En algún momento de nuestra vida podemos vivir en Comunidad, pero que ocurre cuando realmente las puertas de cada casa se cierran. Agustín nuestro protagonista se embarca en una historia digamos poco convencional, donde las interacciones huma...
AVISO IMPORTANTE: Este capitulo contiene escenas e imágenes de sexo que pueden no ser apto para todo el público o herir la sensibilidad del lector.
Me despierto pronto si bien no puedo decir que haya dormido mucho, buena parte de culpa la tiene la carta de Sara en la que no he dejado de pensar. Como es posible que haya pasado por todo ella sola, es lo primero que pienso, más allá del sexo o de los videos que haya podido hacer lo que más me corroe por dentro es la actitud de su marido, incluso he tenido un brote de locura en el cual he llegado a mirar vuelos a Inglaterra con la intención de ir solo por el echo de machacarle, si bien se ha quedado en eso, una locura tras la cual quien ha pagado el pato no es otra que la pared, que ha quedado marcada por los nudillos.
Y ahora en la cama despierto, no hago más que pensar en salir corriendo hacia Inglaterra una vez más para buscarla y decirle que estoy aquí para lo que ella quiera, si bien al final no lo haré puesto que Sara sería capaz de mandarme de vuelta a España con una patada en el culo, así que una vez más intento cerrar los ojos antes de darme por vencido, puesto que no voy a coger el sueño.
—Hola guapo— me dice una voz pastosa a mi lado devolviéndome a la realidad.
—Que hora es?— me pregunta antes de apoyarse en mi torso mientras la rodeo con mi brazo.
—Muy pronto— la contesto acariciandote el pelo, antes de mirarla fijamente tras lo cual la pregunto —te he despertado?— cosa que ella niega más allá de una broma sobre mi cerebro funcionando, respuesta que me hace reír.
—Te noto tenso— me dice antes de asentir con un ruido, mientras permanecemos en la misma posición durante un buen rato, antes de que ella gire su cabeza liberandose de mi mano.
—Pero conozco el mejor remedio para ello—, me suelta ante mi sorpresa, puesto que empieza a bajar con sus besos desde mi pecho hasta alcanzar la base del pene.
—Va a ser que no— la comento mientras miro al techo incapaz de relajarme y disfrutar.
—Pues yo creo que va a ser que si— me contesta de forma divertida antes de sentir como mi sexo empieza a levantarse, como si esta tuviera vida propia, cosa que empiezo a pensar antes de sonreír a una Lydia que continua con sus besos y caricias, para en un momento dado empezar a masturbarme. «Ufffff» jadeo mientras mi erección no tiene marcha atras, sintiendo como su boca calida y humeda me recibe.
—Quiero que te corras para mí— me dice en un momento dado antes de volver a engullirla, al tiempo que mis manos se aferran a la almohada por la excitación.
«Joder», es lo único que pienso mientras el ritmo de mano y boca aumenta. «Ufff» vuelvo a soltar entre jadeos antes de observarla, antes de que sus ojos mantengan mi mirada, como si me hablaran, como si con ellos me dijera que lo que tiene entre sus manos es de su propiedad.
—DIOOOOOOOS— grito antes de que mi cuerpo se estremezca, al tiempo que ella no afloja su ritmo como si con tal echo quisiera vaciarme por completo, cosa que hago tras una prolongada eyaculación que saborea, tal y como me muestra en un gesto posterior.
—Lo ves como si podías?— me vuelve a decir de forma divertida mientras se incorpora de rodillas en la cama, antes de continuar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.