25.

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Jungkook.

Las pesadillas cesaron.

Y los días de a poco van convirtiéndose en espeluznantemente tranquilos. Algo alentador para mí y Taehyung es que quedan pocos meses para que finalicemos el año de la universidad.

Dentro del campus las principales pláticas que lo reinan son acerca de estudiantes preocupados que no sabe qué hacer para obtener buenas notas en sus materias. Otros cuantos dejándose llevar por las crisis existenciales que, de repente, arrasan con su mente.

Típica vida de un estudiante.

En cuanto a mi y TaeTae -a pesar de lo sucedido días atrás- las cosas no cambiaron en lo absoluto. Taehyung sigue siendo el mismo chico cariñoso conmigo e incluso aumento levemente su nivel de protección en cualquier asunto que me involucre. Quizá quiere demostrar que mi confesión no logra que su forma de amarme cambie o disminuya. En cambio, los sentimientos de ambos se vuelven más sólidos cada día.

Obviamente -y es de esperarse- hay días en que Taehyung pregunta si he dormido bien, mostrando preocupación si de mi boca sale un "no", pero al no obtenerlo simplemente se relaja y reparte besos por todo mi rostro.

Lo que Taehyung no sabe es que hay noches en que sigo viendo pequeños fragmentos de lo que era mi vida antes de morir; en uno de ellos descubrí que tenía muchos amigos en la escuela y que atraía a una gran cantidad de personas -no sabía porque-, mis amigos solían decir cosas como: es que tu sonrisa es bonita o ¿quién no gustaría de ti, Jungkookie?

Jungkookie, también me sorprendo bastante de saber que varias personas me llamaban así.

Los fragmentos en su mayoría no son malos, pero hay noches en que sigo apareciendo acostado y con aquel pedazo de tronco enterrado.

No quiero preocupar a Taehyung, así que es mejor que no sepa nada por el momento. Aunque su apoyo se está convirtiendo en algo esencial para mantenerme estable.

Él es, sin duda, la principal razón que tengo para olvidar los malos ratos por los cuales he pasado y cada día me impulsa a construir nuevas experiencias.

Estar con Taehyung es como crear un sentimiento nuevo cada día, la rutina no existe en nuestra relación y eso me agrada, pues en varias ocasiones logré ver a parejas quebrarse poco a poco debido a ello.

—Algo falta—. Dijo Taehyung 30 minutos después de que me encontrara sentado en aquella silla al centro de su sala de estar. Taehyung muerde compulsivamente la parte superior del pincel.

—¿De qué hablas?

—Tu retrato... hay algo que no termina de convencerme.

—¿Puedo ver?—. Pregunto levantándome de mi asiento y yendo hacia Taehyung; el cual agita sus brazos en señal de negación.

—No, no, no, no.

—Cuatro "no" en una oración, genial TaeTae.

Taehyung ríe poniendo los ojos en blanco.—No digas eso, quiero que lo veas cuando lo exponga, bueno, si es que al profesor le gusta tu retrato.

—Le gustará, ¿sabes por qué?—. Me acerco a los labios de Taehyung rozándolos con los míos, permitiéndome jugar con su ansiedad por unos segundos.

—¿Por qué?

Sonrio.— Porque estoy yo en el.

—¡Tonto! Debiste decir "porque lo estás haciendo tú, mi amor" o algo cursi para que te recompensara con un beso.

Cruzo los brazos fingiendo molestia por lo que ha dicho Taehyung.

—Tú debes besarme aunque no diga cosas cursis.

—No, ya no te besaré.

—Kim Taehyung, no soportarías ni dos minutos sin besarme.

—Vamos a apostar—. Responde Taehyung con un signo de valentía destellando en sus ojos.

—¿Qué?

—Si yo te beso... te dejaré que me hagas lo que quieras en la cama.

Joder.

—Y si tú me besas me dejarás hacerte lo que quiera en la cama. ¿Aceptas?

—Acepto.

Un silencio llena de repente todo el ambiente y lo único perceptible son nuestras respiraciones agitadas.

Esto va a ser más difícil de lo que pensé.

Taehyung.

En lo poco que ha pasado de la noche Jungkook no se me ha acercado, a menos que, claro, sea necesario.

Pero, para mi estupida suerte antes de que sucediera la apuesta decidí invitarlo a dormir, aunque tenía planeado no dormir.

Sin embargo, esos planes se están yendo al carajo por el hecho de que ambos somos unas personas competitivas, ninguno va a besar al otro con tal de no quedar como perdedor.

Mi mente está comenzando a divagar en los posibles escenarios si es que llegaba a perder, cosa que no va a pasar -o al menos en ese momento estaba seguro de ello-, pues con Jungkook aún no se toca el tema acerca de nuestras fantasías sexuales. Solamente una noche cada uno dijo lo que le gustaría hacer y que le hicieran, pero nunca lo hemos aplicado cuando estamos juntos -al menos no por ahora-.

Para cuando dejo de divagar mis manos empiezan a hormiguear, la necesidad de tocar a Jungkook está llevándome al límite, y es gracioso, porque a pesar de que Jungkook se haya hasta el otro lado del sillón, puedo notar que le sucede lo mismo.

Y pienso, que será divertido jugar un poco con la ansiedad de ambos.

Inhalo tratando de llenar por completo mis pulmones de aire y mi mente de valentía, me deslizo con calma y controlo los latidos que parecen querer perforar mi pecho.

Cuando llego a un lado de Jungkook, él intenta mantener su vista fija en el televisor -que está apagado- y con sus manos sobre su regazo. Las retiro suavemente y las reemplazo con mi cuerpo, sentándome sobre el.

Siento como Jungkook se tensa cuando empiezo a acariciar su cabello, tirando de el a ratos, logrando que sus manos se ubiquen sobre mis caderas.

—No hagas eso.

—¿Hacer qué, Jungkook?

Jungkook tira de mis muñecas poniéndolas detrás de mi espalda provocándome un jadeo. Entonces decido mandar la apuesta al diablo.

Despacio rozo la nariz contraria con la mía y acerco mis labios a su cuello dejando besos en el y subiendo a su mandíbula.

Cuando finalmente nuestros labios se tocan siento que toda la tensión acumulada se libera, dando espacio a jadeos y unos cuantos roces.

—Perdiste.

Jungkook acaricia con sus pulgares mis muslos.

—¿Qué harás conmigo?

—Ya verás.





🍂🌹🍂

Nos leemos luego, morros.🌻

𝑺 𝑶 𝑼 𝑳  🍁  𝑲𝒐𝒐𝒌𝑽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora