Miraba por el ventanal hacia el cielo, pensando en diversas cuestiones.
—Ami, Rin. Voy a casarme.
Ante su recuerdo invadir mi mente sonreí sin apartar mi mirada del cielo, estaba segura que ambas podían verme en aquel paso tan importante en mi vida. Sutilmente miré a la puerta cuando escuche la misma ser abierta.
—Aún estamos a tiempo, puedo ayudarte a escapar. —Kakashi dijo a modo de broma.
—Tentadora oferta... Pero no.
Reí al tiempo que discretamente tome algo para arrojarselo. Al tomarlo con la guardia baja el cojín impactó en su rostro.
—Golpe bajo, golpe muy bajo.
—Deja de molestar, suficiente tengo con los nervios del momento.
Había perdido la cuenta de cuantas veces fingía acomodar mis cabellos.
Finalmente Kakashi ingreso por completo a la habitación, me sujeto por los hombros y note una sútil sonrisa debajo de su máscara, para después abrazarme cálidamente durante unos cuantos segundos.
—Vamos, borra esos nervios, estás a punto de casarte, tienes que estar feliz.
—Claro que estoy feliz, simplemente que nunca esperé que podría casarme, ¿sabes?, y menos con Obito, después de todo lo que había pasado esta idea jamás cruzo por mi cabeza.
—¡Vamos! —Él comenzó a sarandearme, yo trate por todos los medios de que mi kimono y mi peinado no se estropearan.
—¡Deja de sacudirme! —Me libere de él como pude. —Arruinas horas de trabajo.
—Como sea, ¿ya estás lista?
Suspire para retirar todos los nervios del momento. El peliplata me ofrecía su brazo para sujetarme de ahí, una vez lo hice comenzamos a caminar en dirección a la puerta para salir de la habitación.
—Gracias por aceptar llevarme.
Me dedicó una gentil sonrisa. —Sabes que no tienes porque agradecer, al contrario, yo quiero agradecerte por escogerme a mí para llevarte al altar. Pudiendo elegir también a Guy.
—Bueno.... —Al salir de aquel cuarto nos esperaba Guy, Lee era el encargado de empujar su silla. —Muchas gracias por traerlo Lee.
—Es un placer.
El pelinegro menor finalmente se retiro, me solte del brazo de Kakashi y camine hasta Guy para sostener los mangos de su silla de ruedas.
—No me esperaba esto. Bueno. No es lo que normalmente se hace como tradición.
—¿Y qué más da? —Me encogí de hombros restándole importancia. —No es como que si hubiera ido sólo uno de ustedes estabamos cumpliendo con la tradición.
—¡Leiko tiene razón, vamos Kakashi, no te pongas celoso de que ella también quiso que la acompañara!
—No son celos.
El Hatake frunció su ceño con molestia.
—No tienes porque fingir Kakashi, si a mí hasta me sorprendió que también te eligiera, después de tu comportamiento durante bastante tiempo.
El mencionado aparato su vista fingiendo no escuchar, pero era evidente que estaba apenado, por ello no pude evitar reír en voz baja mientras chocaba los cinco con Guy.
Después de unos segundos de andar por ese pasillo codeé suavemente a Kakashi, cuando se giro a verme era yo la que le ofrecía mi brazo para que enganchara el suyo. Cuando lo hizo seguimos avanzando hasta salir de aquel lugar.
• • •
Obito me miraba con un gran brillo en sus orbes, le sonreí tímidamente.
Con los chicos nos detuvimos a pocos pasos del altar, primero me acerqué a Kakashi para rodear su cuello con mis brazos, mi tacto fue correspondido. Cuando nos separamos lo vi acercar su mano a mi cabeza, un gesto notable de que iba a despeinar mis cabellos en su característica muestra de afecto.
Aunque por la mirada de reproche que le dirigí terminó alejando su mano y alzando ambas en un gesto de rendición, al mismo tiempo que reía ronca y ligeramente.
—Entiendo.
Está vez me pose frente a Guy, me dedico una gran sonrisa y yo me incline ligeramente para poder abrazarlo fuertemente, él correspondió mientras daba ligeras palmadas en mi espalda. Debido al escalón que se encontraba para llegar hasta mi pareja, mi amigo peliplateado fue el que me dirigió hasta quedar frente a frente con el Uchiha.
Ambos nos sonreímos con amor al tiempo que nos mirabamos a los ojos, él al poco tiempo sujeto una de mis manos entre las suyas al tiempo que nos acomodabamos en nuestro sitio. Realmente ambos solamente estabamos inmersos en nosotros mismos, mirandonos con todo el amor y devoción posible durante unos segundos, que para mí significaron toda mi vida.
Demostrando en aquellos pequeños actos todo el amor que llevabamos aglomerando durante años.
Conforme avanzaba la ceremonia cumpliamos con los requerimientos; aunque no al pie de la letra, pero eso realmente no nos importaba demasiado. Tampoco es como si desde un inicio hubieramos cumplido todo como se debía. Primeramente bebimos los tres vasos del sake, después de ello hicimos el intercambio de los anillos, para finalmente dejar el tiempo restante a las palabras del compromiso.
Para este punto de la ceremonia, antes de la fecha de la boda Obito y yo habíamos conversado y él mencionó que quería ser el único en decir su discurso, al igual que cambiar ligeros detalles, yo no tuve problema con ello.
El azabache se levanto de su asiento y me extendió la mano, una vez ambos de pie, frente a frente, y tomándonos de las manos, Obito comenzo a hablar.
—Leiko, sé que desde que nos conocimos no todo fue flores entre nosotros, pero estando hoy aquí de pie, sintiendo el latir desenfrenado de mi corazón ante tu simple presencia, puedo asegurar y jurarte que estoy más que convencido de que tú siempre fuiste el amor de mi vida. Has sido y eres la razón de mi existir, y después de verte sonreír y brillar como en los viejos tiempos me hace agradecerle eternamente a la vida. —Durante todo ese transcurso de sus palabras fue inevitable liberar mis lágrimas, pero él se encargaba de limpiarlas cariñosamente para una vez terminar volver a tomarme de las manos. —Quizás todas las cosas que transcurrieron eran necesarias para poder llegar hasta este momento, justo profesandote mi amor; no lo sé, pero sí sé que volvería a pasar por todo el sufrimiento con tal de asegurar esta situación en nuestras vidas y en todas las que estan por venir, te amo con todo mi ser Leiko, quizas sea poco, pero créeme linda, es más que suficiente.
Finalmente Obito al terminar su discurso me tomo por las mejillas y unió sus labios con los míos, besándome con tanta lentitud y amor, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Podía escuchar los aplausos y vítores de los invitados, todos dirigidos con inmensa emoción y felicidad hacia nosotros.
—¡Muchas felicidades Leiko! —Pude distinguir que aquel grito fue de Naruto.
Cuando nos separamos el azabache siguió sujetandome por los pómulos, limpiando con sus pulgares las gotas cristalinas que hacían su recorrido por mi rostro. Él apegó su frente a la mía, cerrando ambos los ojos mientras disfrutábamos el momento.
—Toda esta pesadilla ha llegado a su fin Leiko, finalmente podemos ser felices juntos. —Escuche un pequeño sollozo del varón, pose una mano sobre su mejilla y di un suave beso en ella al tiempo que mi mano otorgaba cariñosas caricias en su piel. Al terminar mi acción volví a dejar unida mi frente a la suya. —Te amo demasiado, Leiko.
Sonreí al sentir que él también lo hizo.
—Te amo aún más, Obito.
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Nightmare. -Obito Uchiha-
Fiksi Penggemar❝Mi alma rota sigue devota a tu memoria.❞ ◆ Obito y tú. (OC) ◐ Historia narrada en algunos puntos por Obito. ◇ No copia u adaptación, historia de mi completa autoría. Los respectivos personajes pertenecen al anime "Naruto", creación de ello se est...