Magia en Hogwarts [Saga de Robert McAlvey]

XXIV

Neville les llevó a la Sala Común de Slytherin después de pasar por la de Ravenclaw para coger a Meg y Andrew, que eran los ahijados de Kendrew.

Habían ido allí para recoger a los hermanos de Robert. Neville les hizo entrar.

Todos los alumnos de Slytherin se estaban vistiendo, algunos de sexo y séptimo se preparaban para la batalla, iban a luchar junto a los profesores, pero los más pequeños estaban exaltados y temerosos, no sabían que pasaba ni por qué se tenían que ir, Neville solo dijo que aquellos mayores que quisiesen luchar, se reuniesen con el director, el resto no sabían nada.

Germain y Malcolm, como no era de extrañar, lo pusieron difícil. Tardaron media hora en vestirse y Neville acabó usando un hechizo para que la ropa volase de las mesas de noche a los cuerpos de los hermanos de Robert.

-¡Quiero hacerlo otra vez!- Dijo Malcolm.

-Sí, sigue soñando- Dijo Robert, arrastrándolo del brazo, al igual que a su hermano.

Vale, él quería quedarse y luchar contra lo que fuese que iba a salir del bosque pero no iba a permitir que sus hermanos pequeños se quedasen allí, eso jamás lo haría.

Recorrieron las mazmorras donde estudiantes de todas las casas iban, guiados por Filch, a la salida secreta más próxima.

El grupo recorrió los pasillos corriendo.

-¡Robert!- Gritó Ian que iba seguido de tres Hufflepuff más- ¿Adónde vas?

-Kendrew quiere que nos vayamos.

-Pero...

-¡¡MIERDA!!

-¡¿Qué pasa, James?!- Preguntó el profesor de Herbología.

-¿Enserio, Neville? ¡¡Tengo que ir a buscar a mis hermanos, a Albus y Lily!!

El Gryffindor salió corriendo y Neville fue tras él pero se detuvo en seco cuánto el techo retumbó de forma constante y pequeños trozos de piedra cayeron al suelo, haciendo que todo el mundo se parase en seco.

-Ya ha empezado- Dijo Kendrew.

-¡¡JAMES!!- Gritó Neville.

El Gryffindor apretó los puños y se dio la vuelta echando a correr con Neville tras él.

Todos se miraron entre sí.

-Nos ha dejado solos- Dijo Meg.

-¡¡A la carga!!- Dijeron los gemelos pero Robert les tomó del cuello de las camisas.

-¡Ni de broma!- Masculló- Os vais a Hogsmade para que os lleven a casa echando mistos.

-¿Seguro que quieres eso?- Preguntó uno de los gemelos, con la cabeza en alto.

-Sí- Concordó el otro- Mamá se enfadaría muchísimo y vendrían junto a tía María y tío Fergus.

-Te cortarán las bolas por quedarte aquí solo a ser el héroe.

Robert quedó estático ante la afirmación de sus hermanos, eran chicos demasiado inteligentes para su edad ¿Cómo podía caber tanta maldad en cabecitas tan pequeñas como esas?

-De acuerdo.

-¡¡Robert!!- Exclamó Meg, indignada- ¡¿No temes por tus hermanos?!

-¡Eso!- Concordó Ian- Son demasiado pequeños.

-¡Sabemos cuidarnos!

-Además- Puntualizó el Slytherin- Le temo más a mi madre que a poner en riesgo a mis hermanos.