Saliendo de la escuela me crucé con mi novia, Flower, ella intentó arrastrarme a algún café o algo pero lo único que quería era dormir, no pude descansar bien por culpa de Oliver, su rostro parecía el de un chico que sufrió de abuso pero su cuerpo se veía como el de un niño mimado ya que no se le notaban las costillas, es más, se le escapaban unos pequeños rollitos en el abdomen por lo que cualquiera deduciría que sólo se revolcó por una cancha de fútbol y luego se quedó ahí a esperar a su madre cuando empezó a llover.
Como siempre, me fui caminando a casa así que al dar la vuelta en una esquina pasé por el callejón, Oliver estaba jugando con un peluche parecido al mío, revisé mi mochila y... Punto no estaba, me acerqué enojado a Oliver pero él sólo me saludó con la mano.—Ese es mi peluche, dámelo —exigí, Oliver se dio media vuelta y sacó su grabadora.
—"No... Es lindo..." —nuevamente se lo intenté quitar.
—Pero es mío y lo quiero de vuelta...
Cada intento de recuperar a Punto era inútil, él daba vueltas y cada vez que fallaba él se burlaba de mí y me provocaba para que siguiera haciendo el idiota, gente que pasaba me miraba como si estuviera loco y muchos se cambiaban de acera antes de acercarse a mí— "Ven... por... él..."
—¡H-hey! ¡No corras! —Oliver salió corriendo, como era de esperarse yo corrí tras él. Lo perseguí por media hora, con lentas caminatas de por medio, hasta que mis piernas no dieron más y me caí. Oliver también se detuvo, se puso en cuclillas frente a mí y me acercó una botella de agua, ¿de donde la sacó? Todavía tenía a Punto, sólo que lo escondía en su camisa para que no se lo quitara mientras estaba cerca. Cuando terminé el contenido de la botella Oliver salió corriendo y se metió por un agujero de la reja de un baldío, una vez adentro me mostró mi pertenencia y se fue. Nunca fui de esos que se rinden fácil así que entré en el baldío, vi a unos niños jugar a la pelota así que pregunté por el chico de ropa sucia y cabello rubio, ellos dijeron que sólo me vieron entrar a mí por lo que empecé a recorrer el pequeño descampado en busca del ladronzuelo. Localicé una mano sosteniendo el blanco peluche por encima de la reja con su mirada neutra así que corrí a buscarlo, al salir del baldío reconocí la calle y caminé hacia la derecha, como pensé, era la calle por la que voy a casa cuando tomo el autobús, a pocas cuadras estaba Oliver frente a mi casa jugando con Punto. Cuando estuvimos cara a cara le arrebaté el muñeco de las manos pero... ahora me pregunto... ¡¿cómo demonios este chico sabe donde vivo?!
Él me sonrió dulcemente cuando vió que saqué la llave de casa. ¿Alguna vez te pasó que te cruzaste un perro callejero al que por lástima le diste algo de tu comida pero que acabó siguiéndote a casa? Bueno, esta es una situación muy similar, un día le doy mi paraguas a un chico por lástima y al siguiente está esperando a que abra la puerta y lo deje pasar como si fuera mi hermano.— "No... vas a... abrir-me...?" —preguntó, ignoré su pregunta e inserté la llave en la cerradura. — "No...me ignores...! Quiero entrar... contigo..." —las distintas voces grabadas con las que formaba sus oraciones ya me estaba sacando de quicio.
—¡No! Esta es mi casa, tu vete a la tuya.
—"No... tengo..." —susurró, bajó su cabeza y comenzó a jugar con los botones de la grabadora en un intento de dar lástima.
—Pues me vale verga, no te dejaré entrar por eso.
—¡¿Con quien hablas enano...?! —escuché gritar a mi hermano desde adentro, fingí que Oliver no estaba presente y entré, el rubio puso el pie entre la puerta y el marco para llorarme que le dejara entrar. Empujé su pie con el mío, le cerré la puerta en la cara y puse el seguro en lo que mi hermano terminaba de cocinar.
Cuando me iba a arriba, después de comer, me pareció ver que Oliver entraba detrás del amigo de Arsloid, sacudí mi cabeza y saludé al invitado antes de irme a la cama.
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Ghost Love <<Olikase>> <<Flokase>>
FanfictionFukase, un chico de 19 años de encontró a un rubio de alrededor de 17 sentado en un callejón sucio y oscuro, él le regaló su paraguas para que Oliver no se siguiera mojando, lo que dejó aturdido al chico. Lo que Fukase no sabía era que a quien se en...