32.

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Taehyung.

—Jungkookie—. Fundo mi cabeza sobre el pecho de Jungkook. Lo he extrañado durante días y ahora finalmente está conmigo—. Pensé que me estabas evadiendo—. Admito.

—No, sólo tenía unos asuntos que resolver.

Me separo de él para observarlo—. ¿Todo bien?

—Sí, no tienes de que preocuparte—. Sonríe acariciando mi cabello—. Pensé que hoy podría pasar toda la tarde contigo.

—Genial, podríamos ver un par de películas, si lo deseas obviamente.

—Claro.

Nos quedamos un momento en silencio. Las miradas están fijas el uno en el otro, me levanto un poco para alcanzar a dar un breve beso en sus labios. Creí que Jungkook —como otras veces— evitaría que me separara de él, pero no pasa. El beso termina tan rápido como comenzó. Me libero de su abrazo para dirigirme a la cocina por un poco de agua. Jungkook tampoco me sigue como en otras ocasiones.

Tomo un vaso de la alacena y lo pongo bajo el chorro de agua del lavabo, con cuidado bebo el agua despacio. Se escuchan pasos desde la sala y la puerta de la cocina se abre. Mi madre entra sonriendo.

—TaeTae, debo salir por unas horas, hay un poco de comida que puedes calentar por si tienes hambre.

Ella se acerca y me toma del brazo apretándolo.

—Claro, no hay problema.

—Espero no tardarme mucho, ¿vale? No hagan desastre en la casa mientras no estoy.

Rio—. Descuida. Ve con cuidado.

—Bien—. Me da un beso en la mejilla—. Te veo en un rato.

Mi madre sale de la cocina y se detiene para despedirse de Jungkook. Ellos parecen llevar una buena relación y eso me alegra.

Me recargo un rato sobre el lavabo antes de salir. Respiro con calma ignorando la sensación de la que se está llenando mi pecho. Pasados unos minutos salgo dibujando una sonrisa en mi rostro, una sonrisa falsa que espero Jungkook no note.

Aplaudo causando a Jungkook saltar en el sofá—. Bien, ¿qué película quieres ver?

—La que tú quieras está bien, Taehyung.

Taehyung.

—Bueno—. Pienso unos segundos chasqueando mis dedos—. Entonces veremos Midnight in Paris.

Jungkook asiente mientras yo me dirijo a buscar la película. Como esa película es una de mis favoritas no es difícil encontrarla, ya que, las películas las tengo acomodadas en dos niveles; favoritas y no favoritas. Mi mamá siempre se burla debido a que soy muy ordenado en eso, pero no en cuanto a mi habitación.

Me agacho para colocar la película dentro del DVD y sonrio cuando ésta comienza a reproducirse.

Jungkook me observa en silencio desde el sofá, me acerco para sentarme y él intenta no verse ansioso.

La película avanza mientras Jungkook se mantiene hasta el otro borde del sofá. Empiezo a sentirme algo enfadado, para eliminar cualquier duda comienzo a acercarme para recargar mi cabeza sobre sus piernas. Él no se mueve y tampoco me mira aún. Cuando logro llegar lo observo fijamente, él se da cuenta y me observa de vuelta, sus ojos expresan algo que no puedo describir. Segundos después me sonríe levemente y pincha mis mejillas. No puedo evitar reírme.

Giro mi vista hacia el televisor para seguir observando la película. A ratos acaricio las rodillas de Jungkook, él ya no está tan distante, por ende, acaricia mis orejas y aprieta mis lóbulos con gentileza.

Cuando la película termina me levanto del sofá estirando por un momento mis brazos.

—¿Quieres comer algo?—. Pregunto una vez terminando de estirarme.

—Sí, Tae.

—Vamos a la cocina—. Estiro mi mano y él la toma.

Mientras caminamos aprieto su mano sin recibir respuesta. Algo anda mal.

Al cruzar la puerta suelta mi mano y toma asiento en el comedor. Puedo notar que observa sus manos como si estuviera buscando algo.

Abro el refrigerador con el fin de dejar de mirar a Jungkook. Saco unos pequeños refractarios llenos de comida y tomo unos platos de la alacena, vacío la comida en estos y los meto al microondas.

La cocina sólo está llena del sonido del temporizador de éste. Cuando al fin la comida está caliente le entrego un plato a Jungkook, junto a unos palillos.

Comemos en un asfixiante silencio. Ambos estamos incómodos, lo sé porque Jungkook juega con la comida en su plato y yo no dejo de moverme en la silla.

—¿No tienes hambre?—. Pregunto esperando que Jungkook no me evada.

—No mucha.

—Puedes dejar la comida, sólo no juegues con ella.

Jungkook suelta los palillos—. Bien.

Termino en silencio de comer y tomo mi plato para llevarlo al lava trastes. Envuelvo el plato de Jungkook en un pedazo de aluminio para meterlo al refrigerador.

—Voy a cambiarme de ropa—. Digo cerrando la puerta del refrigerador—. ¿Me acompañas a mi habitación o quieres quedarte aquí?

Jungkook muerde su labio inferior—. Te acompaño.

En esta ocasión no tomo su mano para salir de la cocina. Subo los escalones con pereza y escucho como Jungkook arrastra los pies en los escalones.

Cuando llegamos a mi habitación exhalo hondo antes de abrirla y me volteo para plantar un demandante beso en los labios de Jungkook. Él al principio se tensa, pero al paso de los segundos sus manos empiezan a descender a mi caderas para presionarme contra él. Echo mi cabeza hacia atrás cuando él da una ligera embestida, estiro mi brazo para cerrar la puerta y después Jungkook me choca fuertemente contra ella. Sus manos se enganchan a mis muslos y por reflejo salto enredando mis piernas en su cintura. Sus caderas se restriegan sin vergüenza contra las mías haciendo que nuestras erecciones crezcan y choquen entre sí.

Jungkook lleva una ligera camiseta blanca por lo cual no es difícil retirársela. Nos separamos unos segundos mientras estiro mis brazos para quitar mi camisa. Nuestros labios se vuelven a encontrar en un beso más agresivo que el anterior. Gimo cuando Jungkook se sienta en la cama mientras yo me quedo sobre su regazo.

—Tócame—. Pido.

Las manos de Jungkook comienzan a ascender por mis muslos, los acaricia con lentitud. Gimo directamente en su oído, a pesar del poco contacto que me brinda.

Jungkook se detiene y coloca con rapidez mi espalda sobre la superficie de la cama. Su pecho baja y sube a causa de su inestable respiración. Me observa antes de dirigir sus labios a mi cuello, lo lame y aprieto con fuerza mis piernas en su cintura.

—Jungkook...

Sus manos se entretienen por varios segundos en mi abdomen, hasta que cierra sus ojos y se deja caer sobre mi cuerpo.

—Yo... no puedo, Taehyung.

—¿Jungkook?

—Hice algo malo, Tae.

Abrazo el cuerpo de Jungkook. Sin embargo, él se zafa con rapidez y se levanta para tomar su camisa del suelo.

—Jungkook, ¿qué hiciste?

—Yo... debo irme. Lo siento.

—¡Jungkook!—. Grito para evitar que Jungkook se vaya, pero no lo consigo.

La puerta principal se cierra mientras me envuelvo en las sábanas para comenzar a llorar.




🍁

Tengan una bonita noche.

Los quiero.

𝑺 𝑶 𝑼 𝑳  🍁  𝑲𝒐𝒐𝒌𝑽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora