Capítulo 2.4: Distracciones- Culpa

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El sentimiento de culpa la embargó, pero duró tan poco como el tiempo que le llevó a la enana culona que tenía por compañera, alcanzarlo y saludarlo con un beso apasionado en la boca.

¿Acaso no se habían saludado ya? ¿Se iban a encontrar en el subte? ¿Lo hizo para darle celos? ¿Ahora sí le parecen bien los besos que no son para tener sexo inmediato? ¡Entonces ell ale iba a demostrar cómo se besaba para ir a la cama!

Tomó a Fabrizio de la solapa y lo besó con un ardor que pocas veces se había expuesto en la estación Inclán.

Pero Fabrizio no iba a desperdiciar la oportunidad, no sólo de alejarlos lo más posible, sino que de hacerla quedar bien a ella y por último ser el héroe.

La besó con pasión y cuando llegó el subte se subieron abrazados y la sentó en su regazo para seguir besándola.

Antes de llegar a la siguiente estación, Tina se separó de los labios del muchacho y carraspeó.

—Permiso —pidió sentándose en el asiento y agregó—: y gracias por... bueno... por ayudarme con mi ex... o sea...

—Yo no te besé por tu ex —aclaró Fabrizio.

—No, claro. Bueno...

—Me encantó besarte... ¿a vos no? —preguntó inseguro.

Lo miró y le sonrió con timidez.

—Claro, sí —confesó.

—Mañana te voy a llevar a un lugar muy lindo. ¿Conocés Patagonia?

—Conozco Bariloche y...

—¡Ah! ¡Jaja! ¡no! La parrilla Patagonia en Puerto Madero. O si te gusta la pasta puede ser La Parolachia. Son restaurantes históricos. Muy antiguos. Los tenés que conocer.

—No conozco. No salía mucho a comer y menos a Puerto Madero. Siempre salí en familia.

—Bueno, mañana vamos ¿eh? ¿Confirmado? —corroboraba Fabrizio.

—Confirmado —aseguró Tina comprobando la estación a la que arribaba—. Ya me tengo que bajar.

—Bueno, hasta mañana. ¡Esperá! —la frenó en el acto. Rodeó con sus manos las mejillas y la besó con delicadeza y ternura.

Mariposas revolotearon en su estómago y se les alteró la respiración. El corazón les latía velozmente.

—Hasta mañana —contestó ella aún sin poder abrir los ojos ni mucho menos salir del subte.

Él la acercó a la puerta y la ayudó a bajar, como si bajara un modelo de ella hecho en cartón a escala real.

Se sonrió de la ternura que le inspiraba.

Tina llegó a ver el salto que pegó Fabrizio en el aire cuando festejó al alejarse el tren.

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Mutuantes [#Mención especial]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora