Veintitrés

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Había escupido todo lo que había ingerido ese día, dejándole una sensación amarga y olorosa en la boca.

Oyó que la puerta del baño era golpeada.

—Mari ¿Estás ahí?— interrogó el rubio, quien había ido por ella ya que se estaba tardando.

—Eh, sí, acá estoy— dijo tomando una servilleta para limpiar la zona en la que había vomitado.

—¿Te encuentras bien?

—Sí— expresó limpiando de manera presurosa.

Al terminar con el piso, se dispuso a cepillarse los dientes.

Tomó la cerda dental y la pasta y comenzó a limpiarse la boca, con el objetivo de eliminar el nauseabundo olor que desprendía.

Al terminar, salió del sanitario, encontrándose a Adrien a un lado, recostado contra la pared, aguardándola.

—¿Qué te sucedió?— interrogó al verla.

—Nada, solo un pequeño mal estomacal, ha de ser por lo que ingerí hoy— excusó, sin siquiera saber la razón de su vómito. —Pero estoy bien— añadió.

—Mmmm está bien, yo... debo irme— dijo él —Pero ¿Segura de que estás bien? Te noto pálida.— insistió.

—Sí, Adrien— sonrió —No debes preocuparte— recalcó.

—Siendo así...— caminó alejándose de ella —Pero si te pasa algo no dudes en llamarme, no importa la hora ¿De acuerdo?

Ella asintió antes de que él se despidiera y saliera de su hogar

•••

Luka llegó a su casa totalmente desanimado. Al finalizar el evento había querido invitar a la azabache, mas la perdió de vista.

Quería declararse de una buena vez, pero la suerte no estaba de su lado.

¿Por qué cada vez que quería decírselo alguien tendría que interrumpirlo? Primero el señor Agreste, luego Kim y ahora Alya ¿Se habían puesto de acuerdo?

Se tiró en el sofá deshaciendo su corbata mientras resoplaba.

Estaba solo, al parecer Juleka aún no había regresado.

Se quedó en esa posición un buen tiempo, con la vista fija en algún punto inespecífico.

Finalmente, suspiró y se levantó para ir por una botella de vino.

Tomó una copa y se sirvió un buen trago, guardando el resto en el lugar en que reposaba.

Caminó nuevamente hasta el sofá y tomó asiento, observando la copa de vino, pensando en cierta ojiazul.

—Algún día...— expresó antes de beber un sorbo.

•••

Marinette había tenido un sueño bastante pesado gracias a su insomnio.

Por alguna extraña razón, al despertarse, tuvo ganas de desayunar algo inusual.

¿A quién se le ocurre querer comer atún con helado de chocolate?

Solo a ella.

Se levantó rápidamente y fue a la cocina a prepararse su "manjar". Buscó una lata de atún, la cual le había traído su madre hace un buen tiempo. No era su predilecto pero ¿Cómo rechazar algo que tu madre te obsequia con mucho amor? Así que lo había almacenado. Untó con un poco de crema de chocolate que tenía en la nevera.

𝐈 𝐟𝐞𝐥𝐥 𝐢𝐧 𝐥𝐨𝐯𝐞 (Me enamoré) [ⒶⓊ - ⒶⒹⓇⒾⓃⒺⓉⓉⒺ] (Editado/Resubido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora