𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑡𝑟𝑒́𝑠.

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—La situación es inevitable —mencioné mientras volvía a sentarme con una expresión de molestia.

Tsunade-sama mantenía un semblante pensativo mientras mordía la punta de su uña de su dedo pulgar.

—Lo más importante de toda la cuestión es mantener a salvo a Naruto, sabemos que el objetivo de Madara es hacerse de posesión del Kyubi y el Hachibi.

—Por ende debemos resguardar lo más lejano posible a ambos jinchurikis. Por igual sabemos como es Naruto, se negará rotundamente ante esto, querrá apoyar en la guerra, así que lo mejor es no decirle el trasfondo del porque lo enviaremos a esa isla.

Miré a Tsunade-sama en cuanto termine de hablar, paciente por una respuesta de su parte. Me miró fijamente y se levantó precipitadamente de su asiento, asustando a algunos pocos ante su acto repentino; en cuanto se levantó golpeó la enorne mesa con ambas palmas.

—Bien, está decidido, pueden retirase. —Sin añadir nada más abandonó la sala y todos se levantaron de sus asientos para retirarse.

En cuanto me levante extendí mis brazos hacía arriba mientras me estiraba y hacía crujir mis huesos, al finalizar con esa acción procedí a tronar mi cuello mientras lo movía hacía los lados, liberando un suspiro de satisfacción al terminar.

—Podemos retirarnos —sonreí a labios cerrados hacía Kakashi mientras le daba una palmada en el hombro. Kakashi ante el repentino golpe otorgado lo impulse un poco hacia adelante debido a que no contuve del todo mi fuerza; y también porque él no se esperaba aquel acto brusco de mi parte. Mi amigo me miró con los ojos entrecerrados mientras se aproximaba a mí. —Lo siento.

Ambos salimos de la sala para comenzar a caminar por los pasillos en dirección a la salida del edificio.

—Nunca pense que algo como esto se repetiría. —Miré de reojo al platinado; él mantenía su mirada al frente, con un aire mezclado de melancolía y tristeza—. Son tan jóvenes para afrontarlo, ¿sabes?

—Nadie lo pensó Kakashi, y mucho menos lo deseabamos, pero no podemos hacer nada al respecto más que volver a batallar para asegurar un buen futuro e intentar que ninguna otra guerra suceda después.

Él simplemente asintió levemente para segundos después girarse a verme, deteniendo nuestros pasos al haberse colocado frente a mí.

—Mentiría si digo que no estoy asustado; no quiero perder a nadie más.

Sonreí ladimente mientras relajaba mi rostro y tomaba sus manos entre las mías. —Son cosas inevitables Kakashi, la guerra siempre traerá muerte consigo, y nunca sabes quiénes serán los infortunados. Y yo no puedo prometerte que no moriré, nadie puede, pero sí puedo jurarte que estaré contigo hasta el final, sea de la forma que sea.

• • •

—Cuídate mucho niño —abracé al pequeño rubio mientras acariciaba sus cabellos.

Al dejar de abrazarlo pinché su frente con mi dedo índice, el apartó mi mano mientras libraba un quejido y se sobaba la ligera marca roja que deje sobre su frente. Coloqué mi atención en su rostro, intentando grabar en mi mente cada una de sus facciones; sus pozos cerúleos se achinaron por la enorme sonrisa que realizó.

—Soportaste más tiempo cuando me fuí de entrenamiento con Jiraiya-sensei, así que esto no será nada comparado con eso.

—Lo sé, sólo que uno nunca sabe.

Me encogí de hombros, recibiendo una expresión confundida por su parte.

—Suerte —no pude evitar dejar un beso en su frente.

—¿Por qué siento que es una despedida? —Recibí un puchero por su parte.

—No lo es. Anda, antes de que se haga tarde.

Él asintió efusivamente mientras se alejaba corriendo, volteó durante unos segundos mientras se despedía con su mano a lo lejos.

• • •

—Es hora, Leiko.

Comenté para mí misma mientras me ajustaba la banda de la alianza shinobi.

—Andando, que ninguno se retrasé. —Dijo Kakashi, capitán de la tercera unidad de corto y mediano alcance, misma a la que yo fuí asignada.

Ibamos toda la unidad caminando por el bosque, dirigiendos a nuestro punto; nos vimos retenidos cuando observamos un humo rojo aparecer en el cielo, producto de una bengala siendo disparada.

—Esa bengala roja...

—Es de la división de ataque sorpresa, ¡vamos!

Todos comenzamos a correr hacia la dirección en donde se divisaba el humo de la bengala. Sai en conjunto con otros dos ninjas cayeron desde el cielo para impactar en el suelo con rudeza, los otros individuos ajenos a la alianza corrieron hasta ellos intentando aprovechar la oportunidad para atacar. Yo salté y me posicione frente a la única chica de ese conjunto; deteniendo su ataque, mientras que Guy, Kakashi y otro ninja detenían a los otros tres.

Miré como Kakashi se dedicaba a hablar con el sujeto que detenía, pero decidí no prestarle demasiada atención. Hasta que después de unos minutos cada revivido comenzó a emanar algo de sus cuerpos.

—¡Retrocedan! —Vociferó el platinado mientras hacía un ademán con su mano para indicar que nos apartaramos.

—Kakashi, no dudes en... —Comunicaba él  de manera entrecorta. —Utiliza cualquier medio que sea necesario... para determe. Yo ya morí, morí como humano.

—Sí, lo sé.

Mencionó Kakashi, a la vez que levantaba su banda, dejando a la vista su sharingan.

De la nada la bruma que liberaban desapareció, dejando con ello unas miradas negras con las pupilas blancas. Era notorio que algo había cambiado.

—¡Aquí vienen!

Nightmare. -Obito Uchiha-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora