Oliver me despertó sacudiéndome cual maraca. Cuando le grité que estaba despierto él me bajó y se escondió detrás de mi justo cuando mamá abría la puerta para conocer la razón del escándalo proveniente de mi cuarto.
—¡Fukase! Deja de hacer todo ese ruido que retumba el techo —exclamó, Oliver no hizo ni un ruido para evitar que lo vieran.
—P-perdón ma —bajé la cabeza al disculparme por lo que los cabellos de Oliver quedaron a la vista de mi madre, quien no dudo en preguntar por él.
—¿Y quien es ese que está escondido atrás tuyo?, me pareció verlo varias veces dando vueltas por la casa.
—T-t-t-tú... ¿p-puedes verlo? —sus palabras me tomaron por sorpresa, sin embargo Oliver sólo me brindó una pequeña sonrisa para fingir inocencia.
—Pero claro, él se la pasa cerca de mis flores cuando estás en la escuela —Oliver se asomó por encima de mi hombro y sonrió inocentemente hacia mi madre también.
—No es eso... es que...
— Habla Fukase, si te quedas pensando no te entiendo
—Él es... un fantasma —confesé, Oliver suspiró en mi nuca y se acostó en mi espalda.
—¡No mientas Fukase! —exclamó ya cansada— Dime quien es y que hace aquí tan sucio —Oliver se armó de valor y se levantó abrazándose a sí mismo, evitando contacto visual con mi enojada madre. Ella se le quedó viendo un rato hasta que lo reconoció, balbuceó algo y se desmayó. Él se acercó a mi progenitora curiosamente, luego dirigió su mirada a mí y presionó el botón. — "Señora Satoshi..." —es lo que pude oír, le pregunté por qué conocía el apellido de casada de mamá a lo que él me escribió que esta alguna vez fue su casa pero cuando sus abuelos fallecieron la casa les quedaba muy grande y la vendieron, los compradores de la misma eran mis padres. Él sujetó el cuerpo por debajo de los brazos y me hizo señas para indicarme que levantara los pies y así poder dejarla en la cama, negué con la cabeza, le dije que usara sus poderes para ello porque tenía sueño; en realidad no quería hacer mucho esfuerzo, Oliver tiene poderes que me ahorran trabajo después de todo. Cuando mamá estuvo acostada en la cama Oliver se sentó a mi lado y acostó su cabeza en mis piernas parpadeando lentamente, parecía como si hubiera corrido una maratón, él tomó mi mano cuidadosamente y la apoyó en sus cabellos para que lo acariciara. A los pocos minutos su cuerpo me comenzó a pesar así que lo levanté como pude para dejarlo en el futón pero cuando intenté reincorporarme él me tomó de la muñeca para que no me fuera. Volví a acercarme. Sus delgados brazos ocultos por las enormes mangas de la camisa me atraparon y me obligaron a acostarme sobre el cuerpo al que estaban conectados, estaba helado pero no me molestaba, una de sus manos se apoyó en mi cabeza y comenzó a acariciar mi cabello unos segundos después. Su extraña risa de hizo presente al momento en que presioné su abdomen en un intento de liberarme, sus mejillas tenían un ligero color rosa mientras una pequeña sonrisa que dejaba al descubierto sus blancos dientes lo que lo hacía ver adorable a pesar de la extraña risa que emanaba de entre sus oscuros labios. Minutos después Oliver me soltó, se acercó a mi dormida madre y me preguntó donde estaba su habitación para llevarla y tirarse en mi cama en su lugar, su pálido rostro estaba escondido entre mis mullidas almohadas de una forma que lo hacía ver aún más adorable. Una sonrisa se formó involuntariamente en mi rostro al verlo tan cómodo entre mis almohadas y no pude evitar acostarme a su lado en busca de que me volviera a abrazar aquel tierno fantasma, no me gusta el frío y el cuerpo de Oliver está helado, sin embargo, hoy se veía y actuaba de forma que me daba ganas de abrazarlo y estrujarlo hasta no poder más por lo que hice el intento de ignorar los escalofríos que me causaba el contacto físico con el rubio y dejé descansar un brazo sobre su espalda, sobándola. No pasó mucho hasta que Oliver correspondió acurrucándose contra mi pecho. — "Te quiero..." —fueron las palabras que oí de la grabadora, su sonrisa de había borrado de su rostro pero el color de sus mejillas no desaparecía, estábamos tranquilamente acostados en la cama, abrazados, sus palabras en este momento y en la posición en la que nos encontrábamos me recordaron a una telenovela o un fanfic de romance, una escena antes de dormir en la que la pareja de encuentra en la misma cama, abrazados y enfrentados cuando se repente uno suelta un "te amo" antes de besar al otro. Por suerte para mí no somos pareja ni Oliver dijo "te amo" ni vamos a besarnos, sólo somos un par de amigos muy cercanos y, en el caso de Oliver, un poco pervertidos que están disfrutando de la compañía del otro de manera íntima pero inocente. Lástima que mamá no lo vió igual.
—Fukase qu- ¡¿Pero que demonios?! Fukase, no le estarás siendo infiel a Flower, ¿o sí...? —el seño fruncido de mi madre junto a su mirada penetrante eran algo de temer, me relajé e intenté explicar la razón por la que nos encontrábamos en esa posición.
—M-mamá! P-p-puedo explicarlo, no la estoy engañando con Oliver, e-él es sólo un amigo íntimo, nada más.
—"Y... estoy... muerto..." —añadió él sentado a mi lado.
—E-es que Oliver... estaba cansado y tenía frío por lo que me abrazó eso es todo —el mencionado se cruzó de brazos y desvió su mirada de los ojos de mi progenitora.
—Más te vale que lo que digas sea cierto o Flower verá que hacer contigo —amenazó mamá y se marchó con una expresión de duda e ira.
—S-s-s-si... —contesté sumamente nervioso.
"Estás... frito..." —se burló el fantasma, se levantó de la cama y se estiró, al ver que me quedé paralizado de los nervios y acercó la grabadora a mi oído para decirme que era mejor para mí que nos fuéramos a dormir, asentí con timidez para luego levantarme y ponerme ropa cómoda en lo que Oliver se cambiaba las vendas, debo recordar comprar más cuando pase por alguna farmacia.
Poco después estábamos en la misma posición que antes de que mamá entrara, durmiendo plácidamente.
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Ghost Love <<Olikase>> <<Flokase>>
FanfictionFukase, un chico de 19 años de encontró a un rubio de alrededor de 17 sentado en un callejón sucio y oscuro, él le regaló su paraguas para que Oliver no se siguiera mojando, lo que dejó aturdido al chico. Lo que Fukase no sabía era que a quien se en...