siento que no hemos tenido un momento solo para nosotros, y que decir de un momento que nos haga sentir que vamos a casarnos; sé que el cambio de amigos a esposos tomará su tiempo, pero creo que antes de comprometernos éramos más "íntimos" que ahora que estamos oficialmente saliendo

Coordinando mi agenda con las clases y trabajos de Mia finalmente pudimos acordar vernos esta noche por lo que ahora estamos en el auto camino a un restaurante ya que por más que ame estar en su departamento es momento de que hagamos cosas de parejas normales.

Durante cinco minutos lo único que hacemos es sostener nuestras manos y mantenernos en silencio mientras llegamos al restaurante recomendado por Erica, (el cual espero que valga la pena considerando los gustos de mi mejor amiga). 

Cuando el auto se detiene frente a la entrada Elliot abre mi puerta mientras que el nuevo miembro de seguridad hace lo mismo para Mia por lo que bajamos del auto y de inmediato camino a su lado con ella enlazando su brazo al mío para después entrar al lugar que realmente tiene buena pinta por lo que espero que la comida esté buena.

Una chica nos lleva a nuestra mesa en un privado dejando nuestros menús y después se va dejándonos solos por lo que puedo ver a Mia relajarse inmediatamente y sonreír, cosa que me hace sentir cómodo.

- Siento que ha pasado mucho tiempo desde que tuvimos tiempo para nosotros dos.

- Creo que incluso te he extrañado.

 Niego con la cabeza intentando disimular que no me gustó ese comentario y ella solo ríe tomando mi mano por lo que de inmediato mi atención se centra en sus bellos ojos esperando a lo que sea que esté pasando por su mente, porque puedo ver que hay algo rondando su mente.

-¿Qué sucede, Mia?

- Bueno... creo que hay muchas cosas de las que tenemos que hablar, pero... no se si realmente quiero escuchar tus respuestas.

-¿He hecho algo malo?

No estoy seguro de haber hecho algo que me haya metido en problemas, pero lo cierto es que, entre tantas cosas que pasan por mi cabeza cualquiera pudo haberse escurrido de mi mente dejando fuera algo importante, por lo que, en caso de estar a punto de recibir algún tipo de regaño no tengo problema.

-¿Has hecho algo malo?

- No que yo sepa.

Me mira en silencio esperando que algún movimiento en bruto me delate por lo que lo único que puedo hacer es beber de mi vaso de agua sonriendo casi de alivio cuando la mesera llega con nuestra botella de vino distrayendo a mi mujer con toda la ceremonia del vino que los restaurantes tanto aman hacer.

La mesera sirve nuestras copas y se va dejándonos en completo silencio por lo que pasan unos cuantos incómodos segundos hasta que Mia decide terminar con mi calvario y sonreír tomando mi mano mientras voltea hacia otro lado como si el privado tuviera una vista que admirar además de ella.

- No sé por qué estás tan nervioso, sabes muy bien que no podrías hacer algo malo si ni siquiera nos hemos visto en días.

- Pensé que estarías molesta justo por eso.

- Y lo estoy. - Lo sabía, ella jamás ha podido ocultarme algo.- Pero la verdad me ha hecho muy feliz que me hayas invitado a cenar esta noche, por lo que fingiré que no estuve días sin saber sobre ti.

Juego un poco con sus dedos y beso su mano sonriendo para mí cuando la veo sonrojarse, sabía muy bien que esto iba a pasar pero realmente me gusta ver ese lindo color en ella.

-¿Qué tal estuvo tu semana?

Suelta un largo suspiro y niega con la cabeza para después beber un largo trago de su copa y dejarla sobre la mesa para cubrir su rostro con sus manos.

-¿Tan mal estuvo?

-¿Recuerdas a la chica de mi carrera que hizo el escándalo en la fiesta en la que nos conocimos?

- No hay forma de que alguien así pueda olvidarse, y para nada es en el buen sentido.

- Bueno, el punto aquí es que tiene una tía que vive en Suecia, en Malmö más específico.

- Por favor dime que la conversación no va hacia donde creo que va.

Se encoge de hombros y un suspiro sale de mí, ahora entiendo su actitud, nada bueno está por salir de su boca, no tengo ninguna duda de ello.

- Resulta que la chica de la universidad le comentó a su tía que era mi amiga y una basura así de que estaba saliendo contigo, y como las noticias viajan rápido, la noticia de nuestra relación viajó hacia Malmö con la tía de esa arpía, quien da la casualidad que vive en el mismo edificio que mi madre.

Jamás he tenido el placer de conocer a la madre de Mia, pero lo que me ha contado ella es una mezcla de madre buena onda y que quiere ser amiga de su hija con una madre del siglo XX o más tiempo que vive preocupada porque su hija vive en otro país (que realmente solo es un viaje de media hora) y que se molesta cuando su adorada pequeña no le cuenta las cosas.

-¿Y qué te ha dicho tu madre?

- Chico listo, me llamó al momento de que unió los hilos y supo que la "linda sueca" de la universidad era su hija, casi quedo sorda.

-¿Debo temer por mi vida?

- Deberías temer por la mía, está viniendo a verme mañana para la comida y se quedará hasta el lunes que me vaya a la escuela.

-¿Eso quiere decir...?

- Que tu fin de semana de principito se arruinó porque mi madre quiere verte mañana para la cena.

-¿Va a matarme?

- Claramente, no hará un viaje de treinta minutos para ver a su hija con la que habla todos los días por video llamada.

- Bueno, es un precio justo por robarme a su niña.

- Ashton.

-¿Qué?

- No has robado a nadie.

- No, pero se sabe que tú has robado toda mi atención desde que te conocí, cariño.

Puedo ver su bello sonrojo de nuevo y sólo siento como la calidez de mi pecho crece cuando sonríe; maldición, estoy tan tomado. 

El Príncipe (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora