XIII

55 8 0
                                    

Ian Cameron ¿Cómo era aquello posible?

El labio inferior de Robert tembló al pronunciar el nombre del chico que estaba frente a él, sonriéndole tímidamente, gesto que el McAlvey recordaba con cariño en lo más hondo de su corazón.

-Te...te hacía en Francia.

-Sí- Declaró el chico- Pero me voy a mudar de nuevo, vuelvo a casa. A Escocia.

Kendrew asintió.

-Está haciendo trámites para volver a entrar en Hogwarts y se me ocurrió que tal vez quisieseis hablar ¿Es el caso?

Robert se lo pensó unos instantes ¿Quería hablar con Ian? ¿Lo deseaba? Le era imposible saberlo, una parte de él lo deseaba con profusión mientras que otra bramaba a los cuatro vientos que era una muy mala idea. Ian le había, se había ido a Francia y había dejado solo a Robert ¡No! No quería...o eso pensaba pero sus lengua le traicionó:

-Tengo unos minutos.

Kendrew sonrió con picardía y desapareció. Tenía jeta el condenado, era el único que podía hacer eso en el castillo.

Robert miró a Ian y ambos se quedaron callados, mirándose el uno al otro, examinándose y percibiendo los cambios de ambos y entonces el exiliado escocés soltó una pequeña risita.

-Sigo siendo más alto que tú- Dijo, rompiendo el hielo al instante.

Robert sonrió y asintió.

-Pero yo más guapo.

-¡Ja, ja, ja! Que vanidoso.

Ian suspiró y se acercó unos pasos hasta quedar frente a Robert, no dijo nada, no hacía falta. Él siempre había sido un libro abierto, todo podía expresarlo con el rostro y todo estaba claro pero aun así lo dijo:

-Me alegro de volver a casa. Me...alegro de volver a verte, Robert.

El escocés sonrió y comenzó a recordar: Una vez él e Ian, de niños, se había caído a un río por tratar de pescar a una trucha; En otra ocasión, en su primer año en Hogwarts, ambos se había metido en el laboratorio de Slughorn y le habían visto desnudo, imagen que nunca olvidarían...en el mal sentido; Habían jugado, reído, disfrutado y amado juntos y por primera vez en mucho tiempo estaban juntos.

-No quiero que pienses nada- Dijo Ian- Comprendo que han pasado varios años, yo solo quería volver a casa y verte pero comprendo que...ya no sientas lo mismo que antes.

-Ian...yo lo siento.

-¡No! ¡Por las barbas de Merlín! No te disculpes, yo solo quiero que sepas que...quiero volver a ser tu amigo, no tu novio, sino un amigo en que puedas confiar y apreciar. Dime...¿Es eso posible?

Robert sonrió.

-Por supuesto que sí, rubio de bote.

-¡Te he dicho que es natural!

-Antes era castaño.

-¡Se aclaró!- Gritó Ian.

Robert sonrió, con añoranza.

-Sí, sí. Y yo me lo creo.

Al día siguiente todo Hogwarts escuchó el grito de Meg cuando Robert le contó su experiencia con Ian Cameron en el despacho de Kendrew.

-Es tan bonito. Dime ¿Volveréis a salir?

-¡No!- Bramó el escocés. Hemos decidido ser amigos ¡AMIGOS!

-Bueno, ya veremos.

-Oye, yo no te pico a ti con el tema de Lorcan Scamander.

Meg enrojeció al instante y sonrió con cierta timidez.

Magia en Hogwarts [Saga de Robert McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora