Creo que ha quedado bastante claro.

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Seguiré narrando shioz aunque os canséis de mi:

Llegó el postre, así que Stan aprovechó para escabullirse e ir a por el colgante, sin él se sentía desprotegido.

Al volver encontró a Annie hablando con su abuela con mirada brillante y mejillas sonrojadas.

 - ¿De qué hablabais? - Stan se sentó al lado de Annie e inconscientemente, agarró su mano.

- Oh! ¡¿Cómo te atreves a preguntar?! Son cosas de chicas. - le riñó la Abuelita Uris y se fue.

- Ya te contaré otro día - susurró Richie a Stan.

Unos momentos antes... Annie y la abuela Uris, con Richie de acoplado oyendo sin hablar...

 - Levanta esa cabeza pequeña. ¿Qué pasa? - le levantó la cabeza la anciana a la pequeña.

- Na...nada. Es una tontería... - respondió ella.

 - Bueno, creo que tiene que ver con lo de ese "famoso collar" que Stan siempre lleva. ¿No? - como buena maruja que era, había oído su conversación con Stan AÚN SIN ESTAR CERCA -  La madre de Stan se lo quitó esta mañana para que no se lo pusiese en la ceremonia. - A Annie, al nombrar a Stan le brillaron los ojos, pero seguía con rostro triste, a lo que la seóra cambió de tema repentinamente - Oh. Cielo, ¿estás enamorada?

 - ¡¿Qué?! ¿Yo? ¿Enamorada? No... No - respondió sonrojada, poniéndose nerviosa y olvidando su tristeza. - es una palabra muy fuerte y yo soy muy pequeña para ella.

- A mi no me engañas, eres mucho más sensible de lo que pareces. Y lo de que no lo lleve te ha herido. ¿A que sí? - Annie asintió. - Tranquila pequeña, porque él siempre lo lleva. Él te quiere mucho, muchísimo.

 - No. No, él no me quiere... al menos no de la forma en la que usted lo dice. Sólo somos amigos... y nos queremos de esa forma - sonrojada, se notaba a leguas que era una mentira, y Richie lo supo. Ella no creía que Stan la quisiese, estaba más ciega que Adrien Agreste.

 - ¿De qué hablabais? - dijo Stan al llegar, sentándose al lado de Annie y cogiendo su mano, ella se sonrojó más, pero no la apartó.

- ¡Oh! ¡¿Cómo te atreves a preguntar?! Son cosas de chicas. - y se fue, tal y como vino se fue.

 - Bueeeeno... - Richie estaba hablando por primera vez en alto desde la conversación de la Abuelita Uris y Annie, era el aprendiz de maruja de la Abuela Uris. - qué buen día.

 - Aja... - asintió, y volvió a bajar la mirada y a terminar su postre, pero con un humor mejor que el de antes.

Stan, que había vuelto a ponerse su preciado y amado colgante, se lo sacó por fuera de la camisa. Para que Annie lo viera.

Y así lo hizo, ella volvió a estar como siempre.

 - ¡Decid "Patata"! - avisó la Sra. Uris con una cámara instantánea, apuntando a los niños. Los chicos sonrieron y se arreglaron un poco el pelo para la foto, Annie y Stan habían entrelazado sus dedos, y la Sra.Uris sacó 3 fotos. Y les dió una a cada uno.

La perdedora (Stan Uris)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora