Cinco

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En ese momento sus corazones se quebraron en mil pedazos.

¿Cómo era posible?

Jamás se imaginaron una escena como la que acababan de presenciar.

Las lágrimas comenzaron a hacerse presente, primero en el rostro de la fémina.

Él no podía consolarla. Estaba igual o peor que ella.

Golpeó su volante lleno de rabia.

Tanto amor que le había profesado y ella le pagaba con una traición, metiéndose con el novio de su mejor amiga.

—Vamos a mi casa— pidió ella evitando romper en llanto.

El respiró hondo y tragó sus lágrimas antes de avanzar. No iba a quedarse para siempre allí.

Llegaron al departamento de la chica con el corazón apretándoles el pecho, amenazando con dejar caer miles de lágrimas.

Luego de que la fémina bajara, él iba a retirarse pero fue detenido.

—Quédate... Estando sola, no sé de lo que pueda ser capaz— expresó ella.

Él la miró dudoso, él tampoco estaba bien. Y si conducía con esos sentimientos, sabía que podía resultarle caro.

Él aceptó el ofrecimiento y se adentró con ella.

Ya en su departamento, la chica tiró sus tacones junto con su cartera.

—¡¿Por qué?!— se echó sobre sus rodillas. —¿Cómo fueron capaces?— y rompió en llanto, liberando todas aquellas lágrimas que tenía acumuladas.

Él la imitó, arrodillándose a un lado de ella mientras comenzaba a llorar.

Ni en un millón de años se imaginaron que eso les pasaría a ellos.

Sus parejas siempre le habían jurado amor.

Dejaron de llorar cuando las lágrimas se habían acabado.

Pero eso no aliviaba la situación de ninguno.

Ella se levantó y fue hacia una pequeña bodega que tenía en el departamento, con los pies arrastrando.

Adrien la miró confundido, antes de irse a tirarse en el sofá.

—¿Qué gustas?— preguntó ella.

—¿El qué?

—¿Vino, cerveza, ron..?

—¿Qué? ¿Vas a beber?

—Lo necesito. Lo necesitamos.— trajo una botella de whisky, el cual lo bajó en la mesita que se hallaba en frente del sofá.

Fue por dos copas y se sentó al lado del joven, para vertir la bebida en ambas copas.

—Marinette, no creo que esto sea una muy buena idea.

—Ya lo sé. Yo no soy de beber, pero quiero olvidarme al menos un momento de lo sucedido el día de hoy— sus ojos se hallaban rojos e hinchados. —¿Me acompañas?— le tendió una copa.

Él la tomó y lo bebió de un sorbo, para luego ser él quien recargara su recipiente para continuar bebiendo.

Y así, la noche se hizo larga, con tres, cuatro, cinco y más botellas de whisky y vino.

El alcohol ya comenzaba a hacer efecto. Ambos reían como locos mientras escuchaban música.

No sabían en qué momento la pusieron pero allí estaba, presente en sus oidos.

—¡Feliz aniversario!— levantó su copa la chica antes de beberlo.

—¡Por ser unos idiotas!— acompañó Adrien bebiendo una vez más.

Ninguno sabía lo que estaba sucediendo, sus cuerpos estaban presentes pero sus almas -y mente- estaban en algún otro lugar del mundo.

—Sabes Adrien— dijo observando detenidamente su copa, la que contenía un líquido transparente —Tú me gustabas en secundaria— bebió un trago más —Qué locura ¿No?— rio eufóricamente.

—Ah ¿De veras? Pues tú a mí también— bebió otro trago.

No tenían control en sus actos, dejándose dominar por la circunstancia.

La música cambió y Marinette se levantó.

Era una música movida.

Comenzó sus movimientos sensuales mientras bajaba su copa para levantar a Adrien del sofá.

—Vamos ¡Baila!— dijo mientras hacía un "hasta abajo" muy cerca del rubio.

Él se levantó y la tomó de la cintura.

Ella se restregaba contra el cuerpo de él, plenamente inconsciente de lo que estaba haciendo.

Él, en algún extraño impulso, subía y bajaba las manos, acariciándole así la espalda.

El ambiente estaba subiendo de temperatura. El calor los estaba sofocando, pero les era agradable.

Ella se volteó y comenzó a mover las nalgas muy cerca de la zona débil del varón, provocándole a él una sensación de electricidad recorrer su cuerpo.

No se detenía, no sabía que estaba provocando en el chico una gran erección.

—Marinette...— logró decir entre jadeos. Aquello le estaba provocando una gran excitación.

Ella se volteó y rodeó los hombros del chico, mientras seguía su baile.

Él la tomó por la cintura.

—Te cuento otro secreto— dijo paseando seductoramente un dedo sobre los labios del joven Agreste, sin dejar de moverse al son de la canción —También fuiste parte de mis fantasías sexuales.

Él no dijo nada, solo sintió como la mano femenina acariciaba su erección aún existente por sobre la prenda.

—Si quieres, te ayudo con...esto— susurró al oído del chico.

No faltó ninguna palabra más para encender todo el deseo en él.




Edit: no sé hacer lemon, me sale del asco, así que estaré también cambiando ciertos aspectos referentes a eso... perdón :D

𝐈 𝐟𝐞𝐥𝐥 𝐢𝐧 𝐥𝐨𝐯𝐞 (Me enamoré) [ⒶⓊ - ⒶⒹⓇⒾⓃⒺⓉⓉⒺ] (Editado/Resubido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora