17.

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Jungkook.

Días han pasado del beso, ninguno toca o trata hablar del tema. Sin embargo, entre Taehyung y yo las muestras de afecto comienzan a volverse cada vez más normales. En ocasiones al vernos ambos nos aferramos el uno al otro, la mayoría de los días sigo acompañándolo a casa mientras tímidamente Taehyung toma mi mano. Otros días nos recostamos debajo de aquel árbol de cerezos. Otras noches sigo durmiendo con él cuando Jimin no puede ir. Otros días seguimos hablando de cuantos temas se nos ocurren, pero nunca acerca del beso.

¿Taehyung ya lo habrá olvidado?

Siempre pienso lo mismo, pero después con cada una de la cosas que hacemos me alento a mi mismo para creer que no lo ha hecho. Llevamos días haciendo cosas que ni siquiera se sienten reales, cosas que tanto he ansiado.

¿Qué éramos? Aún no estoy seguro, pero si sé que anhelo ser alguien para Taehyung.

No pretendo presionarlo. Me conformo con tenerlo conmigo por muchas horas, me conformo viéndolo sonreír a causa mía, me conformo tomando su mano mientras caminamos, me conformo observándolo dormir. Me conformo, pero también quiero más; él es como un laberinto del cual nunca quiero escapar.

Ahora en estos días estoy realmente seguro de que Taehyung me gusta. Pero, ¿yo le gusto también?

Durante toda una noche en la cual no pude dormir por estar pensando en que haré para estar con él, llegue a la conclusión de que cualquier esfuerzo bien valdrá la pena. Todo sea para tener a Taehyung.

Para poder decir que es mi Taehyung.

Un día en el cual desafortunadamente -no tan desafortunado para mi- Jimin no iría a casa de Taehyung decidí llevarlo a un lugar que esperaba lo hiciera sentir más cercano a mi; aquel lugar en el que aún quedan pedacitos de recuerdos vivos de mi madre.

—¿A dónde iremos, Jungkookie?—. Pregunta Taehyung mientras acelera el paso para quedar a un lado mío.

—Shhh, sólo camina.

—Aún está el atardecer, ¿tardaremos mucho en ese lugar?

—No, tranquilo. Te llevaré a casa después de todos modos—. Estiro mi mano derecha para sostener la mano de Taehyung.

El atardecer dispara un color rojo a las nubes que yacen en el cielo; sin duda Taehyung luego intentará pintarlo.

—¿Sabes, Tae?—. Pregunto después de un rato de estar en silencio.

—¿Hmm?

—Mi madre solía llevarme muchas veces al lugar al que vamos.

—¿Te gusta mucho?

—Podría decir que es más que gustar, me siento tranquilo en ese lugar. Nunca saldría de el si pudiera, a veces me hace sentir cosas que no puedo explicar. ¿Me entiendes?

Taehyung ríe acariciando mis nudillos—. Creo entenderlo, es muy tierno. Tú eres muy tierno.

—La persona más tierna de este mundo eres tú, Taehyung—. Pronuncio viendo a lo lejos la pequeña estructura que pertenece a la capilla.

Caminamos durante un par de minutos más para llegar al columpio de madera que ya se ha vuelto mi fiel compañero en las noches.

—Esto... es muy bonito—. Dice Taehyung tomando asiento en el columpio y rosando sus dedos en éste.

—Sí, la vista es maravillosa— Suspiro sin retirar mis ojos de los de Taehyung—. La vista de ti es maravillosa—. Corrijo.

—Jungkook... cuando dices esas cosas no sé que decir—. Taehyung tapa su cara con ambas manos.

𝑺 𝑶 𝑼 𝑳  🍁  𝑲𝒐𝒐𝒌𝑽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora