Paso 2:

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||Narración normal||

E-eh... H-hola, soy Alaude Blair, llamaba para... lo del trabajo que me ofrecías ¿Aún no es tarde?-. El chico no sabía bien porque estaba nervioso al principio de la llamada, pero lo estuvo, pronto se hizo un pequeño silencio que le hizo sentirse incómodo.

Tardaste un poco más de lo que esperé, pero no, aún no es tarde, dime donde te encuentras, mandaré a alguien para que vaya por ti y te traiga-. De fondo se seguía escuchando a un bebé balbucear mientras Alaude daba la dirección de telefóno público en donde estaba.- Bien, no te muevas de ahí, en un momento llegará mi mensajero, él te traerá y podremos hablar sobre el trabajo, nos vemos.

La llamada finalizó y el joven que había llamado dejo salir un largo suspiro, estaba nervioso y le intrigaba bastante que el pequeño que le ofrecía trabajo respondiese diciendo que era un conde.

Era obvio que esos títulos aún se ostentaban en la actualidad pero desconocía que los hubiese en Italia, por mientras nuevas dudas al respecto de su trabajo se crearon.

Al paso de los minutos un chico algo más joven que él llegó, portaba el uniforme de un mayordomo elegante pero con un toque ligeramente casual por el estilo del frac.

Soy el mensajero de la familia Michaelis Phantomhive, Natsu, fui enviado para llevarte a la mansión... Hey, no estes nervioso, Usami puede imponer de vez en cuando pero es bueno en realidad, sobre todo con los gatos, le encantan-. Aquella declaración más relajada por parte de Natsu le hizo sorprenderse, sobre todo porque era un amante de los gatos, pronto comenzó a estar curioso por el que podría ser su jefe si aceptaba el trabajo.

Disculpa, pero ¿Cómo es él como jefe? ¿Tú también eres un demonio o algo así?-. La segunda pregunta salió sin querer por su boca, no quería hacerla por respeto pero al final preguntó.- Lo siento, no debí preguntar lo segundo.

No, descuida, yo no soy un demonio, tampoco enteramente humano, soy hijo de un dios, quizá es sorprendente de oír pero así es, aunque supongo que sorprende más el hecho de que trabaje para un demonio, Usami y yo nos conocemos de hace mucho, lo conocí cuando él tenía seis años-. Mientras hablaban, caminaron hasta un coche que estaba estacionado a una cuadra del donde estaba Alaude, subieron a la parte de atrás ya que en el coche los esperaba el conductor.- Por cierto, él es mi protector: Kyotani... Ahora, respondiendo a tu primera pregunta, pues Usami es un poco estricto con el orden y se altera un poco cuando los que viven con nosotros crean escándalo, puede parecer serio pero solo es apariencia, puede sonreír, llorar y reír como el resto... De hecho todos en casa sabemos lo amable que es a pesar de ser un demonio, eso nos hace servirle con gusto y casi todos le servimos fielmente por ello, nos enseñó pacientemente pero un poco espartano lo que debemos hacer en casa, creo será lo mismo contigo, pero por lo que nos dijo a nosotros, tú ya sabes hacer tu primera parte del trabajo.

¿Primera parte? ¿A qué te refieres?-. Natsu estuvo por contestarle pero el tiempo hablando se fue tan rápido que no se dio cuenta que ya estaban entrando a los terrenos de Villa Certosa, Alaude entonces miró por la ventana como recorrían una gran tramo de la propiedad la cual consistía en jardínes con árboles y en la lejanía podía ver el mar.- ¿T-todo esto le pertenece?

Sorprendente ¿no? La propiedad se llama Villa Certosa, yo tengo tiempo aquí pero sigo sin recorrer por completo todo el lugar ya que es muy grande-. Pronto se fue divisando la gran mansión del lugar, en la entrada estaba Usami cargando un pequeño de cabello azul cielo y a su lado estaba un chico con orejas y cola de gato.- Vaya, Usami y su guardián Kirie estan esperándote, por cierto, un consejo: no toques sus orejas, no es que no le guste, es a su esposo a quien no le gustara... También trata de no preguntar por la mamá del bebé, es un tema tabú en la mansión a menos que Usami la mencione.

E-entiendo, no preguntar y no tocar-. El auto se detuvo en ese momento, de este solo el mensajero y él bajaron mientras Kyotani dejaba el coche en el garage.

Aquí esta Alaude joven Usami, me retiro a seguir con mis deberes-. Con una reverencia Natsu se despidió de los que estaban allí y entró a la mansión, dejando solos a aquellos cuatro.

Hola y bienvenido a la mansión Michaelis Phantomhive, me presento, soy Kirie Michaelis Phantomhive, guardián y mano derecha del pequeño conde aquí a mi lado, es un placer conocerte, espero trabajes aquí ya que pareces buena gente-. El neko extendió su mano en dirección a Alaude, quien nervioso lo imitó y se saludaron, luego se quedó viendo a Usami y al pequeño en brazos, pero fue breve.

Me alegra haber recibido tu llamada Alaude, por favor sigueme, te explicaré detalladamente de que va el trabajo, de ti dependerá si aceptas o no el mismo-. Kirie abrió la puerta para que entraran, tan pronto lo hicieron el mayor vio con asombro la decoración fina con toques rústicos del sitio.- Kirie, pidele a Koutarou que nos lleve té al despacho, de preferencia que sea dajeerling, por aquí Alaude.

El mencionado siguió al menor que daba mimos al bebé en sus brazos, tal acto lo conmovió ya que para ser un demonio era demasiado cariñoso con su hijo.

Pronto estuvieron ante las puertas del despacho, las cuales él abrió para que Usami no batallase por tener a su hijo en brazos.

Al entrar le volvió a asombrar la decoración del sitio pero no solo eso, la gran estantería con cientos de libros captaron su atención.

Toma asiento en donde gustes y disculpa que debamos reunirnos teniendo a mi hijo presente, en este momento esta un poco inquieto y no desea quedarse con nadie más que conmigo-. El bebé estaba balbuceando mientras miraba a su padre hablar, este solo sonrió un poco porque le pareció tierno, después tomó asiento en la silla tras su escritorio.

Descuida, por mí no hay problema alguno... Entonces, ¿Exactamente de qué va el trabajo? ¿De verdad es solo ser el chef?-. Las preguntas eran sencillas y las más acertivas, lo cual le gusto al ojivioleta, que adoptó una actitud un poco seria.

No, el ser chef de esta mansión es solo la mitad de tu trabajo realmente, aquí todos los trabajadores tienen dos roles, el de mantener la casa en condiciones según su puesto y proteger los secretos de la misma-. La confusión fue visible en la mirada del mayor, Usami soltó un pequeño suspiro y prosiguió hablando.- Yo ostento un título de conde y un título alternativo, el cual se encarga de deshacerse de la escoria que perturbe el corazón de la reina de Inglaterra, en el bajo mundo soy conocido como el perro guardián. Al ser conde mi nombre es de dominio público, así que en ocasiones hay quienes buscan deshacerse de mí y me buscan a mi propio hogar, no siempre estoy aquí, por lo que mis sirvientes deben encargarse de eliminar a los invitados que yo no he traído... En su mayoría, incluyendo a los habitantes de la mansión, saben defenderse y estan dispuestos a arriesgar su vida por cuidar este lugar.

¡E-es-espera! ¡¿Me estas diciendo que todos aquí han matado alguna vez?! ¡Estas loco!-. El grito del mayor hizo que la puerta se abriera de golpe y por ella entrara un joven con piernas de león, este miró de mala forma a Alaude.- ¡¿Pero que mier...?!

¡Koutarou! Esa no es forma de entrar, te he dicho que no importa la situación debes mantenerte neutral hasta que te ordene actuar, no quiero que se repita ¿Entendido?-. El conde había alzado la voz y miró con severidad al mayordomo que comenzó a disculparse en repetidas ocasiones y se excusaba diciendo que le preocupaba que Alaude le hiciera algo.- No quiero tus excusas, hemos hablado al respecto, deja el té y retirate, más tarde te regañaré como es debido... Me disculpo por ello, mi mayordomo al momento de creer que me puede pasar algo se altera de más y olvida sus lecciones por completo, causando problemas.

Dulce receta diabólicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora