𝑂𝑐ℎ𝑜.

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Obito y yo nos encontrábamos sobre una rama de un árbol observando hacia lo que supusimos sería el escondite del enemigo.

—Bien, vamos. —Obito mantenía un kunai en su mano, por lo cual ante su desición seguí su acción.

—¿Ir a donde?

Me quede paralizada ante la voz ajena detrás nuestra, me giré lentamente para observar como el ninja de la roca empuñaba un kunai, el cual se acercaba hacia nosotros. El Uchiha se encontraba estático y no actuaba, con mi mano en donde sostenía el kunai iba detener el ataque pero antes de que pudiera tocarnos Kakashi se atravesó para cortar el pecho del enemigo.

—No saben más que dar problemas.

—¡Kakashi!

Me levanté emocionada y corrí a abrazarlo, como siempre sólo revolvió mis cabellos. Me despegue del abrazo y Obito se aproximó con una mueca de molestia tatuada en su cara.

Todos giramos nuestra atención a la voz ajena que habló un tanto cerca de nosotros.

—¡Ese cabello blanco y esa espada de chakra blanco! ¿¡No me digas que tú eres el colmillo blanco de Konoha!?

—Este es el recuerdo de mi padre —tomó su espada colocándola horizontalmente frente a él.

—Kakashi, ¿cómo es que tú?

Obito de la nada parecía estar sorprendido ante las palabras del Hatake.

—Bueno, no puedo dejar esto a un ninja llorón como tú, ¿verdad?

—Ya veo, eres el hijo del colmillo blanco, entonces no hay necesidad de tenerte miedo. —La sorna estaba filtrada en su voz.

El ninja de un momento a otro desapareció de nuestro entorno, comencé a buscarlo por los alrededores pero era incapaz de notar algo.

—Tendremos que ubicarlo por el menor movimiento y ruido que hace.

Un leve ruido proveniente detrás de Obito captó mi atención, no era momento de correr riesgos.

—¡Obito!

—¡Detrás de ti!

Kakashi corrió con su espada en mano hasta Obito y él recibió en su lugar el ataque que iba dirigido para el otro varón.

—¡Mi ojo!

Kakashi cayó de espaldas contra el tronco del árbol, cubriendo su ojo mientras sangre deslizaba de este.

—¡Maldición, Kakashi!

Ambos corrimos hacia él y yo lo tomé por la espalda para ayudarlo a sentarse mientras el azabache apretaba sus puños y no apartaba su vista del tronco.

—El enemigo... es bueno —habló entrecortado debido al dolor.

—Dame el botiquín que te dio Rin, haré lo mejor que pueda —comencé a limpiar y cubrir la herida con los productos que había.

Obito se mantenía de pie detrás de nosotros, mirando como ayudaba a Kakashi. En un momento el azabache se dio la vuelta rápidamente empuñando en sus manos un kunai, el cual extendió al frente dando la acción de clavarlo en algo, o alguien.

—¿Qué... qué son esos ojos? —Debido al ataque de Obito por fin podíamos presenciar al ninja de la roca.

—¡Está vez protegeré a mis compañeros!

Kakashi y yo observábamos atónitos la escena, cuando Obito retiró el kunai del cuerpo ajeno este cayó inerte sobre la rama del árbol.

—Obito, esos ojos tuyos...

Nightmare. -Obito Uchiha-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora