Paso 28:

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||Narración normal||

La melodía de un dueto de violines sonaba mientras Sebastián caminaba junto a sus dos "pequeños" niños, que estaban hechos unos manojos de nervios por dentro.

Caminaban con gran elegancia sobre el sendero de petálos blancos, las miradas de todos estaban sobre ellos, pero las únicas que les importaban eran la de los dos que les esperaban junto al juez, esas miradas que denotaban un devoto amor hacía ellos, uno sincero que seguramente sería capaz de traspasar las barreras del tiempo y la muerte.

[Usami, creo que mi corazón va a perforarme el pecho con este latir tan intenso, me cuesta hasta respirar, siento demasiados nervios que es un milagro que no me tropieze al caminar-. El neko comenzó una charla telepática con su dueño, quien le dirigió una mirada rápida y volvió a centrarse al frente.

Yo estoy igual, ser el que ahora camina al altar es incluso más difícil que esperar allí... aunque me siento feliz, nervioso, pero con gran dicha recorriendo mi ser-. Ya estaban a unos cuantos pasos de llegar, subieron los escalones y Sebastián procedió a entregarlos.]

Quiero ser claro con ustedes dos, en especial contigo Alaude, te estoy entregando a mi querido niño, aquel que amé desde el momento en que supe que nacería... Ya una vez se lo confíe a alguien y él terminó sufriendo, no quiero que se repita, así que si llegas a hacerlo infeliz haré de cada día de tu existencia un terrible infierno que incluso el suicidio será gratamente tentador ¿He sido claro?-. Antes aquellas palabras dichas con tal seriedad y una mirada tan fría como un glacial, el chef asintió aterrado mientras el conde negaba lentamente y se posicionaba a su lado, el pelinegro entonces miró a Rainy, quien ya se esperaba una severa advertencia, otra vez.- Estoy al tanto de tu amor por mi pequeño gatito, pero mis palabras de su primera boda siguen en pie, si tú llegas a hacerlo sufrir disecaré tu cuerpo de rana y lo mandaré a alguna escuela como material de disección ¿De acuerdo? Así que por tu propio bien, que no lo vea derramando una sola lágrima por tu culpa.

Kirie le dio un beso en la mejilla a Sebastian para que se calmara y no continuara viendo mal a los dos hombres que ahora eran dueños de los corazones de sus amados hijos.

El neko tomó lugar junto a Rainy y los cuatro prestaron atención al juez, quien era un viejo conocido de la familia y conocía su verdadera naturaleza.

El sitio quedó en silencio y solo se escuchaba el suave silbido del viento que llevaba algunos petálos lejos, pronto solo fue audible la voz del juez que dio comienzo con la ceremonia, esta avanzó con cierta sensación de rapidez hasta que era hora de decir los votos, primero serían Usami y Alaude, los anillos fueron llevados por Keiji, quien era cargado por Ciel.

Usami tomó el anillo y respiró ondo antes comenzar a hablar, aunque las palabras parecían estar atascadas en su garganta, los nervios por fin hacían de las suyas en él.

Alaude, antes de cualquier palabra de amor o promesa, quiero expresar mi gratitud hacia ti, cuando llegaste a mi vida no me encontraba en un buen momento, estaba sufriendo por un amor que yo mismo destruí sin querer, había perdido gran parte de mi motivación para seguir y si de alguna manera me mantenía en pie era por mi pequeño Keiji, quien me necesitaba más que nadie, pero al entrar a mi vida esta fue recuperando con lentitud su encanto y comencé a sonreír con sinceridad una vez más, ello debido a que tú decidiste formar parte de mi vida, en mi rutina monocromatica todo se vio iluminado por tu sonrisa y recuperó diversos colores, para mi el cielo ya no era gris, sino de un resplandeciente azul-. Una última respiración onda y Usami tomó la mano de Alaude para colocarle el anillo de oro con una descripción interna que decía "Para la eternidad, a tu lado siempre".- Es tu sonrisa sin dudar lo que me rescató y es lo que yo anhelo proteger de corazón, quiero brindarte un gran futuro, uno donde las palabras y acciones de amor nunca falten, así que prometo cuidar todo lo nuestro, nuestro amor, nuestro futuro juntos, nuestros recuerdos felices y los tristes, nuestros sueños, todo lo que nazca de este amor.

Las palabras dichas resonaron por todo el ser del ojinaranja, que miró el anillo sintiéndose tan dichoso que podría morir felizmente en ese momento, aunque no estaba en sus planes realmente, el deseaba estar toda una eternidad con el ojivioleta, quería ver y disfrutar ese futuro que le prometía.

Usami, ahora las palabras que tenía pensadas para este momento no bastan para expresar todo lo que siento, tampoco creo que el tiempo baste para decirlas, son tantas y a la vez pocas, en mi mente ya estan hechas un lío incluso, pero de igual manera trataré de decirlas... Creo que pocas veces en mi vida he tomado buenas decisiones, pero estoy bien con cada una de ellas porque crearon el sendero que logró cruzarse con el tuyo, el cual se ha unido al mío y ahora nos permite caminar juntos, tomados de las manos y compartiendo tantas vivencias que relatarlas nos tomaría horas-. Alaude tomó el anillo que quedaba y miró a los ojos a Usami, el naranja y el violeta chocaron perdiéndose en el otro, sus miradas transmitían todo lo que las palabras no podían por completo.- La promesa que deseo sellar con este anillo no solo es la de amarte  para toda la vida, no, es también para prometer tu felicidad junto a mí, es para prometer protegerte a ti y a Keiji, porque él ahora será también mi familia, para prometer que tú estarás por encima de todo, mantendre tu sonrisa en los peores momentos... Sé cuanto te gusta lo dulce, así que prometo que nuestra vida juntos tendrá sus dulces momentos, aquellos que recordaremos cuando pasen los años, tendrá dulces caricias y besos, que daran un tierno toque a cada día, así que sin importar qué, permiteme estar siempre a tu lado, no vayas a dejarme atrás, por favor.

Con ello dicho el chef colocó el anillo a su amado, quien apretó levemente sus labios mientras derramaba una lágrima que fue limpiada gentilmente por su pareja.

Ahora era turno de Kirie y Rainy, a quienes les llevaron los anillos con gran alegría sus dos niños, Kokone llevaba el anillo que pertenecía a su padre y Kuroki el que pertenecía a su papá, el primero en decir sus votos fue Kirie, quien tenía las orejas bajas y su mirada algo llorosa.

Rainy, quiero decirte que te estaré eternamente agradecido por haberme elegido y permitido ser tu acompañante para toda la vida, yo estaré junto a ti, tanto en los buenos como en los malos momentos, quiero que sepas que daré mi mayor esfuerzo para hacerte feliz por toda la eternidad, daré mi vida por ti y por nuestra familia, fruto de este amor que nos unió-. El neko tomó el anillo y lo estrechó contra su pecho, concretamente contra su corazón, tomó un poco de aire y prosiguió.- Este corazón que late por y para ti, te pertenece, al igual que este sentimiento llamado amor, mis pensamientos, mis sueños y esperanzas, todo de mí te pertenece, y será así hasta el fin de los tiempos, hasta que el mundo llegue a su fin, e incluso si lo hace, mi amor será eterno, traspasará cualquier barrera y llegará hasta ti.

Kirie entrelazó sus dedos con los de Rainy una vez le colocó el anillo y este le soltó solo para repetir la misma acción de su primera boda: acunar su rostro y limpiar con dulzura las mejillas del neko que estaban humedecidas por lágrimas de felicidad.

Mi lindo gatito, debería ser yo el agradecido y de hecho lo soy, agradezco por tener una adorable y preciada familia con alguien tan genial, cariñoso, tierno y hermoso como tú-. Fue el turno de Rainy para tomar el anillo que Kuroki le ofrecía, los pequeños sonreían enormemente al ver a sus padres en ese momento tan especial.- Te prometo que no importa lo que pase, yo estaré contigo igualmente, no solo para secar tus lágrimas o hacerte sonreír, me mantendre a tu lado para otorgarte la mayor de las alegrías, para darte tanto amor como me sea posible, me dedicaré en cuerpo y alma a darte todo aquello que mereces, haré de todo con tal de verte bien, que seas capaz de sonreírme como lo haces desde que nos conocimos, todo lo que anheles trataré de conseguirlo, no escatimaré en gastos porque mi amor por ti me dicta a hacerlo, los cuidaré con mi vida, lo prometo.

Dulce receta diabólicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora