La habían capturado.
Robert contempló como dos monjes, vestidos con sotanas negras interrogaban a la dama del castillo que atada a un potro de torturas gritaba mientras los verdugos obraban su trabajo.
-No intentes usar tu hechicería, manceba del maligno, el poder de Cristo reprime tus artes infernales- Dijo uno de los hombres, con un marcado acento de las Tierras Altas.
-Confiese donde está tu creación y tus torturas cesarán ¡Cae en los brazos de tu salvador!- Dijo el otro inquisidor- Confiesa donde está, no el que dejaste escapar, sino la que arrasó la aldea hace diez días ¡Confiesa!
La mujer le escupió al hombre más cercano y entonces él se retiró mientras se pasaba la mano por la cara con expresión asqueada.
-Es una pena, que el Altísimo se apiade de ti y de la ramera de tu hija, lady McAlvey.
El inquisidor hizo un gesto al verdugo.
El grito de la mujer resonó hasta despertar a Robert.
El golpe seco en la madera de la puerta tenía harto a Robert, y aún más a Kendrew que golpeaba la moldura de hierro hasta tener los nudillos rojos.
Robert se maldijo así mismo, llevaba teniendo ese sueño desde hace tres días, desde que vio a James besando a Katie y desde entonces no había podido dormir bien. Siempre tenía ese sueño, una y otra y otra vez, cada vez que cerraba por los ojos veía las llamas sobre las sotanas de los inquisidores y oía los gritos de esa...lady McAlvey. Sin duda, Robert tenía que dejar de leer libros de historia, por mucho que amase hacerlo.
Sonó otro golpe y Kendrew gruñó, fuera de la estancia.
El director de Hogwarts suspiró y dirigió una mirada de cansancio a Albus y Scorpius.
-¿Hace cuánto que no sale?
Los dos chicos se miraron y el rubio tomó la palabra.
-Dos días...no, tres.
Kendrew suspiró, cansado ¿Qué hacía ese maldito de Robert? Se había vuelto retrasado, si no salía Kendrew tendría que entrar a por él y en el peor de los casos llamar al tío Kendrick para que hiciese algo y si se llegaban a enterar los padres del propio Kendrew que Robert llevaba tres días sin ir a clase...dios salvase al muchacho.
-¡Robert tienes diez segundos para abrir esta puerta o la tiro abajo!
El chico que estaba dentro se hundió más bajo las sábanas, sabedor de que su primo no haría nada.
-¡Robert!- Volvió a llamar.
El chico sacó la cabeza de debajo de sus sábanas y gritó a pleno pulmón:
-¡¡Que te vayas!! No eres mi padre.
Volvió a meterse bajo las mantas y acto seguido se escuchó una explosión a la cual siguió una polvareda que hizo que Napoleón saltase de su catre y saliese corriendo bajo la cama de Robert.
El escocés salió de debajo de las camas y emitió varios tosidos ahogados. Kendrew no bromeaba.
-¡¡Podías haber tirado la puerta, bruto!!
El director se sacudió una mota de polvo de su hombro.
Kendrew había reventado toda la pared de la habitación de Robert y ahora la mitad de la casa de Slytherin miraban al chico, curiosos y absortos por el poder de Kendrew.
-No hago promesas en vano, Robert ¡¿Vosotros qué miráis?!- Inquirió, sacando su tono de sargento- ¡Id a clase!
Los Slytherin se dispersaron como cenizas al viento y Kendrew se acercó a su joven primo.
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Magia en Hogwarts [Saga de Robert McAlvey]
FanficRobert había sido criado en la familia más temida de Gran Bretaña: Los McAlvey; Unos tipos encantadores, asesinos, magos oscuros y nigromantes. Su padre siempre le había instado un destino, le había marcado su destino con una tiza que brillaba bajo...