𝑂𝑛𝑐𝑒.

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Obito.

Ha pasado tiempo desde que presencié a Kakashi asesinar a Rin y de enterarme que Leiko-chan fue asesinada en una misión.

Los Zetsus me hicieron entrega de su brazo con su collar dentro de su mano, a lo que ellos me habían informado ella fue mandada a una misión con otros ninjas y fueron emboscados y masacrados al ser superados en cantidad, lo único que pudieron rescatar de ella fue su brazo. Esa misma vez desperté el Mangekyou Sharingan ante la sola idea de la muerte de Leiko-chan, ante el saber de que Kakashi no cumplió su promesa con ninguna de las dos, no protegió a Rin, y mucho menos con mi pareja.

Pero no te preocupes Leiko, me aseguraré de crear un mundo donde ambos por fin podamos permanecer juntos.

Leiko.

Muertos.

Minato-sensei y Kushina-san murieron. Dejaron solo en este mundo a su pequeño tesoro. De nuevo las vidas de personas importantes para mí se desvanecieron entre mis manos.

Caminaba por las calles con la mirada gacha y mi mano en mi bolsillo, levanté mi mirada y observé a lo lejos al Hatake.

—¡Kakashi! —Levanté mi mano y la agitaba a manera de saludo, él me miró serio durante unos segundos y dio media vuelta para seguir caminando.

Fruncí mi ceño extrañada por su actitud, corrí hasta él y lo tomé por su brazo, en cuanto lo toque él se soltó bruscamente de mi agarre. —¿Qué rayos te sucede? No trates de hacerte el duro ahora, en estos momentos es cuando más debemos de apoyarnos.

—No te vuelvas a acercar a mí. Nunca más.

La frialdad con la que pronunció cada palabra me dejo impactada; una vez finalizó él me dio la espalda y siguió con su trayectoria, apreté los labios mientras decidía que yo también debía de retirarme.

¿También me abandonas tú?

• • •

Desde que hablé con Kakashi nunca volvió a dirigirme la palabra y yo tampoco hacía el intento de entablar una conversación. Él tomó esa desición y yo la respetaría. Tiempo después recibí mi prótesis, motivo por el cual volví a las misiones, aunque la condición que me dieron para regresar a ellas fue que primero debía aprender a luchar con ella, tarde en acostumbrarme y saber manejarla al 100% pero después de días de entrenamiento continuo los avances eran gloriosos.

Normalmente casi nunca estaba en la aldea por las misiones, así que me venía bien para evitar toparme con Kakashi, eran cuestiones que se podían evitar debido a su rango de anbu y mis constantes misiones. Pero eso nunca impidió que yo dejara de preocuparme por él y de sentir un constante dolor por su desición. Algunas veces observaba a lo lejos al hijo de Minato-sensei, Naruto, pero no tenía el valor de acercarme a él, simplemente me encargaba de cuidarlo a la lejanía. Estas últimas semanas Guy había estado insistiendo en que fueramos amigos, ya nos conocíamos pero nunca habíamos profundizado lazos, pero por azares del destino comencé a toparmelo más seguido. Y por más que siempre tratara de ocultarme de él siempre encontraba la forma de hallarme y llevarme a comer ramen o cualquier otra cosa.

Con el tiempo su presencia se me hacía más común y terminé por aceptar su compañía, tenía que admitir que era agradable y divertido pasar tiempo con él. Le había pedido si me podía asesorar un poco en los entrenamientos porque he notado el gran empeño y fuerza que pone en sus prácticas, así que me vendría de gran utilidad su ayuda; él acepto sonriente, así que Guy ahora es una especie de entrenador-amigo para mí.

—¿¡Estás segura de poder soportar mis entrenamientos!? ¡Son demasiado duros!

—Supongo.

No pensé que hablara tan en serio.

Ahora mismo estábamos teniendo una batalla de entrenamiento, Guy es demasiado fuerte a pesar de su carencia de ninjutsu. —¿¡Dónde está tu poder de la juventud Leiko!?

Respiraba con dificultad debido al cansancio que dominaba mi cuerpo, el varón esquivaba o bloqueaba mis golpes sin problema alguno. Dirigí un golpe a su rostro pero algo detrás mía captó más su atención y casi corrió detrás de mí, provocando que me fuera hacia adelante por la fuerza con la que iba a golpearlo.

Logré equilibrarme antes de caer y lleve mis manos a mi cintura para mirar de manera molesta al contrario. Decidí que lo dejaría terminar lo que sea que quería y me senté en el suelo mientras llevaba mis cabellos sudorosos hacia atrás.

Guy interceptó el camino del platinado. —¡Tengamos un duelo Kakashi!

—No. —Respondió a secas el Hatake mientras pasaba por su lado para seguir su camino.

El azabache adquirió una pose de tristeza hasta que segundos después se irguió totalmente y fue hacia mí para colocarse frente mía mientras extendía su mano.

Acepté su mano y una vez de pie sacudí mis prendas, de la nada Guy me abrazó con fuerza por los hombros. —Oye, no seas un maldito empalagoso. —Recriminé mientras intentaba alejarlo.

—El duelo tendrá que posponerse Kakashi —claro como si él hubiera aceptado. —Tengo que llevar a su casa a esta pequeña.

—En serio que a veces logras sacarme de quicio —me liberé de su agarre y comencé a caminar lejos de ambos jóvenes.

—¡Nos vemos Kakashi! —Vociferó el Maito mientras me alcanzaba en mi caminata. —¡Antes iremos por ramen!

—No quiero.

—Y yo no te pregunté. —Jaló levemente mi oreja, sí que se portaba como un adulto cuando quería.

—Bien.

Ya que llegamos a Ichiraku él entró antes que yo, iba a entrar al local pero a lo lejos pude ver una cabellera rubia asomándose de un muro, tratando de observarnos. Utilicé un jutsu para aparecer detrás de la persona, lista para recriminarle por espiarnos, fue entonces que vi que se trataba de Naruto, tomé su hombro por lo cual se giró asustado.

—Espiar a la gente es de mala educación —miraba seriamente al infante rubio.

—¡No lo hacía, lo prometo, no me haga nada 'ttebayo! —Se alejó asustado mientras intentaba cubrirse con sus brazos, cuestión que me hizo pensar sobre su reaccionar.

—Tranquilo, no pasa nada, no te haré daño.

Me coloqué de cuclillas frente suyo y acerqué mi mano a él, se arrimó a la pared e intentaba evitar mi contacto.

—Es más, para que veas que no soy mala, te invito a comer ramen conmigo y mi amigo, ¿te gustaría?

Coloqué mi mano en su mejilla y sonreí sutil a labios cerrados, su mirada pareció adquirir cierto brillo.

—¿¡Hablas en serio!?

—Claro que sí.

De un momento a otro su emoción se esfumó.

—No tengo dinero para pagar —su voz salió en un susurro mientras jugaba con su playera nervioso, despeine sus cabellos de manera juguetona.

—No hay problema, yo invito, pide todo lo que quieras.

Asintió rápidamente y yo le extendí mi mano, pareció dudarlo pero finalmente la tomó, caminé de vuelta a Ichiraku con él estrechando mi mano con una gran sonrisa plasmada en su rostro.

—Siento la tardanza Guy.

Él se giró con sus mejillas llenas de fideos. Naruto se soltó de mi agarre y corrió a sentarse para pedir un tazón a Teuchi, tomé asiento a su costado y recargue mi menton en mi palma mientras miraba a Naruto.

Supongo que también podría desenvolverme con él.

Nightmare. -Obito Uchiha-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora