||Narración normal||
-Un año después-
Las cosas en la mansión habían cambiado en el transcurso de un año desde la llegada del chef.
Varios sucesos durante su primer año laborando terminaron por integrarlo completamente al nuevo estilo de vida que llevaba desde que había conseguido ese empleo.
Comenzando por tres bodas a las que asistió, la primera había sido un boda tradicional japonesa que correspondió a la unión de Kira y Bon, habían pasado una semana entera en la región de Kyoto antes del gran día, y como era de esperarse, le dieron la tarea de ayudar a planear el banquete para aquel día, eso sucedió a los 11 meses y medio que tenía ya en Villa Certosa.
Posteriormente fue invitado a la boda doble de los mejores amigos Daniel e Iwaizumi, quienes se casaron con sus respectivas parejas, Daniel con Aria e Iwaizumi con Neo, estos realizaron la boda en un playa, para esa fecha ayudó a su maestro Aldini y Yukihira con la comida, aquello había succedido apenas la semana pasada, por lo que el jardinero y la sirvienta no se encontraban en casa, pues estaban en su luna de miel.
La mansión para esas alturas estaba más sola que antes, por decirlo, pues los padres de Usami se habían regresado a Londres junto a sus sirvientes al ver que finalmente su hijo ya estaba mejor teniendo una nueva pareja que ya lo cuidaba y hacía feliz, Kira y Bon permanecieron un poco en Kyoto para pasar tiempo con Tomoe y aprovecharon para hacer un viaje por todas las regiones de Japón como su luna de miel.
Por ello en casa solo estaban Alaude, Koutarou, Natsu, Kyotani, Oikawa, Kyurem, Nix, Rainy y Kirie junto a sus hijos, Usami y su pequeño Keiji, lo que hacía que todo estuviese más tranquilo de lo usual.
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El día iniciaba en una mansión localizada en Italia, el alba se alzaba majestuosamente aquella mañana, las cortinas de la habitación principal eran abiertas por un mayordomo de apariencia peculiar por sus piernas y algunos rasgos de león.
Este había entrado a la habitación mientras un joven de cabello azul grisáceo dormía plácidamente en la gran cama que se encontraba en ese lugar de decoraciones victorianas, el mayordomo dio los buenos días mientras servía el té al que recién despertaba.
Buen día joven Usami, espero haya descansado debidamente, el té de esta mañana es Earl grey, aquí tiene el periódico de hoy-. El mayordomo entregó la taza al ojivioleta que aspiró el aroma del té y después procedió a beberlo con calma antes de tomar el periódico.
¿Cuál es la agenda para este día?-. Usami comenzó a leer mientras esperaba respuesta de parte de Koutarou.
Para este día solo tiene una reunión con los condes Alessandro y Alexander, el resto de su día se encuentra libre por el momento, con su permiso iré a comenzar con mis labores, por cierto, el pequeño Keiji ya ha sido alimentado y aseado por el joven Kirie, lo esta cuidando en la sala en este momento... ¡Ah! Lo olvidaba, Alaude me pidió decirle que le disculpara por adelantado el no estar presente durante el desayuno, su madre le pidió ir a casa por un asunto importante, dijo que a más tardar estaría en casa antes de que fuese hora de hacer con usted el postre para la hora del té-. El ojivioleta asintió y el mayordomo realizó una reverencia antes de marcharse con el carrito del té y la taza vacía.
...Espero este todo bien con su madre...-. Era notoria la pequeña preocupación que había en la mirada del conde, que se levantó de la cama y estiro sus brazos, dejó la cama tal cual pues pronto vendrían a cambiar las sábanas, por lo que procedió a buscar su ropa para darse una ducha antes de bajar a desayunar.
El desayuno, como era usual, fue con todos en la mansión, incluyendo a los sirvientes, pues a pesar de que su señor ya estuviese recuperado de su tristeza, este dejó que aquella costumbre de comer con él se conservara, así que todos comían juntos antes de oficialmente iniciar con sus labores.
¿Usami, dónde esta Alaude?-. Kirie fue el primero en preguntar por el paradero del chef ya que el sitio junto al conde se encontraba vacío.
Cuestión rara no solo para el neko, sino para todos que ya estaban más que acostumbrados a verle allí sin falta.
Salió por un asunto familiar-. Respondió sin mucho interés el ojivioleta mientras disfrutaba de la comida preparada por el que estaba ausente en ese momento.
Por supuesto, el neko no era tonto ni mucho menos, sabía leer a la perfección los gestos y miradas que su dueño hacía, por ello no se le hizo extraño que este comiese con tan pocos ánimos y en el fondo de su mirada fuera notable la preocupación que sentía por su actual pareja.
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Ya eran las dos de la tarde en la mansión, Usami terminaba su reunión con los condes Ale, quienes antes de irse le molestaron un poco con el asunto de una prometida, pues debía tener una familia llegada cierta edad y la reina tenía la idea de que el pequeño conde no sobrepasaba de los 15 años a pesar de su complexión pequeña, por lo que le habían llevado una lista de posibles candidatas a tomar en consideración.
Dicho asunto molestaba al menor de sobremanera, pero debía buscar la solución a ello, pues pronto comenzarían a mandarle damiselas de origen noble para conocerle y eso era lo último que quería.
Como fuese, había ido a la habitación perteneciente a su hijo para revisar la siesta que estaba teniendo Keiji en ese momento, pronto escucho que gritaban su nombre desde la entrada de la casa, por los gritos era obvio que algo había pasado, por lo que salió corriendo para ir a ver que sucedía.
Apenas había comenzado a bajar los escalones el ojivioleta cuando logro divisar que Koutarou ayudaba a un malherido Alaude a caminar, eso le hizo sentir miedo y bajo las escaleras de un salto.
¿Pero qué sucedió? ¿Alaude quién te hizo eso?-. El mencionado levanto la vista y sonrió forzadamente, miró por encima de sus hombros y justo un hombre sumamente apuesto se fue acercando a la puerta abierta.- ¿Quién es usted?
Mi papá... y-yo no quise hacerle caso y traté de huir... pero me ha seguido-. El chef ya no siguió hablando, no tenía tantas fuerzas y se mantenía despierto por pura voluntad, pero no quería que su padre hiriese también a Usami.- Por favor, dejenme aquí y vayanse, es fuerte, ni siquiera tu entrenamiento me valió para hacerle frente.
Usted se ha atrevido a dañar a alguien perteneciente a esta familia, le recomiendo irse mientras aún tiene piernas, no me haga enfadar más-. El conde tenía sus ojos de color rubí, su lado demonio estaba ya liberado al punto en que pequeña plumas negras danzaban a su alrededor, pronto todos los habitantes de la mansión estaban haciendo su aparición a excepción de los niños que estaban siendo cuidados por Oikawa.
Así que también hay más demonios en este sitio, bien, me ahorra trabajo buscarlos por separado, espero y sean más sensatos que ese bastardo mío, todos los demonios existentes estan siendo convocados en el infierno, se apróxima una guerra contra el cielo y necesitamos a todos listos para combatir-. El hombre de apariencia atrayente ignoró por completo la advertencia y amenaza del ojivioleta, en cambio, se acercó para acariciarle la mejilla de manera dulce, cosa que alteró a Alaude.- Aunque eres muy pequeño para combatir... pero podría proteg ¡¿?! ¡Aaaghh!
'"¿Quién te ha permitido tocar a mi amo, maldita escoria? No puedes ser tan osado con alguien de la nobleza, muestra tus respetos antes de siquiera dirigirle la palabra"'-. El conde había retrocedido un paso mirando con asco al hombre que ahora estaba de rodillas gritando de dolor por haber perdido con un corte limpio la mano que previamente acariciaba la mejilla de Usami, el autor de tal ataque era el shikigami gato: Kirie.- '"¿Cuáles son sus órdenes, amo?"'
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Dulce receta diabólica
RomanceCuando la mansión de Usami se ve en la necesidad de contratar un chef, el destino llevará al actual conde a encontrar a un híbrido de íncubo y humano que llamara su atención apenas lo ve por la calle. Una vez logra tenerlo como parte de su servidumb...