Paso 12:

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||Narración normal||

Ambos iban en coche de regreso a Milan, Alaude era quien conducía, iban escuchando música que a Usami le gustaba.

Todo estaba en silencio, pero era uno agradable, estaban llendo a la ciudad para pasar a comer algo, pues el tiempo había pasado y ahora ambos estaban hambrientos, la sugerencia del sitio al ir a comer era la trattoria que pertenecía a quien le enseñó a cocinar al ojinaranja.

Pero a medio camino una lluvia les tomó por sorpresa, lo cual les pareció raro ya que no hacía mucho estaba soleado, más no era que importase, iban en coche después de todo.

Llegaron a la trattoria después de unos minutos, esta era bastante humilde pero con un encanto peculiar que llamó la atención del conde.

Una vez estacionado el coche, bajaron y entraron pronto para evitar en lo posible la suave lluvia.

¡Maestro Aldini!-. En el mostrador no había nadie y el local estaba vacío, lo que hizo que Alaude gritara, de la cocina salió un rubio junto a un pelirrojo, quienes sonrieron al ver al ojinaranja.- ¿Cuánto tiempo maestro Aldini, señor Yukihira?

Demasiado diría yo Alaude ¿Qué ha sido de ti? No habías venido en un tiempo ¿Qué tal todo? ¿Haz comido?-. El rubio pronto salió para darle un abrazo al cocinero, que correspondió y le dio un apretón de manos al pelirrojo.- Oh ¿Pero qué son esas vestimentas? ¿Trabajas de mayordomo acaso?

Jaja seguro es un cosplay ¿Eh? ¿Y ese niño? No me digas que tenías un hijo, y yo que te creía responsable Alaude-. En ese momento una pequeña vena saltó en la frente de Usami mientras apretaba los puños, Alaude se asustó por ello, pues estaba bien enterado de lo que esa palabra provocaba en él.- ¿Qué sucede pequeño?

Para su información señor, aunque no lo parezca, soy mayor que Alaude-. El ojivioleta estaba conteniéndose lo mejor que podía para que su lado demonio no se manisfestara, pero el que le dijeran pequeño no ayudaba.

De hecho soy su cocinero, trabajo en su mansión, por eso uso esta ropa... y no miente, es mayor que yo-. Por supuesto era imposible decirles la verdad sobre la edad de Usami, pues eran prácticamente miles de años de diferencia entre ellos, pero era mejor dejarles en claro que sí le ganaba en edad.- Salimos un momento por unos libros y nos tardamos, así que le sugerí venir a comer aquí antes de volver.

Disculpa a Soma por favor, no suele medir sus palabras en ocasiones... y que bueno que por fin consiguieses trabajo, me tenías un poco preocupado porque en todas partes te pedía hacer postres y yo por más que lo intente no pude enseñarte-. El rubio sonrió un poco mientras el pelirrojo rió levemente, desconcertando a los tres, quienes le vieron pidiendo explicación a aquella risilla.

No puedo creer que en verdad él sea tu jefe, mucho menos que sea mayor que tú, pero en verdad me da alegría que consiguieras lo que deseabas, pidan lo que gusten, Yukihira Soma y Takumi Aldini se los prepararan con gusto-. Tan animado como de costumbre, el pelirrojo les señaló la pared en la cual había sugerencias de lo que preparaban en el local, mientras el rubio negó sonriendo, la actitud de su novio no cambiaba a pesar de los años.

Ordena por los dos Alaude, siendo uno de ellos tu maestro es seguro que sabrá bueno, así que confío en tu elección, ah y no olvides pedir un postre también-. El menor tomó asiento en la barra de manera tranquila mientras sacaba su celular para mandarle un mensaje a sus padres, pues deseaba saber como estaba su hijo, el mayor asintió y se dirigió a su maestro y la pareja de este.

Bueno, hace mucho que no lo he comido así que ¿Podrían darnos el especial Yukihira-Aldini y unos de sus postres maestro?-. Los dos asintieron con una sonrisa y se fueron a la cocina, dejando solos a Alaude y Usami.- Su comida es la más deliciosa de toda Italia, no conozco a nadie que deje sobras en el plato que ellos sirvan, seguro te gustara.

Ya lo creo, aunque creo que los interrumpimos al llegar... siendo un íncubo seguro lo notaste, tenía escencia de lujuria alrededor, seguro se estaban besando o algo-. El pequeño Michaelis comentó aquello, sorprendiendo al Blair, que no había notado aquello.

N-no sabía que eso era lo que sentía... hay muchas cosas que no sé de mi naturaleza íncu-. Antes de que seguir hablando, la puerta del lugar fue abierta y por ella entraron dos albinos con ropas blancas, Usami los reconoció de inmediato y se puso de pie.- ¿Usami?

Conde Phantomhive, tiempo sin verlo, venimos de parte de la reina-. En ese momento Aldini y Yukihira salieron de la cocina al escuchar voces, les sorprendió oír que el menor era un conde y que lo buscaban personas relacionadas a una reina.

Conde Gray y Conde Phips, es un gusto verles ¿En qué puedo servirles a ustedes y a su majestad?-. Pronto los albinos le entregaron al menor una carta con el sello real, luego hicieron una reverencia y se marcharon pidiendo una pronta respuesta.- No es normal que mande al conde Alessandro y al conde Alexander, debe ser serio o importante.

¿Con que clase de persona trabajas Alaude?-. Conde y chef dieron un respingo al escuchar la pregunta, pues creían que seguían en la cocina y no vieron nada.

Antes de responder, el ojinaranja miró al ojivioleta en busca de aprobación para hablar sobre él, pero este negó, pues el mismo quería decirlo, no contó mucho más que su origen noble y procedencia.

Es asombroso que atiendas a alguien tan importante, aunque es raro, es alguien de familia noble pero parece muy humilde, a pesar de las ropas claro-. El Takumi era quien hablaba mientras Soma asentía y regresaba a la cocina para continuar con la comida, pronto llegaron otros cliente y dos de ellos se acercaron al conde.

¡Hey, tiempo sin verlo señor Usami! No sé si me recuerde, nos vimos ya hace varios meses cuando sucedió lo de Oikawa y Kirie-. Quien había llegado era un pelivioleta de larga cabellera y mechón rojo, Usami asintió a la pregunta pues sabía bien quien era.

Por supuesto que te recuerdo Neo, sí que pasó un tiempo desde entonces ¿Cómo haz estado?-. Pronto los dos se pusieron a hablar mientras Alaude y el rubio de mechones negros que acompañaba a Neo quedaban un poco de lado.- También te recuerdo a ti, el mejor amigo de Daniel, tu nombre era Iwaizumi ¿Cierto? Nos conocimos brevemente el día de mi boda.

Era curioso como el mundo podía ser tan pequeño, los dueños de la trattoria se impresionaron de que ellos se conociesen, al igual que Neo se sorprendió de que Iwaizumi conociese al amigo de su creador Tomoe.

Ya decía que me sonaba su rostro ¿Comó esta su esposa?-. En ese momento el ambiente se tornó un poco tenso, pues era tema delicado estando el conde ahora divorciado.- Espero vaya bien el matrimonio, lucía muy feliz el día de su boda.

Ella y yo ya no estamos juntos, nos divorciamos hace unos meses-. La respuesta hizo que todo se volviese incómodo de golpe, pero el mismo conde deshizo aquello.- No todo tiene buen final, pero todo esta bien, por cierto Daniel me había pedido que te buscara porque deseaba contactar contigo, es una suerte el haberte encontrado aquí, puedes visitarle cuando gustes, Neo sabe la dirección, te recomiendo que lo busques pronto, se notaba que necesitaba verte.

Lo visitaré mañana mismo si no es molestia y perdón por lo que dije, no sabía que-. El ojivioleta le interrumpió para decirle que no era necesario disculparse por algo que no tenía la culpa.

Entonces felicidades por su nueva relación señor Usami, es seguro que les ira bien, aunque en este momento él esta preocupado por usted, aunque a la vez cree que es muy lindo cuando muestra tanta madurez-. Neo señaló a Alaude mientras decía aquello, haciendo que ambos se sorprendieran y ahora Iwaizumi se disculpaba por lo indiscreto que fue el pelivioleta.

Perdonenlo, el muy idiota suele leer los pensamientos del resto y lo menciona creyendo que es bueno hacerlo-. Al disculparse le dio un zape al que habló de más, por suerte aquello nadie lo escucho más que ellos cuatro, pues Aldini se fue a ayudar a la cocina.

Creación de Tomoe tenías que ser, por favor evita eso de decir lo que uno piensa, es muy maleducado-. El conde estaba levemente sonrojado al saber su chef le consideraba lindo, mientras, este quería salir corriendo al ser dicho lo que pensaba.

Dulce receta diabólicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora