Nightmare. -Obito Uchiha-

𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑒𝑡𝑒.

Naruto ignoró lo que le dije y haciéndose el oídos sordos uno de sus clones se lanzó directo al enemigo. El tipo de la máscara se dirigió a la replica del Uzumaki mientras el contrario empuñaba un kunai en mano.

—¡Eres muy creído! ¿Qué va a hacer un niño como tú?

Antes de que el clon siquiera pudiera tocarlo él le propinó una patada en uno de sus pomulos, provocando que sangre saliera de su boca. Naruto iba tras del clon, por lo cual cuando este había sido pateado el cuerpo impactó de espaldas contra él, desapareciendo poco antes de que el rubio cayera en una laguna.

—No estamos haciendo más que perder tiempo... —Murmuré mientras todos parecían concentrados en lo que pasaba.

—¿Será que están tratando de analizar mis habilidades? La gente de Konoha sí que es astuta —él solo rascó la parte trasera de su cabeza de una forma fingidamente preocupada. —Pero para ser alguien nuevo soy bastante bueno, ¿no lo creen?

Era obvio que él sabía que intentabamos evaluar sus habilidades para buscar alguna manera de atacarlo, y por ello mismo no mostraba más que simples jugarretas. Finalmente él sólo liberó una risa tonta sin parar su monótona acción; las voces de Yamato y Kakashi se hicieron escuchar de entre las demás.

—Esquivó todos los ataques de Naruto.

—Es como si estuviera jugando con nosotros, ¿pero qué es lo qué quiere?

El ajeno nos miró durante unos cortos segundos para después hablar.

—¿Y qué juego deberíamos jugar ahora, mis amigos de Konoha?

—¡No tenemos tiempo que perder contigo!

—Shino, no estuviste la última vez que fuimos en una misión para recuperar a Sasuke. —Kiba habló hacía el Aburame sin girarse a verlo. —¡Contamos con tu ayuda!

Salté hacia la rama donde se encontraban posados los otros dos adultos, colocandome a un costado del platinado mientras posaba una de mis manos sobre el tronco de la rama. —¡Prepárense todos, terminemos de una vez por todas con este estúpido juego! —Grité de forma que los jóvenes me escucharan, sin retirar ni por un segundo mi mirada del objetivo.

—¡Haremos la formación B!

Todos los restantes respondieron de manera acertiva mientras se colocaban cercanamente unos de los otros mientras nadie de los presentes alejaba su vista del enemigo.

—¡Parece que ahora se están poniendo serios! ¡Entonces creo que yo haré lo mismo! —Él comenzó a realizar estiramientos y eso molestó al de zafiros.

—¡Maldito, deja de bromear!

Iba a advertirle sobre que debía de mantenerse serio ante esta situación, pero Sakura llegó antes tomando por los hombros a su compañero.

—Naruto, concéntrate en la formación.

—Sí, lo entiendo.

—Hagámoslo. Kiba, ¿listo? —De nuevo se dejo oír la Haruno, pero ahora dirigiéndose a alguien más.

—Cuando quieras, ¿no es así Akamaru?

—Entonces en marcha.

En todo el tiempo no me giré a observar a los chicos, sólo mantenía mi mirada en la persona frente a nosotros. Escuché a Sakura soltar su típico grito y la postura del sujeto cambió, demostrando a través de ella una clara sorpresa.

Naruto salió disparado hacia arriba y el hombre miró a esa dirección para seguir con su mirada la trayectoria del Uzumaki.

—¡Vaya, sí que se fue muy arriba! ¡Esa chica tiene una fuerza sobrehumana! —Lo último lo comentó mientras regresaba su mirada al frente. —¡Ah! ¡Me distrajeron con un señuelo y ahora tengo a dos personas rodeándome!

Sakura y Kiba junto con Akamaru se acercaban corriendo a él por medio de unas ramas que estaban a cada costado de su cuerpo. Miró con cierto pánico a sus costados reiteradas veces.

—¡No sé a cual esquivar! ¡Eh esto es injusto! —Finalizó de manera nerviosa.

—¡No tienes tiempo para mirar alrededor!

Kiba una vez cerca intentó propinarle un golpe al enemigo, pero él con gran facilidad sólo se movió hacía un costado logrando esquivar el golpe que se le iba dirigido. Al instante paso Akamaru por otro de los extremos cercanos a él, buscando atacarlo, pero por igual su arremetida se vió esquivada.

—¡Que cerca!

El de la máscara giró su vista a la pelirosa, la cual intentó acestarle un golpe, él al igual que con los pasados simplemente la esquivó mientras movía una de las mangas de su capa.

—¡Olé! —Una vez corroboró que nadie más se aproximaba se posicionó de manera tranquila. —¿Tres contra uno? ¡Los de Konoha sí que son cobardes!

—¡Rasengan!

El enemigo miró velozmente arriba de él, Naruto iba descendiendo con un rasengan en mano.

—¡Un segundo! ¿¡No eras tú el señuelo!?

Al momento del Uzumaki caer sobre él se provocó una bola de humo debido al impacto, por igual el de la máscara liberó un grito hacia Naruto.

—¡Me diste!

Al instante solté una maldición, sabía que eso no era más que una farsa por parte del tipo de Akatsuki, realicé un movimiento de manos y me aparecí junto con los que se dirigían hacia Sasuke para buscar a Kakashi con la mirada y aproximarme a su costado.

—Fallamos, él debe venir hasta acá en estos momen...

No pude terminar mi frase cuando él se apareció frente a nosotros. —¡Oh, vamos! ¡Dijeron que todos lo harían al mismo tiempo y les creí!

—¡No se detengan, sigan abriéndose paso! —Demandó Kakashi.

Los demás se dispersaron por distintos puntos mientras el enemigo se ponía paranóico sobre a quién seguir.

—Contamos contigo. —El Hatake posó su mano sobre mi hombro durante unos segundos para después retirarse por algún punto estratégico.

—Juguemos un rato. —Movió su cabeza a los lados haciendo crujir los huesos de su cuello.

Fruncí mi ceño ante el cambio radical del tono de su dicción, decidí no darle mayor importancia y saqué mi cadena para intentar apresarlo con ella. Gruñí de forma inconsciente ante la molestia de ver que la "pelea" sólo se trataba de él esquivando mis ataques.

—Tómate las cosas en serio —dirigí una patada lateral a su tronco mientras él sólo la detenía rápidamente con su brazo.

—Ya que insistes. Terminaré con esto rápido.

Comenzó una pelea de taijustu entre ambos. Hasta que él harto de estar agotando el tiempo finalmente dirigió con fuerza una patada a mi rostro, teniendo yo que defenderme colocando ambos brazos en forma de equis frente mío. Lamentablemente el brazo que se hallaba al frente era el izquierdo y ante la fuerza empleada por el hombre logró desprender y romper la prótesis que portaba, no pude evitar bramar con molestia ante eso.

Una vez asestado el golpe mi miró tan calculadoramente, una mirada tan afilada como la de una serpiente que se envuelve alrededor de su presa; finalmente él desapareció frente mío. Tomé con mi mano contraria la prótesis y comencé a correr de vuelta con los demás.