#RIDDIE!

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Narro.... Shioz:

Era ya de noche, Billy se encontraba desesperado, el quería ir a por Annie, pero no sabía si estaría muerta.

Aunque no lo pareciese, la quería mucho, muchísimo y temía perderla, además de que le debía una buena disculpa que le daría si la encontraba.

Salieron a la calle, decidieron ir al día siguiente, cuando hubiese luz, pues acababa de anochecer y era peligroso ir hacia donde fuese, además, tenían que encontrar dónde estaba el payaso.

Cada uno fueron a por sus bicicletas, estaban algo asustados, Ben temía, por encima de todo, por su amiga.

Stan, que se sentía atraído por ella, su personalidad, o lo poco que había podido ver de ella y su misteriosidad, se encontraba preocupado y algo temeroso.

Además de que se sentía culpable, él era quien la había tenido más cerca y pudo agarrarla, pero se alejó y por su culpa ella estaba con aquel monstruo, eso pensaba él, claro.

 - Adiós a la primera chica de la que me he enamorado. Adiós a mi primer amor... - Richie, aunque bromeaba, se podía notar en su voz que estaba cagado del miedo.

Beverly temía mucho, pero no por ella, sino porque creía que ese payaso estaría, si no cenándose a su amiga, haciéndole cualquier posible daño, lo cual era muy, pero que muy, probable.

Se sentía culpable, el payaso, aunque al principio miraba a Annie, terminó por ir a por ella, no a por Annie, pero ella se puso en medio, empujó al payaso, la defendió y ayudó, otra vez. No podía contar cuantas veces la había ayudado y salvado de problemas y peligros desde que se habían conocido, tenía una enorme deuda con ella y estaba decidida a salvarla.

Porque sí, pasan más cosas a parte de las que yo narro, no soy tan cotilla como para contaros todo lo que hacen, a ver, no narro: y fue al baño y se puso a echar una buena cagadita tras la que sintió que había perdido un kilo.

Pues no, suena asqueroso. Así que bueno, sigo.

Eddie tenía mucho miedo, fue a casa lo mas rápido que pudo.

Billy trató de buscar a la pelirroja con la mirada, pero no la encontró, ya se había marchado.

Beverly había ido a su casa.

Cuando llegó, su padre, por bastante suerte para ella, estaba dormido frente al televisor encendido, en el que estaban echando un programa infantil.

Beverly entró al baño, y, tras hacer sus necesidades, se acercó al lavabo, oyó voces.

 - ¿Quiénes sois? - preguntó extrañada la niña de ojos marrones y pelo rojo cual fuego.

- Soy María Gutierrez. - pudo escuchar desde la tubería (No recuerdo el nombre ¿okay?)

- Y yo Betty Ripson. - Dijo otra voz, Beverly se encontraba demasiado extrañada por aquello, tanto que decidió hacer una tontería.

Las voces seguían balbuceando, Beverly, en vez de alejarse e irse al quinto coño (como haría cualquier cosa normal) cogió un metro.

Las voces decían "Flotamos... Y tu también flotarás"

Para mi eso sería suficiente como para decir "el payaso está aquí, me voy a morir, chau mundo cruel, san pedro/lucifer ahí te voy, yo me largo de este pueblo, mi integridad física vale más que un puto payaso come niños", pero no, Beverly, como cualquier personaje de una peli de miedo, no fue capaz de llegar a este razonamiento tan lógico y metió el metro por el lavabo.

La perdedora (Stan Uris)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora