Mi melliza.

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Narra la zezy y juapa escritora:

Tras una media hora ella, que ya había dejado de vomitar, se dio cuenta de que tenía varias heridas que si no las trataba podrían ser graves.

Eran a lo largo de su brazo derecho, y sospechaba que también tendría alguna costilla rota o un esguince grande, por fortuna, ella era zurda y tenía mucha soltura con ambas manos, así que, agarrándose a la pared, consiguió levantarse.

Sacó su cinturón de la cintura, que en ese momento se llevaban de moda, vamos, según mi madre que es del 76, no, pero del año 1976, no de 1876 eh. Que os veo por donde vais a ir.

Y con el cinturón se hizo un torniquete en las heridas sangrantes como había visto en las películas, le dolía mucho el brazo.

Sentía que en cualquier momento caería, le temblaban un poco las piernas.

Viendo que el payaso no volvía,  decidió salir de ese asqueroso lugar.

Fue por el camino que Pennywise había usado, agarrando con inseguridad su colgante por unos momentos, cogiendo un palo de hierro ipso facto por si acaso, aunque caminaba a duras penas.

Llegó a la parte de abajo de lo que parecía ser un pozo, oyó gritos de miedo (Si, ya estamos en la parte de "¿No soy real para ti Billy? Para Georgie sí lo fui")

Comenzó a buscar algo desesperadamente con lo que subir, y en un lado, y bien escondida, hayó una cuerda.

Comenzó a lanzarla y al parecer se había enganchado a algo, comprobó que estaba fija y subió por ella.

Al subir completamente, vio como el payaso abría la puerta y se escondió.

Cuando el payaso hubo bajado ella salió y vio a Billy.

Este la abrazó nada más verla salir por la puerta, sin pensar si era ella o una ilusión del payaso, lo importante era que ella estaba viva.

 - Annie - susurró, decidiendo en ese mismo momento soltar todo lo que pensaba, cogiendo carrerilla - me he dado cuenta de que temo mucho perderte. Te quiero, joder, es que eres mi melliza. Siento todo lo que hice... - siguió hablando, Annie lo oía con atención, sin separarse del abrazo, escondiendo su cara en su cuello, apoyando su peso en él - Hermanita. Perdona todo lo que te he hecho o dicho. Lo siento. No debí, nunca, haberte ignorado, haber dicho esas cosas sobre ti, hacer como si no existieses, hacerte sentir mal, por que eres mi otra mitad, mi melliza, y no he sabido valorarlo... Lo siento, de verdad que lo siento. Eres lo único que me quedará siempre, he sido la peor persona del mundo, no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos... Y ahora lo sé, sé que vales mucho... demasiado. - La abrazó con más fuerza, pegándola a él como si pudiera protegerla de todo lo que estaba ocurriendo, llorando, sentía de verdad todo, solo se había dado cuenta cuando casi la pierde. - Espero que puedas perdonarme.

- Wow... No has tartamudeado... - dijo ella sorprendida. - Y lo de las disculpas... ¿Existe alguien en el mundo capaz de no perdonar a su hermano? - sonrió y limpió sus lágrimas - Pero ¿es mal momento para pedirte que nos larguemos? Ese payaso no tardará en darse cuenta de que no estoy y quiere violarme. Y no me gustaría estar aquí cuando eso pase.

- Vamos. - Billy se encontraba alarmado, así que la llevó al otro cuarto con rapidez, donde vio a Eddie, en una esquina, con un, alarmantemente preocupado, Richie a su lado.

Stan se encontraba tratando de calmar a Eddie para que Richie le colocase el brazo bien.

Beverly estaba con Mike tratando de parar la herida de Ben.

La perdedora (Stan Uris)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora