XXVII

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Subieron al exterior, encaramándose como monos a la derruida columna. Rob todavía no se lo podía creer, la simple idea no cabía en su cabeza y esta le dolía a golpes como si la información retenida tuviese que ser expulsada de inmediato. ¿James poseído por una McAlvey de hace mil años? Que gilipollez, era demasiado para ser real aunque lamentablemente era real.

Llegaron arriba, estaban en el precipicio donde se alzaba Hogwarts y no observaban como desde ahí el combate parecía ser un caos. El castillo en sí mismo parecía casi intacto salvo el patio del Comedor desde donde salían miles de luces, destellos y hechizos acompañados de pedruscos flechas y gritos de ambos bandos. Robert esperaba que los magos siguiesen enteros.

-Venid- Dijo a sus compañeros.

-¿Sabes dónde estamos?- Preguntó Lily, atemorizada.

Pobre. Desde que Janet había poseído el cuerpo de James la pobre chica había estado totalmente cagada y se aferraba al brazo de su hermano Albus como si fuese la cuerda que la mantenía atada frente a un precipicio inexorable.

Los cinco caminaron por el empinado precipicio, estando a punto de caer en varias ocasiones, pero finalmente llegaron a un pequeño sendero cubierto de maleja que subía hasta las murallas del castillo. Era el sendero que Robert y James habían usado para salir del castillo he investigar el asunto de la barrera. Por suerte la verja estaba abierta.

Entraron, cerrando la entrada tras de sí, y recorrieron el patio empedrado hasta que llegaron a la entrada a través de un puente de piedra. Llegaron a la batalla.

Parecía bien, la verdad. Los magos se habían defendido y los monstruos del bosque no habían podido avanzar demasiado, tampoco parecía que hubiese habido...bajas en el bando de los magos. No había túnicas negras envolviendo cadáveres en el suelo, solo monstruos. Robert miró tras la puerta del comedor y allí vio a Kendrew en toda su gloria: El director de Hogwarts, junto a algunos profesores y alumnos, mantenía una barrera perfecta mientras que sus hechizos derribaban a los monstruos que, por cierto, habían visto a Robert y sus amigos.

Los cinco gritaron y corrieron por la galería izquierda hasta llegar a la puerta del comedor. Los ojos de Kendrew se abrieron con estupefacción cuándo vio a Germain con la marca de garras en la cara. El McAlvey gruñó de rabia y quitó la barrera, haciendo que los chicos se metiesen dentro al instante.

-Al comedor ¡¡Ya!!

Los chicos obedecieron a Kendrew y este fue tras ellos, dejando a Neville y McGonagall al cargo de la barrera y de los cien monstruos que trataban de arremeter y destrozar en pedacitos la escuela.

-Me vas a explicar en menos de un segundo por qué tu hermano está herido- Exigió el director.

Robert apartó la mirada y entonces contempló como madame Pomfrey y algunos profesores curaban a decenas de alumnos de sexto y séptimo que tenían graves heridas. Un escalofrío recorrió la espalda de Robert.

-¿Dónde están Andrew, Meg e..Ian?

Kendrew hizo un mueca mientras cruzaba los brazos.

-Están vigilando el puente de madera con otros alumnos. Están bien. Meg solo tiene una pequeña contusión en la cabeza e Ian una ligera quemadura en la mano.

Robert suspiró, agradecido.

-Y ahora...

-Ahora tengo que decirte lo que pasó allí abajo- Dijo Robert.

-¿Abajo? ¿De qué hablas?

-Cuándo me mandaste con los chicos al castillo buscamos a los Potter pero un Dementor se nos cruzó y por eso hirieron a Germain. Luego un troll nos atacó y caímos en una especie de foso hasta catacumbas ruinosas y allí había una...

Magia en Hogwarts [Saga de Robert McAlvey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora