𝑺 𝑶 𝑼 𝑳 🍁 𝑲𝒐𝒐𝒌𝑽

31.

Jungkook.

Estos días me he mantenido lejos de Taehyung. La mayoría de las veces en que nos encontramos en la universidad me excuso diciendo que tengo cosas que hacer para no estar con él, Taehyung siempre acepta con una mueca de tristeza.

Sé que me estoy comportando como un imbecil, un gran imbecil. Pero no puedo estar con Taehyung, al menos no hasta que obtenga información acerca de la muerte de su padre.

He planeado visitar a algunas personas que resultan importantes en la vida de Taehyung, personas que tuvieron contacto con su padre y que pudieron haberse enterado del hecho. Entre ellos está el director de la escuela, y desgraciadamente, la madre de Taehyung, Irene.

Para hablar con el director debo llegar temprano a la escuela, y así lo hago. Debo admitir que también llego más temprano de lo normal para no ver a Taehyung.

Cuando llego al edificio de oficinas me quedo petrificado por unos segundos, me convenzo de que esto lo debo hacer. Camino unos pasos y noto que la secretaría aún no ha llegado, por ello me escabullo rápidamente a la oficina del director. La puerta de la oficina está entreabierta y puedo alcanzar a distinguir la voz del director, al asomarme me doy cuenta de que está hablando por teléfono. Toco la puerta con cuidado y el director hace una señal con su dedo para que entre.

—Si, iré con ustedes el fin de semana—. Dice golpeando los talones en el piso—. Termine las cosas que tenía pendiente para estar con ustedes—. La voz de una mujer se escucha por la bocina del teléfono—. Si, mi vida. También te amo. Adiós.

El director suspira al colgar la llamada—. Mujeres, a veces me pregunto como alguien fue capaz de crear algo tan hermoso, pero a la vez tan complicado como ellas.

—Fue alguien con grandes ideas.

—Así es... dime, Jeon. ¿Qué puedo hacer por ti?

—Solamente venía a hablar sobre mi rendimiento escolar, director.

El director recarga sus codos sobre el escritorio—. ¿Y eso?

—Quiero saber si voy por buen camino. Ya sabe, en cuanto a las calificaciones.

—Pues bien... tú esfuerzo ha sido realmente admirable, Jungkook. No me arrepiento de haberte visto audicionar hace unos meses. Veo mucho futuro en ti.

Trato de hacer tiempo—. ¿Eso cree?

—Por supuesto. ¿Tú no crees eso de ti?

—Lo hago, director. Pero también estoy consciente de que haya fuera hay mejores personas que yo.

—Oh... Jungkook—. El director se levanta de la silla—. No tienes porque preocuparte de eso, no te compares con otras personas. Te contaré algo... las personas estamos acostumbradas a compararnos las unas con las otras cuando no debería ser así, lo que debes hacer es compararte contigo mismo, buscar ser mejor cada día, pero para ti, no para los demás.

Me levanto copiando la acción anterior del director—. Tiene razón, eso haré.

—Correcto, ¿hay algo más que puedo hacer por ti?

—No, director. Bueno, sí. ¿Cree que podría dejarme tomar este día? Tengo algunos asuntos que resolver.

—Claro, no hay problema. Yo me encargo de avisarle a tus profesores.

—Gracias, director.

Camino en dirección hacia la salida. Busco entre las pinturas del director aquella que me había parecido conocida cuando entre por primera vez. La encuentro sobre una repisa y me acerco para leer la pequeña placa debajo de ella.